El momento que tanto se anunció en las promos de ‘Perdidos en la Tribu 3’ (Cuatro) ha llegado. El martes 29 de mayo de 2012, vimos cómo Liz (la acoplada de los Berhanyer) se quitaba la ropa y como su novio, Elio, entraba el cólera minutos después de hacer él lo mismo. Fue genial pero no lo único grande que pasó en el capítulo 7.
¿Por qué, si nunca le he prestado demasiada atención, me está sorprendiendo esta edición de ‘Perdidos en la Tribu’? Lo he dicho mil veces, porque se nota el cambio. Porque, hay, en 2012, más humor y más mala leche que en años anteriores. La mano de obra de los responsables de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ es más que visible y eso es de agradecer. No todos los episodios han sido buenos, ojo, pero cada semana yo me río más, y eso no es fácil.
En el episodio 7 hubo mucha paja (casi todo lo que les ocurre a la familia Merino, que si bien son los que mejor lo hacen, también son los menos interesantes) pero destacó por únicos y grandiosos momentazos. Y si estas escenas fueron las causantes de que me retorciese de la risa fue por algo de lo que no me había dado cuenta antes: la elección musical. Nunca volveré a escuchar a Nino Bravo de la misma manera. Me explico.
LOS NAVARRO: AMOR Y DESAMOR EN ÁFRICA
Chabeli iba para tronista pero se perdió en África. La hija sexy de los Navarro está desbancando, por momentos, a Marie como personaje estrella de esta edición. ¿Por qué? No, no es por su dos buenas razones (no seamos superficiales, hombre), es por lo que ocurrió el martes 29 de mayo de 2012.
La escena fue la siguiente: tres jóvenes Suri se reunieron para dictaminar que Chabeli está muy buena. Uno de ellos, el más apuesto, tomó una decisión y se fue directo al ruedo. Con Nino Bravo como banda sonora, el cazador se acercó al patriarca Navarro y le propuso un trueque: tu hija por diez vacas.
A José, tan entregado él a la aventura, la propuesta le hizo gracia y mandó llamar a su hija. Ésta, asfixiada por interminables capas de maquillaje, se hizo la damisela inglesa del Siglo XIX y se fue agarradita de la mano del cazador local. Él era de ideas fijas. Ella se hacía de rogar y le pedía que si quería algo, tenía que irse con ella a Sevilla. El Suri, que no, no, no… que allí se estaba muy agustito y que diez vacas eran muchas para pagar su dote (paso de hacer chistes sobre ubres). Mientras, el clan Navarro miraba la escena entre la risa y la preocupación. preocupación que tenía la madre, siempre tan co-dependiente de su hija.
Y fue Isa precisamente, quien protagonizó el segundo momentazo de la noche. Y es que descubrió la versión africana de las peluquerías chonis españolas. Todas las mujeres Suri, la convocaron para hablar de sus cosas. Y ‘cosas’ es un eufemismo de sexo. Sí, sí. Ellas están felices con sus hombres. Daban detalles específicos del tamaño del miembro que les da placer y la sevillana, rota de la risa les informaba que la ‘herramienta’ de su marido era algo así como un cacahuete quemado. Y con un montaje de premio, la escena se intercalaba con planos del matrimonio andaluz sin mirarse a la cara y al son de ‘Se nos acabó el amor de tanto usarlo’ (obra y gracia de la más grande).
Otra cosa a destacar de los Navarro fue cuando el viejo de la tribu les devolvió la muñeca gitana que los sevillanos les habían regalado a los Suri nada más llegar. El anciano de la tribu alegó que, como la flamenca, es su «diosa» debían de tenerla ellos. Es genial. Cada vez que me den un regalo absurdo, voy a poner esta excusa.
Pero en su valoración semanal, el jefe Suri no tenía buenas palabras para Isa, a quien le dijo:
Creo que los demás se están acercando a nosotros, pero no tú, pero les gustas a las mujeres y me piden que tenga paciencia. No voy a pedirte que hagas nada, debes ser tú misma.
