Cuando venía a trabajar a Sálvame venía con mucho miedo. No sabía lo que me iba a encontrar.
Nunca una rehabilitación fue tan rentable. Belén Esteban reapareció en el ‘Deluxe’ tras tres meses desaparecida y reconoció sus miserias. ¿Cuánto le durarán sus buenas intenciones? ¿Cuánto ha cobrado? ¿Cómo han reaccionado sus compañeros? ¿Y el público?
El 30 de noviembre de 2012, Telecinco sacó la alfombra roja y puso toda la carne en el asador para rentabilizar lo que aún le queda de icono social a ese personaje llamado Belén Esteban. No era la primera vez que ‘la princesa’ se reinventaba y, como en ocasiones anteriores, su programa la recibió como si fuese, realmente, de la realeza -con el plató, el del ‘Deluxe’, a tope, y una tendencia a la exageración y la tensión dramática con su presentación, nudo y clímax final correspondientes-. Vasile, Jorge Javier y compañía, nos ‘obligaron’ a creer, de nuevo, que la Esteban es importante. No importante sólo a nivel local, sino importante de verdad.
Durante los días previos, tanto el programa como casi todo el grupo de Mediaset nos machacaron con la expectación y la promesa de que la reaparición de la de Paracuellos iba a ser morbosa, conflictiva y polémica. Pero ¿iba a ser nueva? ¿Cómo era posible que un personaje ya agotado por la repetición pudiese sorprendernos? Pues bien, y aquí llega el amago de reverencia, Belén Esteban lo consiguió. Cambió de tercio sin salirse de su tema recurrente -ella misma- y si bien no se reinventó, sí que se las ingenió para subirse a una nueva trama. Ya no importan tanto sus devaneos sentimentales como el porqué de éstos. Fran, Jesulín o la Campanario han sido sustituidos por la nueva palabra de moda: adicciones.
Belén Esteban es, o fue, adicta. Así lo ha dicho. No se sabe a qué porque ella, muy pudorosa, se cortó de dar detalles. Debería haberlo hecho pero tampoco importa demasiado. Lo crucial es que la co-presentadora de ‘Sálvame’ ya no sólo ‘mata’ por su hija. Ahora mata por ella misma. La Esteban mandó un mensaje claro: quiere ser un ejemplo de superación. Si antes era la cenicienta que consiguió hacerse millonaria sin príncipe azul, ahora es la heroína que lucha contra sus propios demonios. Ella quiere ser la nueva luz al final del túnel. Casi nada.
ANTECEDENTES: SIN AMIGOS, SIN AMOR, SIN TRABAJO Y SIN PÚBLICO
Se nos ha hecho creer que durante la temporada primavera-verano de 2012, Belén Esteban andaba desatada, peor que nunca. Se supone que estaba más irascible, molesta e histérica que antes pero, echando la vista atrás, siempre fue así. Un personaje de escasos modales que sacaba los colmillos a la primera de cambio.
Lo que era distinto en esta última época, era su red de seguridad. Tanto divorcio y tanto reencuentro con su Fran Álvarez, terminaron por agotar a una audiencia que ya cambiaba de canal cada vez que contaba la misma historia. Además, y por vez primera, Belén no contaba con el apoyo de los ‘suyos’. Sus compañeros, entre leales y temerosos, siempre le habían servido de escudo protector pero se habían hartado. El colmo llegó el 3 de septiembre de 2012, cuando, en ‘Sálvame’, la ‘princesa’ acusó a Kiko Hernández de haberse inventado el cáncer que sufrió años atrás. Aquí se terminó la tontería. Belén era la mala oficial del grupo. No había opción al perdón.
La ex de Jesulín no regresó y se fue corriendo a ver a un psiquiatra. No lo hizo sola. Su marido la acompañó y por lo que se sabía, la cosa no iba mal. La información que nos daba era que, simplemente, el matrimonio necesitaba ayuda profesional para reconducir su vida. Nada más.
Para que el cambio fuese completo, la ‘princesa’ regresó al quirófano. Se cambió las prótesis mamarias -las anteriores eran PIP-, se ‘re-ordenó’ la nariz y se hinchó los labios. Tan contenta andaba ella que se olvidó de mantener la línea (y bien que hace) y engordó 16 kilos y medio exactamente.
Pero unas semanas antes de su reaparición pública, las noticias se pusieron jugosas. Belén y Fran habían roto definitivamente por enésima vez. En ‘El programa de Ana Rosa’ se habló, por fin, de terapia de «rehabilitación» y él, el marido, habló para la revista ‘¡QMD!’ quejándose de las malas maneras con las que su ex señora le había plantado -dijo que ella le había dejado los papeles del divorcio en el bar, sin derecho a conversación y/o réplica-.
Tenía muchos frentes abiertos Belén en su entrevista del viernes 30 de noviembre de 2012: tenía que explicar el porqué de su marcha, hablar de su ex, enfrentarse a sus compañeros y rezar para que su cara se hubiese desinflado del post-operatorio. Tenía dos opciones: la de siempre -ponerse chula y a la defensiva- o la nueva -ser más humilde y reconocer sus ‘pecados’-. Optó por la segunda y funcionó.
