Fernando Grande-Marlaska está caminando por el filo del precipicio, y cada hora que sigue al frente del ministerio del Interior es un milagro y una irresponsabilidad. Todo esto, desde que cesó sin vergüenza y con una presunta injerencia al coronel Diego Pérez de los Cobos, y además, se demostró con documentos que mintió y lo ha hecho repetidas veces en sede parlamentaria.
En las últimas horas, en el Pleno del Senado, fue el popular Fernando Martínez Maíllo quien le dejo para el arrastre, y apenas en el arranque de la jornada siguiente, ya en 3 de junio de 2020, la presentadora Ana Rosa Quintana volvió a cargar contra él.
La periodista de Telecinco, que no es el primer día que dedica su editorial íntegro al juez Marlaska ahora ministro, lo hizo de manera muy elegante, calmada, pero directa: «Le queda una salidad, el camino de la verdad».
Ayer dio una nueva versión en el Senado y van cuatro. Ahora no solo piden su dimisión sino que ha decepcionado a la sociedad civil. Además también le piden la renuncia sus antiguos compañeros, desde asociaciones de fiscales y jueces, porque Fernando Grande-Marlaska supuestamente ha cesado a un mando de la Guardia Civil por cumplir las órdenes de una juez; unas órdenes que él mismo dio en 2006 cuando era magistrado.
Al ministro todavía le queda una salida; puede elegir ser aquel joven juez íntegro de 2006 al que todo el mundo admiraba o este ministro al que todos piden su dimisión, porque siempre hay una salida; el camino de la verdad.