Por su parte, los locales se han dado cuenta de que José ni pincha ni corta en su familia y le han advertido:
Hay algo vuestro que me confunde, algo que no voy a tolerar en mi gente. Un Suri debe respetar a su líder, si no respetáis al jefe de la familia, ¿cómo puedo esperar que me respetéis a mí?»
Atención, la semana que viene veremos el despelote frontal de Chabeli.
LOS BERHANYER: MACHISMO Y TOPLESS, MALA COMBINACIÓN
Es curioso que, en 2012, hemos visto varios personajes machistas, o supuestamente machistas, en realities de TV. Primero fueron Sergio y Cristian de ‘GH12+1’, luego la fauna de ‘Quién quiere casarse con mi hijo?’ (a los de ‘MyHyV’ les doy por imposibles) y ahora en ‘Perdidos en la Tribu’ nos hemos topado con un personaje algo inquietante: Elio.
Recordemos que Elio es el hijo del patriarca Berhanyer (Juan Carlos) y que se llevó a la aventura a su novia Liz. Ésta ha sido siempre un personaje que me ha dado un poco igual. Se cree que está en ‘El club megatrix’, pero apenas sí se le escucha. El caso es que, el martes pasado, vimos como los Tamberma quisieron que ambos se sometieran a un rito de iniciación cuya norma básica era pasar la noche en el bosque (bueno, bosque no, porque hay cuatro árboles: uno, dos, tres y cuatro. Punto) en pelota picada.
A Elio le costó desnudarse pero, al final, nos dio un primer plano de su inmenso pandero. Liz, en modo Leticia Sabater, no se resistió demasiado y se quitó el top -tranquilos, que había censura-.
El caso es que, al día siguiente, a Elio le raparon la cabeza, algo que no le sentó muy bien al joven por lo que ya iba ‘calentito’. Cuando vio a su chica medio despelotada y cantando bajo un árbol entró en cólera y en plan pantojil le dijo:
No me vais a grabar más ( o algo parecido)
Lo increíble fue cuando la pareja se reconcilió y Liz, tan modosita, le dijo:
Me he asustado un poco pero me ha gustado mucho que me defiendas tanto.
Otra pregunta que me hago yo con respecto a los de Marbella es: ¿Por qué ha vuelto Marie si ni siquiera tiene premio? Es que, por mucho que diga que quiere disfrutar, la francesa se pasa el día con cara de mala hostia. Eso sí, me sigo partiendo con ella. Ese momento de lavarle los pies a los locales fue brutal.
Y, cómo no, los Tamberma fueron muy duros con Marie en su valoración y le dijeron:
Estamos cansados de tu actitud, de tu desprecio. Algunos creen que tus problemas no tienen solución. A pesar de todo queremos ayudarte y curarte por dentro. Hablarás con los espíritus, ellos te ayudarán con tu rabia
Ese momento de Marie a lo Jennifer Love-Hewitt lo quiero ver ya.
LOS MERINO: DE MASCOTAS Y HOMBRES
Los Merino, aunque se han adaptado muy bien en el Amazonas, siguen padeciendo sus particulares carencias afectivas. Matizo. Los hijos no soportan al padrastro y éste ya pasa. Los de la tribu les han pedido, pues, que:
Debéis demostrarnos que sabéis hacer las tareas sin ayuda y en familia. Si estáis unidos os irá bien
Vuestras vidas han cambiado para siempre. No sois los mismos que llegaron por el río pero el camino todavía no ha terminado y debéis seguir trabajando y aprendiendo
Qué ‘potito’ todo. Y no sólo por ésto. Yo casi me emociono cuando la tribu perdió a su mascota, un mono riquísimo, y hacia el final, lo encontraron todo muerto de hambre y casi se lo comen a besos. Eso sí, luego los cazan sin pudor alguno. La vida…