Aída Nízar ha vuelto a ser el centro de la polémica desde su sección en ‘Sálvame’ pero esta vez no ha sido ella la provocadora, sino la víctima, y va en serio. En pleno reportaje, una mujer se acercó a ella y le arreó un golpe. Aunque cueste creer, la colaboradora es, en este caso, ‘inocente’.
El problema de Aída es su fama. Su fama de ‘mala’, provocadora y polemista profesional. Currículum no le falta. Medio Telecinco (por no decir casi todo), no la soporta. La audiencia la machaca aunque la sigue y sus demandas se acumulan día tras día.
Su imagen de defensora del pueblo que ha querido vendernos desde que llegó a ‘Sálvame’, no ha cuajado tal y como ella esperaba. En su segunda semana enfrente de su sección ‘Sálvese quien pueda’ ya montó un buen alboroto al meterse con los nacionalistas catalanes y decir aquello de:
Cataluña necesita a España pero España no necesita a los catalanes.
Es más, Aída se fue a la celebración del día de Sant Jordi enfundada con una bandera española y provocando al personal lo que se saldó con insultos, amenazas, intentos de agresión y la intervención policial.
Desde entonces, los reportajes de Nízar han pasado más bien sin pena ni gloria. Los ponen al final de los programas (los martes y los viernes) y suele haber de todo; desde personas que la apoyan y ceden a ser entrevistadas a los que pasan de ella y la insultan o desprecian.
Pero el viernes 25 de mayo de 2012, vimos los violentos efectos que puede llegar a tener la fama que precede al personaje de Aída Nizar.
AÍDA EN LA CIUDAD DEL POCERO
El reportaje de ‘Sálvese quien pueda’ de ese viernes giraba en torno a el PAU del Quiñón en Seseña (Toledo). La conocida como ciudad del Pocero. Recordemos que se trata de una polémica urbanización construida por el empresario Francisco Hernando, alias el Pocero, que ofrecía viviendas a precios económicos pero que, con la crisis, ha tenido que frenar la construcción.
Aída comenzó su reportaje acercándose a la Fase 2 del proyecto y tal y como ella dijo, aquello parecía «un desierto». Por fin vio a una vecina, se acercó a entrevistarla y esta le dijo que los pisos de esa zona están casi todos comprados pero que estaban vacíos hasta hace sólo 2 meses y que muchos lo usan como segunda vivienda.
Según relataron otros vecinos, el precio actual de los pisos está en 72.000 euros cuando antes costaban 180.000 pero muchos se quejan de que los bancos no les avisaron de la Hipoteca paralela, es decir, que la entidad bancaria reclama la diferencia entre lo pagado y el valor real del piso.
El primer encontronazo que tuvo Aída fue con los responsables de la oficina de venta de la fase 2, quienes no le permitieron el acceso y se negaron a contestar a sus preguntas.
Pero la cosa cambió cuando Nízar se acercó a la fase 1 del proyecto. Allí se respiraba un ambiente más urbano, plagado de comercios y de transeúntes. Los vecinos se mostraron encantados con vivir allí y consideraban al Pocero una especie de salvador.
El conflicto llegó cuando Nízar quiso entrar en una de las tres inmobiliarias que tiene el Pocero en la urbanización. Al acceder al local, las trabajadoras le prohibieron el paso a la reportera. Aída, golpeó la puerta quejándose de ese maltrato y, de pronto, salió enfurecida una mujer que, a gritos de «no vuelvas a dar golpes», le agarró el micrófono a la mismísima Aída y le atizó con él en la cara.
Ya de vuelta en plató, Aída, muy dramática ella, le dijo a la mujer que le había golpeado:
Teresa, tu sueldo será embargado por agredir a Aída Nízar.