Por su interés reproducimos la entrevista en exclusiva a Coto Matamoros que han publicado nuestros compañeros de Exclusiva Digital y nos han autorizado para su reproducción.
Hace mucho que se desprendió de todo lo que le alejaba de su felicidad, de su manera de entender la vida. No es fácil convencerlo para transitar, si quiera unos minutos, por los barros de la impostura y la obscenidad que manchan hoy su apellido. Os propongo que nos acompañéis a una conversación entre amigos y que podáis compartirla con los vuestros….
-El martes vuelve tu hermano a quirófano. Esta vez sin diagnóstico, pero parece que su situación es delicada. Qué opinas del espectáculo televisado que ha organizado?
Te diré, que son tantas las veces que ha pasado por un quirófano debido a su evidente DISMORFOFOBIA (te ruego que signifiques en mayúscula el nombre de la enfermedad, pues tras una entrevista con Marina Asnal para El Español el evidente trastorno quedó referido como «morfofobia» sin que dicho medio ni todos los que han reproducido mis opiniones, quizá por estar más ocupados en calificarme que en el contenido de lo que realmente expresaba, hayan rectificado el disparate) decía que dada su baja autoestima, su afán enfermizo de perfeccionismo le ha llevado a entregar su físico, en innumerables ocasiones, a carniceros con bisturí que, por interés económico y sabiendo de la urgencia que requiere la consulta psiquiátrica del paciente, optan por callar e intervenir a personas que creen que su bienestar psíquico depende de su aspecto físico. Por tanto, no creo que suponga una emoción extraordinaria para él la referida intervención. En cuanto al espectáculo televisivo… nada nuevo bajo el sol. La obscenidad como forma de vida es lo que mejor ajusta a una despreciable naturaleza, no sé si dará tiempo a grabar algún reencuentro con algún hijo o con Pipi Estrada antes de la operación, pero creo que algo debe estar negociándose a fin de poder seguir vendiendo basura en una nueva entrega. Total… de eso se trata.
-Hace diez años nos anunció que padecía un glaucoma, que se quedaría ciego en dos años…
Bueno, lo que me llama poderosamente la atención es que esa enfermedad no haya servido para que la calidad humana del enfermo creciera en positivo. Sabes que entiendo la enfermedad como una bendición, una herramienta que Dios pone en nuestras manos para nuestro crecimiento. Pues bien, en este caso y por el contrario, la conducta agresiva con el prójimo, la amargura de carácter, la tristeza permanente y el rencor que siempre demostró contra los demás y contra su propia existencia se han ido multiplicando de forma exponencial al tiempo que ha potenciado su más ridículo defecto, que sin duda es la facultad de convertirse en obscena plañidera ante las cámaras. Ese odio contra todo y contra todos, de especial virulencia contra sí mismo, encierra la mayor demostración autodestructiva de la que he sido testigo a lo largo de la existencia. Un disparate basado en el lamento como fórmula de la búsqueda masiva de la compasión pública. Esa falta de alegría y ese comportamiento encierran otro ejercicio de obscenidad despreciable que han explotado sin miramientos él y esa cadena donde trabaja.
-¿Hay que ser optimistas?. Parece que en el universo ‘Sálvame’ se prodigan en ‘curaciones milagrosas’ y en tiempo récord.
El optimismo no debe perderse nunca pues es bien sabido que es una actitud que facilita la curación de casos como el que nos ocupa. Y teniendo en cuenta los precedentes de curación, de milagros casi podríamos calificarlos, que han ocurrido tanto en su caso como en el de algunos compañeros y compañeras de plató, estoy convencido que aún sin dejarse asesorar por nadie será la actitud que abrace el enfermo.
-¿Qué opinas de mensajes conciliadores como el que ha lanzado Pipi Estrada?
Nuestra sociedad es la que es y entre muchos de sus repugnantes defectos podemos encontrar esa cultura de la muerte que es absolutamente macabra. Por tanto, cuando la idea de la muerte ronda la mayoría de las cabezas, éstas, defectuosas sin duda, rescatan su idea preconcebida de lo que debe ser la imagen que se les exige y explotan su buenismo hipócrita tratando de salvar su reputación, pues la imagen que los demás tengan de ellos lo consideran fundamental. Es lamentable ver como personas que han sido vejadas, insultadas, calumniadas y hasta arruinadas económicamente, como es el caso que nos ocupa, aprovechan la ocasión para demostrar su buenismo, que no es otra cosa que el nivel de su hipocresía, algo que nos lleva a colegir que tal vez hasta merecieron la que les cayó encima en su día. En sinceridad resulta nauseabundo ver como la gente se traiciona a sí misma y escupen a Dios con actitudes impropias de la bondad, la dignidad y la inteligencia. Pero vamos… en una sociedad de hipócritas resulta todo menos sorprendente y más en este caso donde ya había precedentes.
