Kiko Hernández no debutó en televisión cuando concursó en la tercera edición de ‘Gran Hermano’. Antes de entrar en la famosa casa de Guadalix de la Sierra, el colaborador de ‘Sálvame’ ya tenía experiencia ante las cámaras y conocía bien las instalaciones de Telecinco en Fuencarral (Madrid).
Con tan solo 19 años se convirtió en colaborador casi fijo del programa de opinión ‘¿De qué parte estás?’ del recordado José María Íñigo.
Un programa en el que, según nos ha recordado el especial amor de ‘Toma salami’ de Factoría de Ficción que locuta Javier Capitán, habló por primera vez de su familia. El colaborador de Mediaset, condenado a seis meses de prisión por el Tribunal Supremo por apropiación indebida, era muy joven pero ya apuntaba maneras.
La fama de agarrado y de ‘pertenecer a la cofradía del puño cerrado’ y la de “bicho” le vienen por algo. Hernández explicaba cómo vivió la separación de sus padres, cómo llegó a fomentar el mal rollo e incluso, confesó que al escuchar la palabra divorcio lo que más le preocupó era quién le iba a dar el dinero cuando ya no estuvieran juntos. Después llegó a alegrarse porque desde que se separaron “vivo como un rey, me pasan dinero por un lado, por otro lado…”.
Ya lo dice el sabio refranero español: ‘quien nace barrigudo muere fajado’
