(PD).- Afirma Ferrán Monegal en El Periódico que un repunte estimable en estos irregulares ejercicios que nos viene haciendo El Follonero Jordi Évole titulados Salvados por… (La Sexta).
Esta semana se metió en una furgoneta con King África, cantante que es como un armario y se necesita un vehículo tipo camión para transportarle. Iban camino de un bolo, una actuación, que tenía que realizar en un cámping.
En un momento dado del trayecto este argentino, enorme y colosal, se arrancó a cantar una estrofa de Roxanne, célebre tema de The Police. Évole quedó subyugado.
Nosotros en casa, también. Y tras aquel momento, tras aquel repunte musical, tan raro, tan fantástico y tan extraordinario, Évole le preguntó:
«Si eres capaz de cantar eso, y de cantar así, ¿por qué cantas La bomba?».
Y el gran King África contestó:
«Porque cuando canto lo que he cantado aquí me dicen que muy bien, que muchas gracias, y que adiós. Pero cuando canto La bombaaaa sacan enseguida la cartera y me dicen ¿cuánto és?».
O sea, que lo que se paga hoy es que alguien se suba a un escenario bien disfrazado y más que cantar haga el cafre, en el sentido que da a esta palabra la tercera acepción del diccionario, es decir, una actuación rústica y zafia.
¡Ah!, buena lección la de este enorme cantante. No solo es enorme por su volumetría corporal. También es enorme por su prodigiosa voz y su delicado sentido del arte. Nadie lo diría viendo la pachanga que organiza cuando sube a un escenario.
Solo en esa intimidad de su vehículo, cuando únicamente Jordi Évole le escuchaba, nos ha dejado entrever de lo que es capaz. A veces, viendo algunas actuaciones que la tele nos endilga, tengo la esperanza de que entre ellas haya algún caso similar al de King África.
