Carlos García Hirschfeld acepta el reto de «Discovery Challenge»

Carlos García Hirschfeld acepta el reto de "Discovery Challenge"

(PD).- Discovery Channel se ha embarcado en la excitante aventura “Discovery Challenge”, una iniciativa local que ofrece a personajes conocidos de la música, el deporte, el cine y la televisión, la posibilidad de vivir experiencias únicas.

Según publica tutele, la primera fase de “Discovery Challenge” consiste en tres historias de 3 a 4 minutos de duración y una versión corta de cada clip, que se emitirán a partir del 19 de enero en España y Portugal. Cada una de estas experiencias se ha rodado en un escenario diferente con los mejores profesionales para garantizar el éxito de las pruebas. En esta primera fase, han participando el artista Mikel Erentxun, Álvaro Bautista, campeón de motociclismo de 125 cc en 2006 y subcampeón de 250 cc en 2008, y el presentador de televisión Carlos García Hirschfeld.

La selección de los participantes en este proyecto se ha hecho teniendo presente la identidad del canal. “Buscábamos personajes conocidos y con mucho carisma para que la audiencia se identificara con ellos, pero más allá del éxito profesional de cada uno de ellos y de su faceta pública, queríamos personas que en su vida diaria compartiesen el espíritu de Discovery: vivir al máximo todo lo que ofrece la vida.

Así, por ejemplo, Mikel acaba de volver de correr la maratón de Nueva York, y el sueño de Carlos es bañarse con un tiburón blanco…y qué decir de Álvaro, que todo lo que hace, empezando por su profesión, es 100% Discovery”, afirma Ruiz. “Discovery habla de experiencias humanas auténticas y reales, y en ese sentido para Discovery Challenge nos interesaba más la persona que el personaje”, concluye.

Durante el rodaje hay que destacar la tensión de Mikel Erentxun antes de enfrentarse al túnel del viento o la destreza con la que Carlos García Hirschfeld logró permanecer boca abajo en un vehículo y salir de él en esa posición, tras la prueba de conducción evasiva. Para Bautista, acostumbrado al riesgo, volar dos minutos sin paracaídas fue “una experiencia fuera de lo normal”.

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