"Yo ahora mismo abandono este plato porque no tengo ni fuerzas ni ganas de continuar con esto."
El polígrafo de Coto Matamoros tuvo cuatro consecuencias claras: que deseamos que el hermano de Kiko no vuelva a aparecer en TV, que aunque parezca poco profesional, J.J. Vázquez merece un aplauso, que Lydia Lozano ya no tiene amigos y que Conchita, La poligrafista, no es de fiar. Pero hay que añadir que, desgraciadamente, tenemos Coto para rato ya que su sesión con la máquina de la verdad -emitida el 23 de noviembre de 2012- se hizo con un estupendo 19,6% de share durante el prime time y con un gran 24,2% en el late-night.
Ese 23 de noviembre de 2012, Jorge Javier Vázquez hizo lo que muchos espectadores no fuimos capaz de hacer; cambio de canal, a su manera. El presentador volvió a desafiar las leyes de la profesionalidad, dejando su trabajo a medias y plantando al personal ante lo que él consideró, algo «delictivo». Y no fue para menos. Porque por mucho que sabíamos que el polígrafo de Coto Matamoros iba a ser para atarse los machos, no nos imaginamos que la ‘sesión’ se fuera a cobrar las víctimas colaterales que se cobró.
Mucho se ha hablado del cabreo que se pilló Jorge Javier Vázquez antes los comentarios homófobos del invitado -de los que nos ocuparemos un poco más abajo- pero eso no fue, ni de lejos, la consecuencia más grave de la velada. Un espectáculo televisivo que, como todos en Telecinco, fue tóxico pero irremediable adictivo, que es, al final, lo que realmente se pretende.
Una semana antes, Coto hizo su reaparición televisiva después de estar unos seis años semi-desaparecido. Tras triunfar en programas como ‘Crónicas Marcianas’ o ‘A tu Lado’, Matamoros se retiró, perseguido por su pasado delictivo (estuvo un par de veces encerrado en la cárcel) y por una leyenda urbana que incluye diversas adicciones, amenazas y miedo, mucho miedo (casi todos los que han trabajado con él, lloraban amargamente al recordarle).
Su primer Deluxe, el del 16 de noviembre de 2012, resultó ser un circo tan grotesco y morboso que la audiencia se entregó en cuerpo y alma. Su hermano Kiko por poco le pega al decir que una noche, Makoke (mujer de Kiko), le pidió a Coto que la «violase». Hubo referencias a la cocaína, acusaciones de maltrato y una víctima clara: Lydia Lozano. La colaboradora, que apareció de pronto (si es que alguien se lo cree) se comportó de manera demasiado amable con el que considera su enemigo por lo que, durante la semana siguiente, se especuló con la posibilidad de que el invitado y la colaboradora hubiesen hecho algún tipo de pacto previo.
Puesto que Antena3 ha subido la audiencia y T5 quiere mantener la hegemonía de los audímetros durante el mes de noviembre, el programa invitó a Coto a una segunda ronda para así, calentar motores ante el regreso de Belén Esteban el próximo 30 de noviembre de 2012.
Así pués, el ex de ‘Crónicas Marcianas’ se sentó con las armas cargadas y acompañado de una sorprendente aliada: Conchita, la poligrafista. Y es que, por mucho que esta mujer vaya de independiente y profesional, la noche del 23 de noviembre, se le vio el plumero, la mota, el estropajo y todo lo que hiciese falta.
LA ‘VERDAD’ SOBRE LA SALIDA DE COTO DE ‘CRÓNICAS MARCIANAS
Durante una parte de la visita de Coto, Kiko estaba aguardando en una sala VIP mientras que su gemelo aseguraba no arrepentirse de su actuación de la semana anterior, reconoció ser «politoxicómano»
Y tras una entrevista previa, el programa entró en harina. El polígrafo comenzó una pregunta de ‘calentamiento’: «¿Te arrepientes de haberte hecho el tatuaje en la cabeza?». Coto respondió que no y la máquina de la verdad confirmó que no mentía.
La siguientes cuestiones giraron en torno a un polémico tema: la marcha de Coto del mítico ‘Crónicas Marcianas?. una semana antes se especuló con la tesis de que Javier Sardá despidió a su tertuliano después de que este le soltase aquello de: «Chúpame la polla». Matamoros lo negó ante la máquina de la verdad y ésta le dio la razón. Ni le habían despedido ni se había enfrentado al presentador.
LYDIA LOZANO, VÍCTIMA DE LOS ‘SUYOS’ Y LA EVIDENCIA DE QUE CONCHITA NO ES BUENA PROFESIONAL
Al igual que la semana pasada, Lydia Lozano se mostró sorprendentemente calmada ante la presencia de Coto Matamoros. Y decimos ‘sorprendentemente’ por que esta mujer, vehemente como la que más, solía llorar por las esquinas de T5 cada vez que se le mencionaba el nombre del que fue uno de sus mejores amigos.
