Acusaciones de montaje, robo o maltrato planean sobre los colaboradores de ‘Sálvame’. Para lavar la imagen del grupo más esperpéntico de la T5, el programa les ha sometido a todos a una terapia psicológica basada en el morbo. ¿De qué sirve todo este circo? El viernes 11 de febrero, Lydia Lozano entró en la ‘Caja Deluxe’ con la única intención de limpiar su nombre por el escandaloso ‘Caso Ylenia’. ¿Lo consiguió? No del todo. Además, Rafa Mora se enfrentará a la experiencia próximamente para dar a conocer su lado más «humano» ya que ha sido acusado de supuestos malos tratos y de agredir a dos guardias civiles.
¿QUÉ ES ‘LA CAJA’?
‘La Caja’ es un formato creado por la productora La Fábrica de la tele y se presenta como el primer psico-show televisivo de la historia. Tras un par de meses sometido a terapia psicológica, el participante entra en una caja de inmensas proporciones compuesta por cuatro pantallas gigantes que proyectan imágenes de su vida. Esta suerte de terapia de choque con cámaras se estrenó en 2010 con personajes anónimos y ahora ‘Sálvame’ la ha introducido como sesión en el ‘Sálvame Deluxe’ de los viernes noche.
Tras la primera entrega en la que participó Karmele Marchante (la periodista reconoció haber sufrido malos tratos y sus compañeros la tacharon de mentirosa), el viernes 11 de febrero de 2011, Lydia Lozano se enfrentó al suceso que más ha marcado su carrera.
«ESTOY DESACREDITADA COMO PERIODISTA»
En 2005, Lozano anunció en TV que tenía pruebas físicas de que Ylenia, la hija desaperecida de los cantantes Romina y Albano, estaba viva. La noticia era falsa y la periodista sufrió las críticas de compañeros y público. Según narró la periodista en ‘La Caja’:
Cuando llamo o comento algo o me llaman para darme una información, aún sabiendo que es verdad, pues dudo, tartamudeo y eso me hace sentirme muy desconfiada. Yo siempre he sido muy confiada, pero ya no. Cuando tienes el miedo de que lo que vas a decir, aunque sea verdad, se van a reír o te van a machacar, pues llega un momento que ni lo digo y yo trabajo para decir cosas.
Mi vida cambió ese día (el 19 de febrero de 2005 cuando se destapó la farsa), es un antes y un después. No nació otra Lydia, sigo siendo la misma, no he cambiado, pero me han hecho actuar de maneras diferentes a como yo era. Era extrovertida en el curro y ya no lo soy.
Ya no pienso en el tema, bastante secuela tengo. Me siento mal, fatal, cuando lo pienso. Me afecta porque yo tenía un curriculum intachable y ya no lo tengo, pero luego muchas veces digo ‘jo, si solamente me echan esto en cara, pues mira’, pero fue muy gordo, fue muy gordo. Fueron tantos meses, tantos, yo quería que parara, pero efectivamente en la tele somos números y nada más, ya me lo dijo un jefe.
Yo no tengo que pedirme perdón, no tengo por qué pedirme perdón, es algo que hice conscientemente, tengo que pedir perdón a la gente que hice daño. Pero tampoco quiero pedir perdón más veces a nadie, ya lo he hecho, me senté en un plató con él. No quiero, no quiero, no. Humillarme más no.
En ese momento se le mostraron a Lydia varias meteduras de pata famosas emitidas en televisión para demostrarle que cualquier persona puede equivocarse.
EL APOYO DE LOS COMPAÑEROS
Cierto es que es raro el mes en el que algún compañero y/o enemigo de Lydia Lozano no le recuerda el ‘Caso Ylenia’ y ella siempre responde llorando. El viernes 11 de febrero, tras la emisión de su paso por ‘La Caja Deñuxe’, la periodista escuchó el ‘juicio’ de sus compañeros de ‘Sálvame’. Todos la apoyaron, incluido Kiko Hernández (con quien llevaba un año de maña relación).
Las sesiones de ‘La Caja’ son emocionantes (el programa está muy bien realizado) pero no deja de ser un intento algo burdo de vendernos a unos personajes denostados públicamente. El caso más claro es el de Rafa Mora.
El ex tronista de ‘Mujeres y hombres y viceversa’ será otro de los ‘pacientes’ de ‘La Caja’ después de que la revista Interviú confirmase que ha estado en la cárcel por agredir a dos guardia civiles, que está en libertad condicional a espera de juicio y que tiene pendientes dos denuncias por maltrato.