Hacer entrevistas en directo no es fácil, sobre todo cuando el que tiene que responder a las preguntas no sólo no lo hace sino que se dedica a ningunear, insultar e incluso agredir al periodista. Y lo peor es que en la mayorías de los casos, el entrevistado acude de promoción o cobrando y nadie se atreve a mandarle a casa con las manos vacías. Eso sí, como siempre, es el presentador el que sufre la mayor vergüenza ajena.
Cualquier presentador o periodista demuestra su profesionalidad con esa prueba de fuego que son los cara a cara con un invitado. Hoy por hoy, en TV, este género no resulta difícil ya que, en la mayoría de los casos, las entrevistas son concertadas con objetivos promocionales o políticos y son los invitados los que deciden si ir o no a un programa y quien o quienes les debe hacer las preguntas correspondientes.
Pero eso sí, por muy bien intencionado que sea todo siempre hay sorpresas. Son muchos los entrevistados que no están por la labor de hacer que el profesional haga su trabajo y mantiene una actitud agresiva e inoportuna ya sea por mal carácter, ansias de llamar la atención e incluso, y no es tan raro, por acudir a la cita en condiciones poco recomendables…a buen entendedor…
En España tenemos varios ejemplos de entrevistas míticas que han causado bochorno e incomodidad en el espectador. Repasemos las más bestias desde las más míticas a las más recientes.
05. La madre del ‘Cuco’ en ‘La Noria’ (T5): Hay que tener mucha cara
El mal invitado: fue la entrevista que lo cambió todo. Por ella, los anunciantes se largaron de ‘La Noria’ e hizo tambalear los cimientos argumentales de T5. Sucedió el 29 de octubre de 2011, cuando Rosalía García, madre de ‘El Cuco’, el joven condenado a 2 años y 11 meses de internamiento por un juez de menores de Sevilla por encubrir el crimen de Marta del Castillo, se sentó en el programa cobrando 9.000 euros.
Mucho se ha hablado de la responsabilidad del programa y de la cadena por lucrar (y lucrarse) a una mujer involucrada, de alguna manera, en un hecho tan atroz pero poco se ha comentado sobre la figura de Rosalía García y de su comportamiento ante las cámaras.
Y es que la mujer, para empezar, no conforme con llevarse el dinero a casa puso una serie de condiciones para salir en la tele: no quería hablar de lo que había cobrado y no permitió que se le viese la cara. Pero eso no fue todo. La invitada fue esquiva, manipuladora y parecía reírse de todos pero ¿Se puede saber qué contó que ya no supiésemos? Una tomadura de pelo, en general.
¿Profesionalidad?: Desde el momento en que se le pagó a esa mujer no la hubo pero la única que se atrevió a ir directa a la yugular de la invitada fue María Antonia Iglesias, quien le dijo a Rosalía García que, en realidad, lo que ocurría es que le tenía miedo a su propio hijo, que su discurso era contradictorio y que había ido allí a reírse de todo el mundo.
04. Niño violento en ‘El diario de Patricia’: «Adoro a mi madre, me cago en mi puta madre»
El mal invitado: Qué pena que ya no existe ‘El diario de Patricia’ (A3). Cuántos titulares nos regalaba. Uno de los más incómodos fue cuando una madre desesperada acudió para hablar de su agresivo hijo. El polluelo hizo acto de presencia y aquello fue surrealista. Terminaba todas sus frases con «me cago en mi puta madre» y, aunque reconoció que tenía «un pronto muy fuerte» y que adoraba a su progenitora, no dudó en amenazarla y en desear que se fuese de su «puta casa». Por poco pega a la buena mujer pero se contuvo y se largó dando patas al aire y diciendo… ¿El qué? Efectivamente: «me cago en mi puta madre»
¿Profesionalidad?: La buena de Patricia Gaztañaga hizo lo que pudo, le dejó hablar aunque tenía que haber sido más dura y cortarle antes de aquel desmadre. menos mal que no llegó la sangre al río.
03. José María Ruíz Mateos en ‘Espejo Público’: «¡Esto no es un monólogo!»
El mal invitado: El jueves 23 de febrero de 2012, en una conexión en directo, Ruiz Mateos y uno de sus hijos hablaron con Susanna Griso de sus problemas judiciales con el ‘caso Nueva Rumasa’. En realidad no hablaron ‘con’ Susanna Griso, hablaron y punto. Y es que el empresario, enajenado, dio rienda suelta a su verborrea más pueril y cuando la presentadora quiso hacer su trabajo, es decir, preguntar, él le respondía «no me hable usted de chorradas». Al final, ella le cortó los pies y colgó.
¿Profesionalidad?: ¿Qué hacer cuando el entrevistado sólo quiere dar su versión de los hechos? Interrumpirle. ¿Se niega a contestar? Pues es lo que dijo Griso, que aquello no era una entrevista, por lo tanto, no tiene sentido continuar. Ella, por fin demostró el mal genio que tiene y, con entereza, le cortó el grifo al empresario.
02. Jaime Ostos en ‘Sálvame Deluxe’: «Mila es una borracha y una proxeneta»
El mal invitado: ¡Qué desfachatez! ¡Qué poca vergüenza! Esto es lo que sentimos todos los espectadores que vimos el ‘Sálvame Deluxe’. El 24 de agosto de 2008 cuando acudió como invitado Jaime Ostos. El torero mantuvo una actitud repulsiva, indignante, cargada de desidia y violencia, mantenida por una pose de superioridad y desafío pocas veces vista. Sus ataques fueron a parar a todos los tertulianos pero en especial a Karmele Marchante, a la que le dijo que si fuese «puta», se «moriría de hambre por fea» y, sobre todo contra Mila Ximénez a la que ‘machacó’:
Eres una tirada y una golfa. Repartías droga en Marbella entre las chicas jóvenes para irse con los árabes.
¿Profesionalidad? Poca, la verdad. Entendemos que Mila enloqueciese pero se tenía que haber largado o alguien tendría que haber parado aquel circo de manera más contundente. Es cierto que Jorge Javier se puso muy chulo con el invitado pero no le echó, y encima, el torero se llevó un buen cheque a casa.
01. Paco Umbral en ‘Queremos Saber’ (A3): «Quiero hablar de mi libro»
El mal invitado: lidera la lista casi por obligación histórica. Y es que, por fin alguien le cerró la boca a Mercedes Milá. El escritor Paco Umbral acudió a la tertulia de la periodista y harto de la conversación, gritó: «Yo he venido aquí a hablar de mi libro y no a hablar de lo que opine el personal, que me da lo mismo». El momento es mítico. Modales aparte, el intelectual tenía razón.
¿Profesionalidad? Por primera vez, la presentadora no sabía dónde meterse y, aunque hizo meros amagos de contención, no consiguió frenar a la ‘bestia’ que tenía delante. Puede que supiese, perfectamente, que el invitado llevaba la razón y se moría de vergüenza.