Para Antena 3, las tardes no existen. Nada de lo que ha estrenado la cadena de Planeta en la sobremesa ha sido mínimamente destacable. El lunes 10 de enero de 2011 se estrena –primero en prime-time para luego regularse de lunes a viernes– ‘Bandolera’.
EL RETO DE LAS TARDES
Tanto ‘Sálvame’ en Telecinco como ‘Amar en tiempos revueltos’ en La1 se reparten las sobremesas televisivas sin opción a la competencia. Ni magacines de corte blanco (‘3D’ conducido por Gloria Serra), ni culebrones modernos y desquiciados (El malogrado ‘Complices’, que sólo aguantó 2 emisiones) , han conseguido reavivar la franja horaria que baja la media de audiencia de Antena 3.
Para rellenar este vacío, los de Antena3 se han asociado con los responsables de ‘Amar en tiempos revueltos’, la productora Diagonal TV, y han apostado por los trajes de época, lenguaje majestuoso, historia nacional, romance y aventuras. La pregunta es: ¿ésta vez es la buena?
AMOR EN ANDALUCÍA
En el primer capítulo de ‘Bandolera’ se nos presenta a Sara Revees, una joven de origen español que vive con su tío en Londres. Ella sueña con visitar la Andalucía de su infancia y encontrar, así, sus anhelos de aventura y pasión. El personaje principal tiene ecos de las heroínas románticas de Jane Austin o las Brontë; una ninfa de despierta imaginación y coraje cedidos por los libros que devora. Es decir, una típica burguesa aburrida que ansía ser amada y revelarse contra el corsé. Es un cliché pero funciona.
Una vez en Andalucía, Sara se encontrará con toda una amalgama de personajes pintorescos entre los que destacan Miguel Romero, Teniente de la Guardia Civil, y Roberto, líder de los jornaleros locales. Entre los tres se apunta un apasionado triángulo amoroso.
‘Bandolera’ es el resultado de una cita a ciegas entre la ‘Carmen’ de Mérimée con ‘Arrayán’ (telenovela diaria de Canal Sur). La Andalucía del siglo XIX que nos muestra Antena 3 es colorida, aventurera y populista (aunque muy pocos son los actores que tienen acento andaluz). Es decir, realismo falseado.
¿PASA REALMENTE ALGO EN EL PRIMER CAPÍTULO?
Poco, la verdad. Uno de los problemas más recurrentes que solemos encontrarnos en un piloto es que éstos suelen ser una mera presentación de personajes. Una cadena de secuencias sin hilo conductor ni bisagras. ‘Bandolera’ no es la excepción. El capítulo se resume en el paseo de la protagonista por el pueblo, su búsqueda de un refugio en el que pasar la noche y cómo habla con cada uno de los aldeanos. Ya está.
En segundo plano quedan los jornaleros y el malvado capataz, el cuerpo de la Guardia Civil y la panda de bandoleros. No hay interrelación entre las diferentes tramas y sus personajes. Uno no sabe qué pinta la heroína en aquel páramo ni cuáles son sus objetivos. Cierto es que se puede argumentar que, al ser una serie, ya se irán descubriendo las respuestas a medida que avance las tramas. Craso error.
Un capítulo, y más el primero, debe tener entidad propia. Debe satisfacer al espectador planteando un conflicto, solucionándolo y terminar con una pregunta abierta (por aquello del enganche). Aquí no ocurre nada, se confunde acción narrativa con una carrera de caballos.
Este problema, posiblemente, no es atribuible a los guionistas de Diagonal –de demostrada experiencia y buen hacer– sino, con toda seguridad, a los directivos de la cadena, que no suelen prestarse al riesgo y al espectáculo.
Lo mejor de ‘Bandolera’, sin embargo son los apuntes históricos, la eficaz lucha de clases (con una Pastora Vega haciendo de criada demasiado sumisa), algún secundario (el periodista derrotado), una protagonista (Marta Hazas) luminosa y un logrado trabajo de peluquería y vestuario.
¿TRIUNFARÁ?
‘Bandolera’ tiene ante sí la magna labor de quitarle espectadores a ‘Amar en tiempos revueltos’. Las dos series van dirigidas al mismo target: amantes del serial radiofónico, nostálgicoos de la historia y de los combates clasistas y románticos sin complejos.
El primer capítulo es deficiente y torpe, pero uno termina de verlo con un regusto agradable, con ganas de más. Esperemos que Antena 3 deje respirar a su apuesta, que le de vida propia y apueste por ella. Se intuye que sus responsables tienen mucho que contar.