No pueden tapar lo que sucedió, ni siquiera con todas sus terminales mediáticas y su equipo de opinión sincronizada.
La vergüenza del fin de semana, cuando unos facinerosos reventaron La Vuelta a España usando como excusa la situación en Gaza, fue internacional. Y, al ser azuzada por el presidente del Gobierno, demostró que a Pedro Sánchez no le importa apostar por la violencia con tal de permanecer en la poltrona.
Pese a las contundentes imágenes, desde Moncloa y Ferraz han intentado colar que no hubo violencia. Sin embargo, los testimonios son claros.
Es el caso de lo que vivió la escritora Lucía Etxebarria, reconocida simpatizante histórica de la causa palestina, que acudió al programa Horizonte para ofrecer detalles de los disturbios que obligaron a suspender la última etapa de la competición ciclista en Madrid.
Asegura que lo que ocurrió no fue una concentración pacífica, sino un boicot perfectamente orquestado. Detalló que los violentos llevaban piedras en sus mochilas y cómo usaron las vallas de hierro para formar barricadas. Por si fuera poco, contó que portaban un hacha con la que pudieron destruir parte del pódium.
La escena era dantesca: niños llorando, personas sufriendo ataques de ansiedad y los violentos campando a sus anchas.
“Esto no era una protesta pacífica de ninguna manera. Estaba organizadísimo, sincronizado”.
Otro aspecto que critica es el uso torticero por parte de la izquierda de la “causa palestina” para calentar las calles.
Explica que no existe una “causa palestina” unitaria. Diferencia de forma tajante al movimiento Fatah de Hamás, al que considera una dictadura que gobierna en Gaza desde hace más de veinte años y que no vela por el bienestar de los gazatíes.