La Campanario lloró «en directo» y la Esteban se bañó en las lágrimas

La Campanario lloró "en directo" y la Esteban se bañó en las lágrimas

(PD).- Nadie había vivido semejante noche de locura en el programa de Cantizano. Primero llamó la suegra de Jesulín de Ubrique, luego su mujer, María José, y al final Belén, la madre de Andrea.

Espectacular noche del viernes y madrugada del sábado en DEC en un programa que pasará a los anales con sucesivos bombazos que dejaron impactados a los protagonistas en directo en el plató.

Lali Bazán llegó al plató de ¿Dónde estás corazón? para colocar su «rollo» y sacarse un buen dinerito a base de defender a su hermana Carmen que «lleve nueve años viviendo de rodillas» por culpa «de la bruja de María José Campanario» y se fue del plató sin que ni siquiera la despidieran. Desapareció como por arte de magia después de la que se armó.

El propio Jaime Cantizano, conductor del programa con muchas discusiones tensas sobre sus espaldas, acabó sentado en un escalón, agarrándose la cabeza y suplicando: «No más llamadas, me va a explotar la cabeza».

Y es que lo que desataron las palabras envenenadas de Lali quien, según María Patiño, lleva un año sin hablar con su defendida, su hermana Carmen. Fue «muy fuerte», exclamó Patiño.

Remedios, primera llamada de noche explosiva

Lo de que llamaran «bruja» a su hija encendió a Remedios, la madre de María José Campanario, que llamó al programa para intervenir. Fue la primera bomba.

«A mi hija sólo la ha visto una vez. No la conoce. Lali es una mentirosa compulsiva y debería de lavarse la boca antes de hablar de mi hija», explotó.

«Usted no tiene vergüenza de ir a la tele para hablar mal de su sobrino y de María José. Nos veremos en los tribunales, continuó, tras ser interrumpida con exabruptos de Lali sobre que los de Ambiciones «sí que nos avergonzamos todos de su fraude a la Seguridad Social» que intentaba acallar Cantizano desesperadamente.

«Estoy cansada de que todo el mundo maltrate a mi hija. Le llaman calzonazos a Jesús y a la vez machista, ¿en qué quedamos?», decía Remedios.

«Estoy harta de que echen mierda sobre mi hija. ¿Les parece lícito que Carmen Bazán dijera que Jesús todavía siente algo por Belén Esteban? Mi yerno tiene bemoles para enfrentarse a lo que haga falta. No necesita mandar a María José para que de la cara por el», continuó.

Finalmente, Remedios negó que hubiera instalado cinco suites en Ambiciones para que su familia desembarcara allí -ahí de nuevo interrumpía Lali: «Sí que es verdad, y son de pésimo gusto. La vuestra es negra». La madre de María José Campanario no quiso hablar de sus nietos y menos de la hija de Belén Esteban de la que sólo dijo que «siempre ha sido muy dulce conmigo».

Dramática llamada de Maria José

Apenas repuesto de esta llamada, Jaime Cantizano anunció la siguiente. El segundo bombazo de la noche. Al teléfono, la mismísima María José Campanario que hizo «lo que nunca pensé que llegaría a hacer», llamar por alusiones. No llamó para desmentir lo ocurrido con Carmen Bazán, sino «para matizar».

«A Lali sólo la he visto una vez. Comprendo que vaya a la tele porque necesita el dinero para gastárselo en el bingo», comenzó. Dio la razón a María Patiño en que su cuñado Humberto sí estuvo en la discusión que se produjo hace más de un mes después de la presencia en DEC de Carmen Bazán, de la que informó El Semanal Digital, y que acabó con la salida de la matriarca de los Janeiro de Ambiciones.

«Jesús preguntó a su madre que por qué dijo lo que dijo en plató. «¿Quién hace desaires a quién? Llevo años aguantando. Yo vivo en Jerez, no en Ambiciones. Quiero a mi marido, nos llevamos bien. Ahora me doy cuenta de muchas cosas. Cuando llamó Carmen Menéndez (la madre de Belén Esteban) dijo muchas verdades. Llevamos aguantando muchas cosas mi marido y yo. Todo el mundo sabe de qué color son las cortinas de mi dormitorio», soltó casi todo de corrido.

