Tras tres años en antena, ‘Sálvame’ tendría que renovarse o morir. El público empieza a darle de lado los viernes por la noche y sus responsables deberían actuar rápido. Nosotros proponemos unos cuantos pero partimos de una pregunta ¿Debería terminar ya el show?
¿DEBE TERMINAR ‘SÁLVAME’?
Esto es algo que, lógicamente, ha de decidir la audiencia. La versión diaria de por las tarde va bien (con una media del 16 y 17% de share) pero es la edición ‘Deluxe’ de los viernes por la noche la que tiene problemas. La competencia de A3 -antes con ‘Atrapa un Millón’ y ahora con un nuevo concurso de próximo estreno de nombre Avanti!- y el desgaste comienzan a hacerle daño.
En 2012, Jorge Javier y los suyos no ha llegado ni al 15% de media de cuota de pantalla los viernes noche, cuatro puntos por encima de la cadena de Planeta pero dos puntos menos que el año anterior. Quedan ya lejos los tiempos en los que el programa registraba un 18% o un 20%. Estos datos nos dicen que debe actuar ya.
Hay que añadir que, hoy por hoy, ‘Sálvame’ es un producto rentable del que se alimentan otros espacios de la cadena y que es, posiblemente, el único islote de prensa del corazón que hay en antena por lo que responde a la demanda de un determinado público que hay que respetar. Esto no significa que el programa no deba de modificarse.
¿POR DÓNDE HAN DE TIRAR?
‘Sálvame’ comenzó de madrugada, de tapadillo. Su función era la de comentar la gala semanal de ‘Supervivientes’ pero el carisma de los tertulianos y las broncas entre ellos le dieron mucha popularidad y, en seguida, se mudaron diariamente a las tardes.
Se ha dicho mil veces: el secreto de ‘Sálvame’ no es lo que cuenta si no quién lo cuenta. Es un reality en el que, de vez en cuando, se trata el corazón. Los protagonistas son los tertulianos y eso es lo que engancha. El público ya les conoce y les sigue como si fuesen personajes de una telenovela. Muchos son los que se quejan de que hay muchas broncas en directo pero eso es, precisamente, lo que llama la atención, lo que hace que te quedes mirando la tele.
Tras años de éxito y descontrol, llegó el escándalo de ‘La Noria’ y el cambio se notó. Los de ‘Sálvame’ rebajaron el tono, se peleaban menos, no decían tacos y se reían más. Aunque no fue escandaloso, la audiencia bajó y en la primavera de 2012 estamos viviendo una vuelta al conflicto y a los contenidos polémicos. Pero de la época ‘blanca’ se debería mantener un rasgo básico: el humor.
Ahora hemos visto a Mila hecha una fiera contra Raquel Bollo o Marta López, a la Esteban gritarle a Lydia Lozano, a ésta llorando por culpa de Matamoros y, encima, se ha anunciado la incorporación de Aída Nizar (qué miedo…). Pero aún se nota el desajuste, la inquietud.
‘Sálvame’ va a ser siempre un programa polémico, siempre. Las asociaciones de telespectadores lo van a machacar. Tienen que vivir con eso. Pero podrían mejorar con varios detalles. Como hemos dicho, que rebajen la gravedad de ciertos temas e inyecten más humor. Que sigan las broncas, sí, pero no la sangre y el bochorno. Que se miren menos el ombligo y hablen más de temas puramente rosa.
Otra propuesta sería la de fichar gente más joven, con perfiles más frescos y menos chapados a la antigua. Y por favor, que no rescaten temas ‘viejunos’ ni ‘muertos vivientes’-léase Víctor Sandoval-.
¿QUÉ COLABORADORES SOBRAN?
Repetimos: la clave del cortijo son sus protagonistas. Hay muchos y muy variados. Todos son ya estereotipos. Tenemos a los ‘malos’, a la llorona, al conservador, a la inocente, a la sensata…
Pero como en cualquier ficción, el relevo es necesario. Muchos personajes ya cansan o, bien, no pintan nada ahí. Analizamos a cada uno de ellos, sus funciones y su importancia -ojo, que no queremos que nadie se vaya al paro, sólo que se reinventen o que pasen a otro programa, algo que puede ser beneficioso para ellos-.
Jorge Javier Vázquez: el bombero pirómano
A favor: es uno de los mejores comunicadores actuales, es rápido y con muchas tablas. Si el programa decae él lo levanta con algún golpe de efecto (como cuando se vistió con un traje de la Pantoja). Es el que más humor tiene e inyecta al conjunto y el que más se hace respetar.
En contra: se le nota demasiado el sadismo. Él provoca un conflicto para luego alzarse como el salvador. Es irritante.
¿Debe quedarse? Por el bien del programa sí, aunque, si quiere no quemarse, que vaya desapareciendo poco a poco y se centre en concursos de prime-time.
