(PD).- El polémico miembro del jurado de OT, vuelve a sorprender al conceder una entrevista a «El Mundo«, donde explica las razones de su espantada del concurso. A Telecinco ni agua.
En la anterior edición de Operación Triunfo, Risto Mejide estaba un poco más tímido. Pero en la edición´08 ha lucido en todo su esplendor, lo que se ha notado en los índices de audiencia. Ha dado rienda suelta a todo su ingenio y su humor ácido para regocijo de los seguidores del programa, y pesadilla para los concursantes y familiares.
Además, sus constantes peleas con concursantes como Iván o Sandra y su férrea defensa y apoyo a Virginia, no han ayudado a mantenerlo en un segundo plano. Tal era la tensión que se respiraba en plató, que el temido miembro del jurado lo abandonó antes de que terminara la final y su querida «Niña Azul» se coronara como ganadora. Tras este show mediático, sus declaraciones al respecto se esperaban como agua de mayo. Finalmente ha escogido «El Mundo» para desquitarse.
Ha declarado que, para él, lo peor es transmitir indiferencia. A la vista está que se esfuerza para evitarlo. El publicista ha rentabilizado bien su paso por el concurso y se ha ganado a pulso su hueco en los medio, que se lo rifan. «Me han llegando a ofrecer 300.000 euros para un montaje en una revista», comenta.
Además, añade: «si quieres ser cultura popular, has de estar dispuesto a que te odien». Él transmite odio y simpatía a partes iguales, e intenta llevar la fama como puede, aunque ¿podrá soportar el acoso mediático? Se verá con el tiempo.
En cuanto a las críticas a su look, explica: «Es posible que parezca un chapero, pero yo no concurso. Me pagan por opinar, ni siquiera por criticar». Y, en cuanto a sus características gafas, aclara que tiene miopía y «no me gusta mi careto con gafas transparentes».
Habrá que seguir a la espera de sus declaraciones sobre Virginia, ya que en la entrevista casi no la menciona. Pero habla del romanticismo y dice «es alguien que viene y te hace contradecirte». Pura ternura.
Este publicista, jurado y comentarista, tiene un pasado como músico en su grupo Om, del que se autonominó y abandonó, aunque no sabemos si le regalaron el coche. Ahora también se atreve como escritor con «El pensamiento negativo», con el que está cosechando un gran éxito.