-Se proclama republicano y ateo. Pero no cumple sus obligaciones con Hacienda y se muestra tembloroso y sin voz ante este contratiempo de salud…
¡Bah! Ya conocerás el verso de Clímaco Soto Borda: «Si pública es la mujer / que por puta es conocida / república viene a ser / la puta más corrompida./ Y siguiendo el parecer / de esta lógica absoluta / todo aquel que se reputa / de la República, hijo, / debe ser, a punto fijo / un grandísimo hijoeputa. »
Este verso me lo descubrió Jimmy Giménez Arnau. JAJAJAJAJA. En lo que se refiere al ateísmo, es natural que un ser de su disminuida capacidad intelectual no pueda creer en algo tan evidente como la existencia de una inteligencia superior y en las leyes matemáticas que rigen el Universo y que como sentenció Kepler son anteriores a la Creación. En fin… tampoco cabe esperar otra cosa, la penúltima vez que coincidimos en un plató hizo mofa de mis creencias (eso sí, sin tener ni repajolera idea de cuales son) y de la existencia de Dios, aquello resulto tristísimo y lamentable, jamás se lo perdonaré y espero que Dios tampoco.
-Cuando le ves ahora….cuando le escuchas…¿le reconoces?
La verdad que entre mis desviaciones no se encuentran el masoquismo ni el morbo ni alguna deficiencia neuronal severa que me obligue a ver Tele 5, así que ni lo veo ni lo escucho. De las veces que hemos coincidido por obligación contractual lo he reconocido plenamente en su maldad, su traición, su envidia y su falta absoluta de humanidad y hombría. Ha sido así siempre. Por eso digo que no será una enfermedad lo que cambie en lo más mínimo la opinión que me merece quien llegó a acusarme de haber pegado a mi madre a sabiendas de que estaba calumniando, difamando e insultando. Creo que con el perdón de Estrada ya es hipocresía suficiente como para sumarme al disparate moral y ético que ésta ausencia de valores supondría.
-Se pavonea de ser un hombre de leyes, pero ni atiende las sentencias condenatorias
Creo que en la única ley que puede creer es en la de la gravedad. En la gravedad de sus descalificaciones, de sus calumnias y de sus difamaciones. En la gravedad de un cuerpo enfermo, y, sobre todo, en la gravedad de sus deudas económicas.
-Una de sus últimas decisiones es intentar derivar el pufo con Hacienda a Makoke. Se autoinculpa de haber ocultado bienes para no ser embargado.
No sabía que andaban así ¿Ya no son el uno para el otro lo más importante de la vida? Vaya qué fatalidad. ¿Se les ha caído la máscara entones? No hay máscara que dure mucho tiempo. Si Dios es el padre sólo de la verdad y de quien la vive, tú que eliges vivir en la mentira ¿de quién eres hijo? Blanco y en botella. Bueno, mientras liquiden esa deuda con Hacienda, de una manera o de otra, a nombre o sacrificio de cualquiera de los dos, daremos todo su sufrimiento por bien empleado.
-Afirmas que, entre otras alteraciones, padece dismorfofobia. ¿Iniciar una relación con una mujer de 20 años forma parte del diagnóstico?
No es que lo afirme, es que debería figurar como ejemplo meridiano en ese catálogo de enfermedades mentales que es el Manual de Psiquiatría. Pero no únicamente él, también muchos de los que le rodean en esa destrucción de los valores éticos y estéticos que se da en Tele 5. Alguno de ellos también podría aparecer como ejemplo de Eisoptrofobia que es la enfermedad consistente en hacer un juicio negativo desproporcionado de la imagen que les devuelve el espejo. También es un problema de autoestima que suelen agravar los carniceros que los atienden.
-¿Te planteas acudir a una eventual despedida?
No. En ningún caso. Creo que además sería más adecuado delegar en Pipi mi representación ¿Te imaginas? Hablando en serio, nunca he entendido este tipo de rituales tan alejados del agradecimiento a la vida que en definitiva es el mayor regalo que nos hicieron sin ningún tipo de coste ni merecimiento. Además la muerte debería obligar una celebración como parte fundamental de la vida. En definitiva es lo que da sentido a la existencia y es la puerta de acceso a un mundo espiritual al que únicamente podemos asomarnos mediante un estado alterado de conciencia como el Nirvana. Esto me llevaría días explicarlo en Sálvame, así que mejor dejemos al personal con su ateísmo sus prejuicios y supersticiones, sus ideas preconcebidas y su estupidez supina.