LA APARICIÓN DE LA ‘NUEVA’ BELÉN: CARA ‘INCÓMODA’ Y ACTITUD VULNERABLE
Como decíamos, el plató del ‘Deluxe’ estaba a rebosar. Querían hacernos creer que la ocasión lo merecía. El programa se agenció al club de fans de la Esteban, cargado con pancartas y ganas de aplaudir.
Primero hubo una mesa redonda con la plantilla del ‘cortijo’ al completo, en la que cada colaborador, iba adelantando sus impresiones de lo que iban a ver. Los tertulianos, muy diestros ellos, ponían las cosas difíciles, sobre todo Mila Ximénez y Kiko Hernández, quienes no se mostraron muy optimistas ante el regreso de una persona que les había hecho tantísimo daño.
Con la tensión servida, uno a uno, cada colaborador se fue del plató ceremoniosamente, y Jorge Javier dio paso al espectáculo. Belén Esteban bajó las escaleras hecha un amasijo de nervios. Estaba más gorda (y no es que ‘esté’ gorda) pero su vestido fue toda una declaración de intenciones: claro y estrecho, es decir, que no iba a ocultar ni su nueva barriga ni su ‘nueva’ personalidad, por mucha faja que confesase que llevaba.
Estaba guapa, a medias. Si le hacían un plano corto se notaba cierta deformidad en sus rasgos. Demasiadas arrugas, demasiados labios pastosos, y una nariz que no termina de enderezarse. Pero hubo un momento ‘remember’ en el que el programa mostró un vídeo con las ‘mejores’ escenas de Belén en ‘Sálvame’ y lo cierto es que ahora está mejor. Antes, (y hoy nos damos cuenta) parecía enferma, con esas ojeras de panda y esos pómulos afilados.
Se confesó muy nerviosa aunque con ganas de regresar. La ‘estrella’ de la noche parecía tan frágil como una niña pequeña. Estaa encorsetaba, se veía a la legua que había ensayado, que sabía lo que tenía que hacer y decir pero nos creímos su vulnerabilidad (sus tres amigas ‘anónimas’ de siempre y su representante aguardaban entre bambalinas para protegerla) y aunque sabía que es importante (dijo no haber pedido nunca el sobrenombre de ‘princesa del pueblo’ pero que está «orgullosa» de ello) no fue ni prepotente ni chula.
«ANTES ME VEÍA FEA, AHORA SOY UN CISNE»
Tengo muchas ganas de ver a mis compañeros. Ha sido una experiencia dura y con lo que quiero transmitir hoy quiero que la gente vea que se puede salir de todo
Dijo Belén Esteban a los pocos minutos de comenzar su ‘show’. Pronto abordó el tema de su físico y se autoproclamó paladín de la mujer con curvas al decir que
Antes me veía fea. Pero ahora la fea se ha vuelto cisne. Estoy feliz y contenta. He engordado 16 kilos. ¡Llevo faja! estaba deseando decirlo»
LA ‘GRAN’ DEPRESIÓN
Y poco a poco, fue dando pasitos hasta llegar al momento cumbre. primero reconoció que:
Estaba metida en una espiral muy difícil. Tenía subidas y bajadas. Mi actitud no era buena. Cuando salí pedí ayuda a mis amigas, a Toño y a mi familia. Me siento orgullosa de lo que estoy haciendo.
Cuando venía a trabajar a Sálvame venía con mucho miedo. No sabía lo que me iba a encontrar. Quería tapar los problemas de casa y mentía. Tenía una depresión muy grande. Lloraba todos los días. Ahora mismo tengo adicción a la vida, a mi familia, a mi hija, a mis amigos…
Cuando una persona quiere salir de algo tiene que tener voluntad propia y la ayuda de tu familia
LAS ADICCIONES DE BELÉN
Y entre tanto subtexto y tanta verdad a medias, Belén lo dijo:
Antes era adicta a cosas y ahora soy adicta a la vida.
Hay que reconocerle y aplaudirle a Jorge Javier Vázquez lo bien que supo guiar la entrevista. Aunque se notaba una gran empatía (o amistad, suponemos) con el personaje, no le falló a su público, preguntando y metiendo el dedo en la llaga sobre los temas más cola sabía que iban a traer. Por ello, el presentador le aconsejó a su compañera que:
Belén, creo que deberías dejar las cosas claras de una vez y terminar con los rumores sobre un tema del que ya se ha hablado mucho. Tienes que zanjar esto y decir las cosas como son.
La Esteban no lo hizo pero en su lugar, le entregó a su amigo un sobre. Él al abrirlo le pidió permiso a ella para leer en alto su contenido y la entrevistada sólo le dejó que hiciese público el titular:
Análisis clínicos referido a la toxicología, negativos.
Leyó él, que aunque deseoso por dar detalles, se abstuvo de hacerlo por respeto a una Esteban que, quizá, debería haber sido más clara. Visto con perspectiva, tanto da. Ya se ha dicho lo que se tenía que decir.
