(PD).- Después de dos años esperando y varias falsas alarmas, el domingo por fin pudimos ver la transformación de Bea, el personaje protagonista de Yo soy Bea. Siguiendo la estela de su serie predecesora, Betty, la Fea, al fin el patito feo se ha revelado.
En un capítulo de apenas una hora de duración, donde el comienzo era un ‘background’, con anuncios de por medio, la audiencia demostró las ganas que tenía de ‘arrancarle’ los brackets, la coleta y las gafas a Bea. Lo demuestra el hecho de que el minuto de oro del domingo fueron los instantes previos a esa transformación. 10.236.000 espectadores y un 51,7% de ‘share’ registró la serie a las 23.17 horas.
La expectación era grande. Alimentada, aún más si cabe, por el secretismo de no poder ver ninguna imagen de Ruth Núñez al natural. A los actos siempre acudía Bea, nunca Ruth. Y todo a pesar de que una revista desbarató la exclusiva del cambio publicando las fotos unos días antes. Pero los seguidores de la serie, una media de más de 2,6 millones cada tarde, querían verlo con sus propios ojos.
A pesar de las fotos publicadas, la magia no se rompió. Más de ocho millones de espectadores (8.226.000) vieron el capítulo especial.
Telecinco recupera el liderazgo dominical gracias al especial de “Bea” y la Fórmula 1, en la que Fernando Alonso llegó a ocupar la tercera posición, fue seguida por 4.518.000 espectadores, lo que supone un 35,3% de cuota de pantalla.
