Fernando Sanchez-Dragó no quiere saber nada de Cataluña, de la fiesta de Sant Jordi ni de personajes «fantoches» salidos «de los sumideros de la tele» como la tertuliana de ‘La Noria’ Pilar Rahola. En su columna del lunes 18 de abril de 2011, el escritor dejaba bien claro que no acudiría a la festividad del día del libro por que se sentiría como una «puta». Un día después, desde La Vanguardia, Rahola le responde.
«NO ME GUSTA SENTIRME COMO UNA PUTA» NI «FIRMAR JUNTO A RAHOLA»
El 23 de abril se celebra el Día de Sant Jordí en Cataluña (Día del libro). El escritor y ex presentador de Informativos de la noche en Telemadrid, Fernández Sánchez Dragó, dejó muy claro en su columna semanal de El Mundo que no acudiría a Bracelona a la tradicional feria del libro a firmar su obra:
No me gusta ir de borriqueta en borriqueta por las Ramblas como si fuese un periquito del Caribe, un cucurucho de altramuces o un titiritero con pintura de albayalde.
No me gusta ir a una región de España en la que han prohibido los toros y cierran librerías acusándolas de nazis.
No quiero sentirme como puta de escaparate enseñando las bragas a los peatones.
Pero el periodista va más a llá y da nombres propios en su discurso:
¡Imaginen que me toca firmar junto a la Rahola o cualquier otro fantoche de los sumideros de la tele!
RAHOLA: «LO SUYO ES QUE LAS BRAGAS SE LAS ENSEÑEN LAS SEÑORAS DEL OFICIO»
Como aludida, Pilar Rahola, respondió a Dragó en su columna del diario La Vanguardia. En un texto titulado «Dragó, no nos abandone», la escritora y tertuliana de ‘La Noria’ utiliza una ironía poco sutil para insultar a su ‘rival’:
Intento digerir la trágica noticia de la ausencia de Sánchez Dragó. ¿Cómo podemos vivir un día del libro sin este amante del sexo tántrico, escritor a tiempo libre -él o sus negros reconocidos-, cuyo amor por las niñas suscitó un edificante episodio digno recorrido mediático?
¿Cómo podemos disfrutar de Sant Jordi sin su categoría moral, su fina educación y su amable lengua? Es un drama nacional, una tragedia griega, un roto en la historia de Catalunya, una Navidad sin suegra.
Lo que duele más intensamente es que ha dejado de amarnos, él, el gran amante, todo sexo entregado al amor universal, ha dejado de querer a este bruto territorio que es Catalunya.
En cuanto a la afirmación de Dragó de que que no quiere sentirse «como una puta que enseña las bragas», Rahola responde:
Lo suyo es que las bragas se las enseñen las señoras del oficio a él, a poder ser bien jovencitas, como amablemente nos ha hecho saber
Podríamos transmutar a Pilar Rahola en alguien presentable, no sé, una Ana Botella por ejemplo, y finalmente recuperar la tortura a los toros, mientras volvemos a abrir esa decente librería que vende libros de Hitler. Y si hace falta, le montamos una comité de bienvenida con niñas de 13 años, unas de esas lolitas ‘que visten como zorritas’ y que tanto le gustan».