«Sólo hay dos suites, no cinco, porque cuando ibamos Jesús y yo con los niños no había sitio porque estaban los hermanos. Ya no me callo más», gritaba casi con tono desesperado.

«Estoy harta. He sido una señora y lo seguiré siendo al lado de mi marido. Yo hubiera sido la mujer más callada de un torero pero no me habeís dejado», exclamó.

«No me digáis que no cuido a mis hijos. Me levanto a las siete y media para vestirles y llevarles al colegio internacional. Porque van a un buen colegio, como se merecen», chilló. «¡Qué nos dejéis vivir! Siempre todo es contra nosotros. ¡No nos lo merecemos!», y comenzó a sollozar.

Ya un poco más tranquila, María José insinuó que había intentado hablar con Belén, «porque sólo falta que me acuséis de maltrato de Andrea». «Estáis perjudicando a un matrimonio y a unos niños», insistió. María Patiño intentó meter baza diciendo que tanto ella como Belén Esteban «sois ambiguas», lo que sentó fatal a Campanario.

«Si callo, otorgo, y si bajo la ventanilla para responder a la prensa decís que busco el protagonismo», se quejó de nuevo. «¿Me podéis decir qué debo de hacer?».

Gema López terció preguntando que ¿a partir de ahora qué? La mujer de Jesulín reiteró que «las puertas de Ambiciones están abiertas. Nosotros no la hemos echado, fue ella la que dijo: «Habéis conseguido lo que queríais. Y se fue.»

Y volvió sobre lo mismo.

«No la hemos dicho que se vaya. Nosotros sí que estamos esperando una llamada de Carmen para preguntar como estamos y preguntar por sus nietos. Pero sí está viviendo a cien metros.»

Y volviendo a Andrea, María José, sin pronunciar el nombre de la ex de su marido dijo: «En el fondo ella sabe que quiero a la niña». Cantizano pregúntó que si su llamada era un puñetazo sobre la mesa para alertar sobre lo que está sufriendo con la familia de su marido.

«Estoy harta de ver a mi familia sufrir, estoy orgullosísima de ellos y están a 900 kilómetros», respondió. «¿Comprendes ahora un poco mejor a Belén Esteban», insistió Jaime. «Pues sí», fue la respuesta.

La respuesta de Belén Esteban

Y en la larga madrugada hubo tercera bomba. Como no hay dos sin tres, también llamó Belén Esteban, según ella muy nerviosa por aquello de hablar en la competencia -«espero que me perdonen y comprendan»- para ejercer «mi libertad de expresión».

«Yo no quiero guerra, lo digo de corazón», comenzó la princesa del pueblo. «Mi hija ha sido como un paquete. Ha sido feliz en el campo cuando estaba con su abuela y su tía pero ahora ya no quiere ir. Ella lloraba cuando su tía Carmen la dejaba con su padre. Si quiere ir de nuevo yo no me opongo», exclamó.

«A mi me duelen muchas cosas pero ahora soy feliz con mi marido, quien por cierto a estas horas todavía está trabajando de camarero. Siempre he luchado por mi Andrea. Yo sólo he vendido una exclusiva de ella. Otros también «venden» a sus hijos: los Iglesias, la Campanario y la Esteban», afirmó.

María Patiño la interrumpió para decir que su discurso «resulta tan reiterativo que me pareces poco creíble» y le soltó que es una pena que no se exprese tan bien como María José Campanario.

Pero Belén no se amedrantó y siguió soltando lo de siempre. Que si su padre levantara la cabeza y supiera que su mujer, Carmen Menéndez, llegó a discutir públicamente con Carmen Bazán en televisión, que la familia de Carmen Bazán siempre la recogió cuando la echaban de Ambiciones durante la época en la que fue novia de Jesulín…

Y finalizó con un: «De corazón, cada uno tiene su verdad. Un beso y buenas noches».
División de opinión entre los tertulianos. Desde el «olé por María José Campanario» de Jesús Mariñas a Rosa Villacastín que afirmó que Belén «ha perdido esta noche la oportunidad de su vida soltando su aburrido discurso de siempre». Jaime Cantizano, sentado en el suelo y agarrándose la cabeza, bromeó: «¿Cómo? ¿Qué mi madre también quiere hablar? ¡Me duele la cabeza!»

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