Toca hablar de las «peores» creaciones que ha dado la televisión en España. Desgraciadamente, seleccionarlas ha sido un proceso arduo y difícil dado la cantidad de aberraciones dignas de mención pero nosotros hemos elegido aquellas que gozaron de un cierto e inexplicable éxito de audiencia aunque fuesen productos de lo más mediocres.
05. Amar en tiempos revueltos: El lujo aburrido.
Cadena: La1 de TVE
La elección de Amar en tiempos revueltos en este apartado puede que cause cierto revuelo a tenor de los numerosos fieles y admiradores que siguen, cada tarde, los dramas de la post-guerra española. Pero, de verdad, hay razones de peso para creer que el producto «estrella» de TVE es mediocre.
Este «culebrón» de época goza de una puesta en escena pobre pero elegante, de un casting solvente y de unas tramas comprometidas. El problema: Lo aburrido que es todo.
En las historias narradas sucede algo trascendental, como mucho, una vez al mes. Las secuencias son eternas y repetitivas y, lo peor son los diálogos; verdaderas parrafadas idelaes para echarse la siesta.
Más que un producto audiovisual, la serie de DiagonalTV es una ficción radiofónica. Los personajes hablan y hablan y actúan poco. No hay acción narrativa ni evolución de personajes.
Lo mejor: La puesta en escena.
Lo peor: Que nunca pasa nada.
La pregunta: ¿Por qué no se dan una buena fiesta los guionistas un y le dan mayor brío a la serie?
04. Al salir de clase: Adolescentes absurdos.
Cadena: Telecinco.
Violaciones, secuestros, asesinos en serie, enfermedades terminales, drogas, orgías, psicópatas, trastornos de la personalidad, atentados, accidentes múltiples…; a todo esto y más se enfrentaban los protagonistas de Al salir de clase y lo mejor es que no habían terminado el instituto.
La serie de Telecinco, que se vendió allá por 1997 como un retrato «fiel» de la juventud actual, terminó convirtiéndose en una pesadilla teen con actores que, pasada la treintena, decían tener 16 años.
Tramas absurdas e imposibles pero muy entretenidas, hacen de este remake no autorizado de Sensación de vivir, un «placer culpable»: aquello de lo que disfrutamos pero que nos da vergüenza reconocer que consumimos.
Lo mejor: Era entretenida.
Lo peor: La vergüenza que daba reconocer que uno veía la serie.
La pregunta: ¿Por algunos protagonistas, aún adolescentes, vivían independientemente en pisos de lujo mientras se quejaban de problemas económicos?
03. Los Serrano: Machismo «cañí»
Cadena: Telecinco
Otro de los éxitos de Globomedia -productora responsable de Médico de familia o El Internado– fue Los Serrano, versión patria de la Tribu de los Brady pero con jamón, vino y ordinarieces varias.
Una madre divorciada y elitista se casaba con un viudo «paleto» y padre de tres niños cargados de hormonas. En la serie los hombres, todos, eran burdos, patanes, maleducados, celosos y torpes. Las mujeres hacían de sensatas y cultas. ¿Por qué estaban casadas, pues, con semejantes especímenes? Por puro machismo; por que se supone que la mujer, por muy inteligente que sea, se debe a su esposo y a su familia.
Las tramas llegaron a ser homófonas, racistas y simplonas. En definitiva, un producto de esos para olvidar (Mejor no hablemos del desenlace por si alguien no lo ha visto. Puro surrealismo)
Lo mejor: Cuando Fran Perea y Verónica Sanchez, protagonistas juveniles, se fueron de la serie.
Lo peor: Su machismo encubierto.
La pregunta: ¿Por qué, en cada capítulo, había un plano de Fran Perea en la ducha?
02. Escenas de Matrimonio: La ordinariez del humor
Cadena: Telecinco
Escenas de matrimonio fue la «ampliación» de Matrimoniadas, una sección del show de variedades Noche de fiesta (TVE), producido por José Luís Moreno. Todo comenzó con un diálogo de distintos matrimonios tumbados en una cama. El formato era barato y eficaz así que Telecinco tomó nota y creó un serie diaria en forma de sckets cómicos.
Había tres parejas de tres generaciones distintas (jóvenes, maduros y ancianos) y a lo único a lo que se dedicaban era a insultarse. Tanto que a veces rozaban el maltrato verbal.
Las discusiones conyugales, según Moreno, se basan en la mofa fácil y en la humillación. Los chistes eran zafios y de mal gusto. No había sutilezas pero atraía a una audiencia masiva. Triste, la verdad.
Lo mejor: La pareja de ancianos.
Lo peor: El «caca,culo,pedo,pis» de los chistes.
La pregunta: ¿Por qué no se separaban las parejas?
01. Ana y los siete: Sonrisas y lágrimas (de vergüenza)
Cadena: La1 de TVE
Ana Obregón, esa bióloga-presentadora, quiso, en el año 2002, crear una serie para que todas las familias de este país supiesen, de una vez por todas la «estrella medíatica» que es. Con Ana y los siete, lo único que descubrimos fue el verdadero significado del término «vergüenza ajena».
En la ficción de TVE, Ana era una stripper que conseguía por accidente el trabajo de niñera en una lujosa mansión donde vivían un adinerado viudo con siete hijos. Éste híbrido entre Sonrisas y lágrimas y las Mamachicho, se mantuvo 5 temporadas en antena con una media de un 30% de share.
De verdad que Iker Jiménez debería hacer un especial de Cuarto Milenio para poder entender por qué millones de personas se «tragaron» 91 capítulos de una serie que no aportaba nada nuevo, de guiones previsibles y malos y cuya protagonista lucía los atuendos más diminutos posibles para mostrar un cuerpo desgastado.
Lo mejor: Que terminase.
Lo peor: Que tuviese mucha audiencia.
La pregunta: ¿Por qué se realizó un producto semejante?