Aprovechando que estamos en la semana del Orgullo Gay, haremos un repaso de las series que mejor (y peor) han retratado la homosexualidad. Y nos haremos varias preguntas ¿Se ha normalizado a los gays y a las lesbianas en la ficción? ¿Qué significa normal?
Durante décadas, en el cine y en la televisión, se ha tratado ( y se sigue tratando) a los gays como elementos aislados que buscaban ansiosamente la aceptación . Los personajes gays, por regla general, siempre han de enfrentarse a lo que la sociedad opina de ellos, como si sólo les definiese esa lucha.
- Pareciera que en las películas y en las series, los homosexuales sólo quisieran ser ‘normales’ cuando la utilización de este término es excluyente es sí misma.
- Parece mentira, pero hay que seguir explicando que un gay no es sólo gay.
- Se conseguirá una aceptación total cuando se compre y se produzca una película de gran presupuesto como ‘Titanic’ en la que los protagonistas sean gays y ni siquiera se mencione como un problema.
Un ejemplo: La película ‘Crash’ de Paul Haggis (que se llevó tantos Oscar) pretendía condenar la marginación racial en la ciudad de Los Ángeles.
Todo era muy bonito, muy cargado de buenas intenciones, pero los personajes se pasaban el día señalándose así mismos como «negros», «latinos», «chinos»… Como si sólo fuesen eso. Pero seguramente un filme tan malo como ‘Catwoman’ hizo más por la comunidad afroamericana que el metraje anterior, ya que el color de piel de Halle Berry daba exáctamente igual.
DE LA INVISIBILIDAD AL RECLAMO
En la televisión estadounidense, casi siempre pionera en todo, se comenzaron a ver personajes gays a mediados de los 80. Eran, por norma general, intervenciones episódicas en las que los homosexules representaban un ‘problema social’ y servían para que los ‘bienintencionados’ protagonistas ganasen puntos con la audiencia.
En fin, la píldora moral de la semana: Un día los gays, otro la anorexia, otro el aborto,etc- En este aspecto podemos citar las míticas ‘Hotel’, ‘Vacaciones en el mar’, ‘Hospital General’…
Siempre con la moralina como bandera, los caracteres de distinsta condición sexual se colaron en culebrones de altos vuelos como ‘Santa Bárbara ( con aquel hijo díscolo de nombre Channing Capwell Junior) o Dinastía ( creo recordar que había un bisexual por ahí).
Pero llegó el gran Matt (Doug Savant) de Melrose Place y la cosa se puso interesante. Cierto es que éste era un pobre desgraciado que interesaba más bien nada pero estaba en los créditos iniciales y eso ya era un logro.
Los tiempos cambian y la visibilidad es mayor y los homosexuales- sobre todo los hombres -pasaron de ser causas benéficas a reciclarse como los mejores amigos de la treintañera solterona y neurótica que es guapa pero que va de fea.
No hace falta decir que el gran estandarte de este género es ‘Will and Grace’, un producto muy criticado por aquellos que odian los tópicos pero que no era más que un entretenimiento naïf en el que, realmente, el gay no tenía una vida amorosa tan ‘importante’ como la de su partenaire heterosexual.
ELLEN DE GENERES MARCA EL HITO
Las lesbianas celebraron la llegada de ‘Ellen’, sitcom de enorme éxito, en la que su protagonista, Ellen DeGeneres, tras muchísimas temporadas salió del armario (tanto en la vida real como en la ficticia). Fue ella, en realidad, al que marcó un antes y un después en la forma de ver a los homosexuales, en especial a las mujeres homosexuales: Ahora ‘podían’ no tener pareja estable, ‘podían’ ser divertidas, femeninas…
Años atrás, los personajes gays no solían aparecer hasta ya muy avanzada la serie. O bien se incorporaban al reparto más tarde o bien, un personaje que hasta la fecha era heterosexual, se pasaba ‘taitantos’ capítulos descubriendo sus nuevas tendencias hasta que su entorno (y los espectadores) le aceptaban. Aquí podemos apuntar a la grandísima Carrie Weaver (Laura Innes) de ‘Urgencias’ ( a mi parecer, la madre de todas las series).