El momento confesión de la bajada a los infiernos fue imponente. Belén recurrió a su hija para ponernos la piel de gallina (es un clásico de cualquier persona que sufre adicción) y dijo:
Tengo una niña de 13 años preciosa y mi hija no tiene que cuidar de mí, tengo que cuidar yo de ella. Tengo una hija que me da la vida
No quería ser un juguete roto por eso me fui tres meses. Antes me dolía que me llamaran princesa del pueblo ahora para mi es un orgullo.
YA NO QUIERE HABLAR DE FRAN
Fue curioso también cómo la Esteban toreó el tema de su divorcio. Tenía que pasar por ahí pero sabía que si buceaba demasiado iba a repetir la historia de siempre. Cuando le preguntaron por Fran sólo dijo:
El camino ha sido duro, ha habido un divorcio. Me da igual que hable o no hable. Yo no tengo miedo a nada. He luchado con uñas y dientes por mi matrimonio, no me hubiera gustado separarme pero antes estoy yo. Tanto tú como yo, como nuestras familias sabemos el problema que hay.
Yo no entré en ningún bar, yo le di los papeles a uno de tus mejores amigos en la mano y no lie ningún ‘pollo’ en el bar, yo ya no ‘lio pollos’. Para mi era muy desagradable enviar los papeles por mensajería. Yo no te tenía que dar ninguna explicación porque el día que te fuiste te la di.
Solo te deseo que te recuperes como lo estoy haciendo yo. Te deseo lo mejor y sobre todo, que seas feliz
MIEDO A LOS COMPAÑEROS
Por supuesto, el gran clímax llegaría con el reencuentro de Belén con los del cortijo. Antes de que, uno a uno, bajase las escaleras para saludar a la hija pródiga, ella confesó:
«Yo no hago las cosas con maldad. Les pediría que si por favor me pueden dar una oportunidad. Me daría mucha alegría que mis compañeros volvieran a confiar en mí.
Tengo miedo a que Kiko Hernández me vuelva la cara, yo le pido perdón. Sé que ha confiado muchas veces en mí. A Mila también la pido perdón pero no quiero que todos los días me estén reprochando cosas. Necesito ayuda, he sacado la cabeza pero tengo que sacar el cuerpo.
La que más me ha sorprendido de mis compañeros ha sido ‘la Popi’ (Karmele). Me llamaba todos los sábados, me daba ánimos y me decía que ella también iba al psiquiatra una vez a la semana.
Eso sí, la Esteban dejó muy clarito que, de todos, al que menos simpatía le tiene es a Kiko Matamoros, que, curiosamente, no estaba presente en el acto.
EL REENCUENTRO: LÁGRIMAS Y PERDÓN
Lo dicho. Uno a uno, los colaboradores de ‘Sálvame’ tuvieron su momento de gloria abrazando a la Esteban y dándole un resumen de lo que acaban de ver en la sala VIP. Rosa Benito la besó con cariño, Raquel Bollo se quitó los zapatos y se lanzó a ella absolutamente sobreactuada, la Patiño le dijo que era una «valiente» y que la quería mucho, Lydia también alabó las agallas de la Esteban, al igual que Karmele o Jimmy y Mila apareció llorando y estrujando a su amiga mientras le decía:
Juro que me tendrás a tu lado. Discutiremos y nos pasarán mil cosas porque son muchas horas de programa pero juro que estaré contigo.
Y, por supuesto, lo mejor estaba por llegar. El último fue Kiko Hernández quien bajó las escaleras más serio que el resto de sus compañeros pero aún así la besó. Ella, ya sentada, le dijo:
Perdóname Kiko porque sé que te hice daño y gracias por darme un beso.
Pero, de pronto, Kiko pidió un momento a solas que J.J. no le concedió y el colaborador, llorando confesó:
Belén, también te pido perdón, te he querido siempre y no he dejado de quererte en tres meses, lo que me ha dolido es que la persona que se siente a mi lado durante tres años tuviera una duda de mí
Y para colmo, Jorge Javier puso el broche al asunto diciendo
Sabía que no podíais fallar cuando una persona pide ayuda, estoy muy feliz de trabajar con gente como vosotros
LO QUE HA COBRADO LA ESTEBAN
Todo fue muy bonito y emocionante. Belén Esteban es imprevisible, puede que mañana o el mes que viene vuelva a las andadas, sobre todo porque se encuentra en una situación muy frágil pero también es cierto que el viernes 30 de noviembre de 2012, nos la creímos (yo al menos). A ella y a Kiko Hernández, que aunque sabe muy bien lo que tiene que hacer para levantar la audiencia, podía haber sido mucho más duro con su ‘amiga’ y no lo fue (tampoco hubiese quedado bien ante la audiencia y, de pronto, le retira el saludo).
Pero las críticas externas llegaron con el caché de la Esteban esa noche. Según el portal Vertele.com, «su reaparición en Sálvame habría reportado a Esteban cerca de 30.000 euros como mínimo» aunque otras fuentes señalan esa cifra entre 50.000 y 80.000 euros. El portal, también recoge declaraciones de ciertos personajes públicos como la periodista, Isabel Rábago que tras enterarse del dineral que iba a cobrar la Esteban escribió que no iba a ver la entrevista.