El popular y polémico cocinero inglés Gordon Ramsay ha caído en su propia trampa. Conocido por sus malos modales y sus insultos, el conductor de ‘Pesadilla en la cocina’ realizó un documental contra la masacre indiscriminada de tiburones. Ahora han salido a la luz unas imágenes suyas en las que le vemos feliz tras matar a un par de estos animales.
«Cruel», «nauseabundo»,»bárbaro», «inútil», «trágico». Estos fueron algunos de los adjetivos que pronunció Gordon en el documental ‘Shark Bait’, emitido en la cadena británica Channel 4 a comienzos de enero de 2011 en el que denunciaba la masacre indiscriminada de tiburones en todo el planeta.
El malhablado cocinero señaló que más de 70 millones de tiburones mueren cada año en circunstancias horribles –‘quirúrgicamente’ separados de sus aletas con un machete mientras están con vida para después ser arrojados al océano, donde se ahogan–, según recoge el diario inglés DailyMail en el artículo Gordon Ramsay the hypocrite: How the TV chef passionately defended sharks… but previously caught two rare ones for fun.
Dos semanas después de la emisión del documental, el DailyMail recoge unas fotografías de Damsay tomadas hace 18 meses en Miami mientras rebanaba a un tiburón toroa bordo de un bote.
Según el diario británico, las fotografías fueron tomadas por uno de los asistentes de la expedición de pesca. El animal tardó en morir unos diez minutos –antes de subirlo al bote, le clavaron un garfio para hundirlo en el mar hasta que se ahogara– y cuando se trasladó el cadáver ensangrentado a bordo, un triunfal Ramsay chocó las manos con el capitán del barco y aplaudió junto al resto de sus acompañantes.
La web también informa de que el tiburón toro fue entregado a un taxidermista de Florida que cobró 1.400 euros para que el cocinero tuviese al animal disecado como trofeo. Pocos días después de la primera captura, Ramsay estaba de vuelta en el barco . En esta ocasión, pescó un tiburón martillo, que también acabó en la mesa del taxidermista.
Se desconoce el paradero de ambos animales disecados, ya que la mujer de Damsay, Tana, se negó a colgarlos en su residencia de Londres.