Es mentira que le pedimos a la gente que no limpie en dos semanas para que parezca peor de lo que es.
Alberto Chicote y su ‘Pesadilla en la cocina’ ya son todo un fenómeno televisivo, para bien y para mal. A las grandes audiencias que le da a laSexta hay que sumarle la polémica y las acusaciones de ‘fraude’. PD investiga y descubre los secretos de cocina de un show que ya prepara segunda temporada.
Vómitos, ratas, camareras medio borrachas, pasotismo, comida caducada, gritos, insultos, agresiones, impagos, maltrato al cliente, putrefacción… Esto es sólo una mínima parte con la que se pueden encontrar casi tres millones de espectadores cada semana en ‘Pesadilla en la cocina’. Y lo primero que uno se pregunta es: ¿Esto es verdad? ¿No será todo una exageración, un show para entretener y hacer audiencia? Pues va a ser que no.
Según nos informan fuentes cercanas al programa producido por Eyeworks Cuatro Cabezas:
Todo lo que vemos es real e incluso peor. Es mentira que le pedimos a la gente que no limpie en dos semanas para que parezca peor de lo que es.
Nos confiesa un miembro del equipo de ‘Pesadilla en la Cocina’ ante las acusaciones del dueño de un restaurante alicantino (el ‘Da Vinci’) que participó en el programa y que finalmente ha tenido que echar el cierre. No ha sido el único. Primero llegó la noticia de que el madrieño Castro de Lugo también se clausuró tras la visita de Chicote.
Muchos son los que han acusado a Chicote de no dar buenos consejos o de no involucrarse demasiado pero, según un trabajador del programa, el cocinero
sí que se preocupa, pero es que algunos tipos son increíbles y les da todo igual.
Y ante la pregunta de que si es posible que los protagonistas de cada semana se puedan comportar de tal manera ante las cámaras, nos confirman que no interpretan, que «son así». Lo que pasa es que, al principio sí que están «tensos» pero que poco a poco se acostumbran y que se muestran tal cual son:
«Y muchos son peores de lo que se muestra. Los hay que saben que pasan de lo que se les está diciendo y parece que están ahí para que le cambien el local»
¿CÓMO ES CHICOTE?
Pero lo que más curiosidad causa de ‘Pesadilla en la cocina’ es saber cómo es realmente su estrella. Si Alberto Chicote es tal y como se ve en la tele o simplemente está interpretando.
El mismo miembro del equipo del programa de Eyeworks Cuatro Cabezas nos asegura que
Chicote es tal cual. Muy majo. Un tipo genial, muy cercano. Por ejemplo, cuando vamos a recogerle nos dice que si no podemos que ya va el al sitio en su propio coche. Eso es rarísimo que pase.
Sea como sea, Chicote convence y tanto la productora como laSexta han anunciado una segunda temporada para el 2013 y ya están manos a la obra, empezando por el casting de restaurantes.
Y no sólo ésto. Chicote presentará las campanadas en laSexta e incluso la revista ‘Qué me dices!’ ha estrenado esta semana una viñeta titulada ‘Pesadilla en la cocina real’ en la que Chicote intenta «poner paz» en las trifulcas de La Zarzuela.
«SOY UN TIPO BRUSCO Y DE FORMAS EXTREMAS»
Y también en el número de ‘QMD!’ publicado el lunes de diciembre de 2012, aparece una entrevista a Chicote en la que, entre otras cosas, el cocinero asegura que:
Cuando estoy en una cocina soy como me ves. Yo no hago ningún papel: Alberto Chicote es como sale en la tele. Si tengo que decir una burrada es porque han hecho algo que se considera un auténtico delito.
Para mí es fundamental el respeto en la cocina. Es un espacio muy jerárquico.
Que soy un tipo brusco, sí, que tengo formas extremas, es posible, pero en la cocina me tienen que dar el cien por cien. Si ofrecen algo en mal estado, se llevan el broncón del año y el ofrecimiento de que se vayan.
Sobre si en España hay tantas cocinas tan sucias como las que se ven en su programa, Chicote responde que:
Es horrible, pero las que se ven en la tele son así. No obstante, me consta que los restaurantes presumen de su buen trabajo. Llevar un restaurante no es fácil.
El cocinero también confiesa que él:
De la tele, no tengo ni idea. Me apetecía el trabajo y ayudar a la gente ya fuera con tele o sin tele.
También dice que le parece «divertidísimo» dar las Campanadas, que está montando un restaurante en Madrid, que le cuesta hacer dieta, que su casa no cocina nadie y que su otra pasión es la fotografía.