Muchos consideran que esta actitud de ‘no agresión’ por parte de la periodista es un acto de profesionalidad en toda regla, mientras que muchos de sus compañeros la acusan de falsa y de, precisamente, no hacer bien su trabajo puesto que si se sienta ahí es para montar el show, no para parecer la madre Teresa (particularmente, les doy la razón a estos últimos, ‘Sálvame’ no es ‘Sonrisas y lágrimas’).
Como Lozano había sido una de las protagonistas de la semana, el polígrafo contó con un bloque dedicado exclusivamente a su persona. Ante la pregunta de que si Coto había alardeado de acostarse con Lydia cuando ésta era ya una mujer casada, él contestó que no pero la polígrafista dijo que mentía.
¿Tiene Coto Matamoros información secreta de Lozano que, de salir a la luz, puede perjudicar a la colaboradora? El invitado contestó con un «sí» y la máquina lo reafirmó.
Pero lo fuerte llegó con la pregunta:
¿Has mantenido relaciones sexuales con Lydia Lozano?
Cotó contestó que sí y atención a lo que dijo la poligrafista:
Le sale que dice la verdad porque se lo cree.
¿Cómo? ¿A qué viene ese aclaración? Aquí, Conchita no sólo dejó muy claro que Lydia le cae bien y que quería protegerla sino que los resultados de sus pruebas tienen la misma credibilidad que Leticia Sabater en un mitin político. No es que siempre nos hayamos creído a esta poligrafista pero ya, directamente, nos vamos a reír en su cara cada vez que aparezca en televisión.
Luego, Coto confirmó que no «odiaba» a Lydia y que, por supuesto, no había pactado nada con ella la semana anterior.
JORGE JAVIER ABANDONA EL PLATÓ DE ‘DELUXE’
Pero el escándalo llegó con la pregunta «¿Eres homófobo?» El invitado respondió que sí y nos regaló uno de los discursos más surrealistas de la historia de la televisión:
Sí, soy homófobo pero no soy homófobo contra la persona. A mí, la inclinación sexual de la persona me trae sin cuidado. No la clasifico por eso ni muchísimo menos, ni la juzgo por eso. Soy homófobo contra el movimiento feminista que ha estado financiado desde la reacción, desde la fundación Rockefeller y el capital. Soy homófobo contra ese movimiento de apartheid que han creado los homosexuales. Soy homófobo ante Chueca y el ghetto de San Francisco. Soy homófobo ante las leyes de la violencia de género que rigen este país que están dictadas desde el feminismo más radical y más irracional. Y soy homófobo ante un país que abraza la homosexualidad como algo natural, que no lo es. El día que los hijos nazcan por el ano, a lo mejor dejo de ser homófobo. Y digo, no tengo nada contra las personas. No voy a decir, tengo muchos amigos homosexuales porque no es verdad. Tengo dos amigos y les quiero.
Jorge Javier, sin aspavientos, ni malas formas, le dio el micro a Lydia Lozano y dijo:
Yo ahora mismo abandono este plato porque no tengo ni fuerzas ni ganas de continuar con esto. Hay cosas que son delictivas. En las cárceles se estaba mejor sobre todo gente como tú
Matamoros contestó:
No entiendo tu reacción porque yo no estoy atacando a nadie directamente. Yo respeto la condición sexual de las personas, pero no comparto el movimiento. ¿Me tiene que gustar Chueca si no me gusta?
Tras el encontronazo, Jorge Javier regresó después de la falsa disculpa de Coto. Y para los que se lancen a por Jorge Javier, decirles que, aunque faltó a su trabajo, su reacción no fue ni agresiva ni mal educada, sino lógica.
CONTRA KIKO MATAMOROS
Tras el enfrentamiento con el presentador, lo cierto es que el resto del polígrafo fue menos escandaloso de lo esperado. Especialmente porque Kiko Matamoros hizo un ejercicio casi sobrehumano por contenerse.
La máquina de la verdad confirmó que Coto no estuvo obsesionado con Makoke, que no se acostó con ella aunque sí con una ex de su gemelo, que no quiere a Kiko, y que desea que el colaborador de ‘Sálvame’ se quede ciego.
Un momento de alta tensión fue aquel en el que Conchita confirmó que Kiko había usado a Coto como «correo de la droga», algo que el primero no aceptó y prometió poner una demanda no sólo a su hermano si no a la mismísima poligrafista. No sé si la tal Conchita se merece ir o no ir a un Tribunal pero lo que está claro es que hay ciertas personas a las que no se les puede hacer pruebas como estas. Es una irresponsabilidad absoluta.