Treinta años después de ser condenados y encarcelados por la violación y asesinato de una niña de 11 años de edad en las zonas rurales de Carolina del Norte, los hermanastros Henry McCollum, de 50 años, y Leon Brown, de 46, ambos discapacitados y afroamericanos, han sido liberados gracias a las pruebas de ADN, que demuestran su inocencia.