‘QUEER AS FOLK’ Y ‘THE L WORD’: CON ELLAS LLEGÓ EL ESCÁNDALO
Estas son las ‘joyas de la corona’. No por su calidad (defectuosa a ratos) sino porque , por vez primera, se le daba la voz cantante al colectivo LGTB. Tanto ‘QAF’ como ‘The L word’ fueron pioneras y como tales, causaron revuelo tanto para unos como para otros. Vayamos por partes.
‘Queer as folk’ era el retrato de un grupo compuesto por seis gays y dos lesbianas que intentaban representar los diversos estereotipos de la homosexualidad-desde el promiscuo hasta el maduro acomplejado-. La serie, como drama personal, funcionaba de maravilla, sobre todo en sus dos primeras temporadas. Los personajes estaban muy bien escritos al igual que sus relaciones amorosas.
El problema es que insistían demasiado en la reivindicación social. No paraban de repetir, constantemente, lo dura y difícil que era su vida por ser homosexuales mientras que intentaban no mezclarse con heteros.
Con ‘The L Word’ los problemas fueron a más. Aquí se reflejaba la vida de un puñado de lesbianas pudientes con un tono mucho más serio y grave que el de ‘QAF’ . Estas sí que vivían en un micromundo femenino en el que apenas entraban los hombres -daba igual de qué condición-.
Tanto la una como la otra se caracterizaban por el altísimo contenido de escenas eróticas. Muchas fueron las voces contrarias a tal decisión, ya que consideraban que daban una imagen de la comunidad gay excesivamente promiscua y libertina y alegaban que ser homosexual no implica estar todo el día retozando bajo las sábanas.
Hoy por hoy, en toda ficción se se precie hay una o varias tramas gays. Las más destacadas las de ‘Anatomía de Grey (Callie y Arizona son la preja más querida del Seatle Grace), ‘Glee’ ( todo ahí es gay, aunque sólo haya dos personajes fuera del armario), Mad Men, ‘Skins’ (la más heavy de todas) ‘The Good wife’ (¡la mejor!,) o la cancelada
‘Cinco hermanos’.
¿Y EN ESPAÑA CÓMO VA LA COSA?
Pues más o menos como en USA. Comenzamos a ver gays en nuestra series de la misma manera que en las estadounidenses, pidiendo perdón y desapareciendo en un capítulo.(‘Farmacia de Guardia’, ‘Médico de familia’, ‘Segunda enseñanza’…). Nos costó llegar a estabilizar las cosas y , de hecho, aún no lo hemos conseguido del todo.
Tras varios intentos ‘fallidos’ como ‘Tío Willy’, esa frikada tierna de Andrés Pajares, topamos con un par de puntos de inflexión: ‘Al salir de clase’ y ‘Siete vidas’. En aquella vimos el primer beso gay sin retoques y a una hora temprana (mediodía) y en la segunda. a la primera protagonista lesbiana de nuestra historia, la gran Anabel Alonso en el papel de Diana.
Y la cosa evolucionó como era de esperar. Había más lesbianas que gays en papeles dramáticos ( ‘Hospital Central y ‘Amar en tiempos revueltos’) y éstos se quedaban en la comedia (‘Aquí no hay quien viva’, ‘Aída’).
En España se vivió una cosa inaudita: que en una serie se echase de menos a los gays .¿Cómo era posible que en una producción como ‘Un paso adelante’ (Antena3) , enmarcada en escuela de artes escénicas, no hubiese ni un solo homosexual (hubo dos que duraron tres capítulos)? Es como si haces una serie sobre la NBA y no hay negros.
Pero llegó ‘Física o química’ y se dio un pasito más. Y no sólo gracias a Fer y a David (personajes adorados por la audiencia) sino porque era la primera vez que veíamos en la pequeña pantalla un trío no sólo sexual sino amoroso (entre otras muchas cosas).
QUEJAS, QUEJAS Y MÁS QUEJAS
¿Hace falta decir que molestarse por cómo actúa o por lo que dice un personaje ficticio es una estupidez? Lo pregunto porque es sorprendente lo que se cabrean algunos con lo que llaman «topicazos».
¿Pero desde cuando una sola persona representa a un colectivo? Si sale un gay amanerado, ya habrá alguno que diga que es que no todos son así. Quien quiera verlos como otra cosa, es su problema. Aquí sól hay que juzgar si el personaje está bien escrito o mal escrito. Punto.