Vasile preocupado por la salud mental de su audiencia (gesto de lucidez que se agradece), Jorge Javier quiere mandar al psicólogo a Omar Montes y Kiko Hernández, el feliz papá de las californianas hijas de hospital de alta gama, que se dirige a la mamá de Miriam Saavedra en estos términos: «Oye, gordi, tu hija está tarada?».
A falta de pequeños flecos, o dedos, por resolver…parece que felizmente se agota la trama pantojil al tiempo que emerge, era cuestión de tiempo, el show de Ángel Garó, el hombre que camina escocido por Guadalix.
El Koala, que representa la sabiduría popular y su antítesis, ha bautizado a los no nominables como el sexteto corrupto, por más que entre todos ellos parezca extraordinariamente complicado urdir algo que no nos lleve a Barrio Sésamo.
Lo que permanece es el acoso, el escrache público, el maltrato permanente, las vejaciones y humillaciones a Miriam Saavedra, incorporando ahora a su progenitora. El gobierno feminista de Sánchez permanece en silencio. También las organizaciones feminoides, los partidos políticos, la Administración de Justicia y los organismos que vigilan el negocio audiovisual, mientras el presentador va un paso más allá y le reprocha que abuse del respaldo del público.
Conocemos ya el sexo del bebé en gestación de Verdeliss, mientras crecen las especulaciones en torno a la sexualidad de Máster Universo y más aún sobre sus intenciones amorosas con la pequeña de Cantora.
Darek al fin nos dió un vídeo, el primero y último, que va a traer cola. El del beso guionizado con Makoke. La respuesta de Matamoros a pié de plató – » la casa la he pagado yo » – requeriría, cuando menos, una consulta al Registro de la Propiedad o a la cartera de créditos hipotecarios del sistema financiero. La disolución del vínculo matrimonial va a ser tarea complicada y televisada, porque hasta los regalos de la ceremonia nupcial deberían aparecer en el Balance de alguna de las sociedades limitadas que acumulan para «distraer» bienes y derechos a la Hacienda Pública, a la Seguridad Social y a los múltiples y variopintos acreedores de los que un día soñaron ser los Beckhamibéricos y no llegan a El Lechuga y su cuadrilla.
Suso sigue haciendo méritos para la próxima edición de Hermano Mayor, único reality que no aparece en su currículo y para el que superaría el casting sin necesidad de enchufismo. Mónica prosigue matando moscas y GH arrasa en los registros de audímetros, para indisimulado enfado de La Musa del Mosky que es destronada de su «Belén a bordo» y que sigue sin cobrar su sentencia dieciséis meses después ni ha podido, ni podrá, sentar a Toño Sanchís en el banquillo.
En estas condiciones se entiende mejor que la edición GH Karaoke que nos ofrece la televisión pública no sea tan exitosa como la anterior. El público prefiere el original frente a la mariconez.
FRANCISCO RODRÍGUEZ
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