Raquel Morillas fue concursante en“Gran Hermano 3” donde conoció a Noemí Ungría, también participante del reality de convivencia de Telecinco.
Tras salir las dos de la casa de Guadalix de la Sierra llegaron a casarse, pero un accidente de tráfico el tres de junio del 2003 cambió su vida para siempre.
Morillas pasó varias semanas en estado grave. Tuvo que ser intervenida por especialistas en neurocirugía, cirugía plástica y maxilofacial y perdió la vista de un ojo. La relación entre ellas acabó con un cruce de declaraciones y acusaciones en los platós de televisión.
Pero es que ademas Raquel confesaba en televisión que tenía serios problemas de ludopatía, algo que algunos colaboradores de “Sálvame” nunca se han creído.
Asi ha ido transcurriendo su vida hasta hace unos días Morllas ha comunicado, a través de su cuenta oficial de Youtube, que tiene un nuevo trabajo: vendedora de cupones de la ONCE. Para ello, ha tenido que pasar un curso de formación, un examen y hacer prácticas.
“Como sabéis tuve un accidente. Evidentemente, tuve unas secuelas que son ya de por vida y eso me hace tener una discapacidad y, gracias a Dios, puedo beneficiarme de eso”, un comentario un pelín desafortunado al utilizar el término “aprovecharme”.
Como despedida dijo a sus seguidores: “Estoy deseando que me veáis con el chaleco fluorescente y que me quiten los cupones de las manos”.
