Los que pensaran que la historia del niño de Canet tenía poco recorrido se han dado un buen golpe.
Este pasado fin de semana los independentistas prosiguieron con su máquina de picar carne y salieron a la calle ‘a defender su lengua’, que es precisamente con la que atacan al castellano. Y seguirán insistiendo, desde TV3, desde Cataluña Radio y desde el propio Govern. Es su estrategia desde hace mucho tiempo, y es improbable que ninguna otra familia de niños vuelva a pedir su derecho de ser enseñados en un 25% mínimo en castellano, porque el amedrentamiento es insufrible.
El asunto lo abordaron en La Roca de laSexta este domingo 19, donde al independentismo le salió un defensor totalmente esperado, el expodemita Ramón Espinar. El problema con el que se encontró este exsenador es que el discurso de los independentistas es realmente difícil de sostener por alguien que no lo es desde la cuna y que le nace ese odio hacia lo español y esa creencia de ser superior por ser catalán.
Así que Antonio Naranjo, desde el otro lado de la mesa, no tuvo ni por dónde empezar en este caso con las bobadas que decía Espinar:
Espinar: Esto es bastante sencillo; cuando a la derecha le va mal en las encuestas en España, articula siempre una línea muy dura contra Cataluña y contra Euskadi y un discurso de nacionalismo español… ¿Y cuál es el gran partido nacionalista en España, el PP? ¿Y qué hace? recuperar el viejo recetario, ¿y qué dice? Golpear muy fuerte con la idea de que los españoles somos permanentemente objeto de agresiones por parte de las lenguas minoritarias del Estado.
Naranjo: Te ha faltado decir que hay una resolución del TSJC y que la Generalitat ha dicho que no va a cumplir. […] Con este amedrentamiento si mañana alguien quiere pedir los mismos derechos del niño de Canet, lo que intentan es que les dé miedo hacerlo, y no puede ser que pedir esto se convierta en una especie de agresión…
Espinar: Hay una inconsistencia; no es verdad que la política de inmersión lingüística en Cataluña sea independentista, ¡es pactada!
Naranjo: En el origen, Ramón, no seas ingenuo.