Belén Esteban: ‘la princesa salvaje’
A favor: aunque nunca más volviese a parecer en la tele, su fama tardaría décadas en morir. Belén Esteban, para bien o para mal, ya es un referente. Una actitud. Es fuerte, potente y llama la atención aunque sólo vale si alguien la acompaña y controla. Como estrella única no da la talla.
En contra: Sólo habla de sí misma. No aporta nada nuevo al programa.
¿Debe quedarse? Sí pero porque tanto ella como J.J. son la marca del programa.
Luis Rollán: el hombre ‘zen’
A favor: es prudente, está bien relacionado, no es agresivo y trae noticias.
En contra: Ya hay demasiados simpatizantes de la Pantoja en ‘Sálvame’ y, exceptuando las broncas que tiene con Kiko Matamoros, a Rollán apenas se le escucha. Da la sensación de que quiere llevarse bien con todos y no da juego.
¿Debe quedarse? No debería de haberse ido de ‘El programa de Ana Rosa? Le proponemos para ‘Qué Tiempo Más feliz’.
Rosa Benito: la ‘inocente’
A favor: atrae al público femenino de edad madura -mayoritario del programa- y su familia sigue teniendo mucho tirón.
En contra: da poco juego, es decir, no trae noticias y lo que suele decir, aunque tierno, suele carecer de sentido o coherencia.
¿Debe quedarse? Otra que encajaría a la perfección con Ana Rosa Quintana o, por qué no, ‘Las mañanas de Cuatro’ (para levantar el programa). Estaría más tranquila.
Terelu Campos: la sensata
A favor: pues eso, que es como caperucita en mitad de los lobos. Aporta la dosis necesaria de tranquilidad y sentido común.
En contra: no se moja nunca y, a veces, pasa demasiado desapercibida.
¿Debe quedarse? Sí.
Kiko Matamoros: el duro
A favor: Es el más ‘cañero’, de los que más noticias aporta y de los más cultos. Sabe dónde está y qué papel jugar.
En contra: Es el objetivo de los que juzgan el programa. De vehemencia y malas formas, aunque da titulares, pueden resultar demasiado agresivas.
¿Debe quedarse? Sin duda.
Chelo García Cortés: la decepción
A favor: Tiene muchos contactos y ha dado grandes momentos como cuando descubrió su relación con Bárbara Rey.
En contra: Esperábamos más de ella. Apenas se defiende de los ataques y, lejos de ellos, no se nota su presencia.
¿Debe quedarse? Debería ponerse las pilas. Tener más humor y contar más cosas.
Raquel Bollo: la luchadora
A favor: Cae bien porque da imagen de leal, de mujer hecha a sí misma y defensora de los suyos. Aunque empezó mal -sin hacer ruido- sus broncas y su historia personal la han hecho protagonista.
En contra: Es demasiado insegura y no tiene tablas a la hora de comentar cosas que se salgan de su vida o de la Pantoja.
¿Debe quedarse? Ahora que Isabel Pantoja ha fichado por Telecinco, de los tres ‘representantes’ que tiene la tonadillera en ‘Sálvame’, Bollo es la más cercana al público. Debe de entrenarse más pero su presencia merece la pena.
Lydia Lozano: la llorona
A favor: da informaciones y es la única que se enfrenta a Belén Esteban.
En contra: Sus ansias de protagonismo hacen que cada vez que llora, se transforme en una caricatura de ella misma.
¿Debe quedarse? Sí, aunque sólo sea por su guerra con la de San Blas y con Matamoros.
Kiko Hernández: el conservador
A favor: es una máquina de traer información, sobre todo de T5. Nadie como él para enterarse de los trapicheos de la tele. Sabe que para mantener su silla, ha de dar caña y lo hace a la perfección.
En contra: es demasiado soberbio para con el público. Sus falta de respeto para con la audiencia da miedo.
¿Debe quedarse? Sin duda.
Karmele Marchante: la friki
A favor: es un personaje surrealista del que poder reírse.
En contra: no da exclusivas y desprecia demasiado su trabajo
¿Debe quedarse? ¿Si no le gusta estar ahí, por qué está? Cuando se fue no la echamos de menos.
Mila Ximénez: la rebelde
A favor: su humor, sus aportaciones informativas, su mala leche y su irreverencia. No se calla y eso se agradece.
En contra: es demasiado agresiva.
¿Debe quedarse? Sí, aunque debería rebajar el tono. Puede pasarle factura.
Marta López: La inoportuna
A favor: está muy puesta en todo lo que pasa en la cadena, es directa y provoca conflictos.
En contra: ha llegado en mal momento. Ya hay un ‘eje del mal’ (Matamoros, Mila y Hernández) y ella sobra.
¿Debe quedarse? Hay que darle tiempo.