"Algo muy fuerte le tiene que pasar para que tome esa decisión."
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¿A quién beneficia que Kiko Hernández se marche de ‘Sálvame’? ¿A la productora, a la audiencia o a sus compañeros? Según se dice, la que menos se ha entristecido con la noticia ha sido Lydia Lozano, a quien sus colegas acusan de poco menos que de ser una trepa. ¿Cómo ha reaccionado ella? Como si oyese llover.
Ya hay uno menos. Kiko Hernández ha sido el último en completar la lista de colaboradores que tiran la toalla en ‘Sálvame’. Antes que él, Karmele Marchante, Mila Ximénez y Belén Esteban ya pasaron por su propia crisis profesional y, agotados, tiraron la toalla para no cansar a la audiencia (Víctor Sandoval no cuenta porque ese está rogando para que le llamen todos los días pero ni con esas). Y como en este programa se monta un circo por cualquier cosa, Kiko H. ha tardado tres días en irse.
Según comentó el tertuliano el lunes 3 de diciembre de 2012, su malestar anímico estalló el viernes anterior, cuando reapareció Belén Esteban en el ‘Deluxe’ tras tres meses de ausencia televisiva. La co-presentadora de ‘Sálvame’ se fue en septiembre de ese mismo año tras una serie de enfrentamientos con sus compañeros y en especial con Kiko Hernández, al que llegó a acusar de haberse inventado el cáncer que padeció el colaborador hace años.
Kiko Hernández prometió no volver a ser amigo de la Esteban pero con la vuelta de la ‘princesa del pueblo’, el asunto cambió. Ella reconoció públicamente que tenía adicciones y que estaba en pleno proceso de recuperación por lo que pedía ayuda a sus compañeros. Todos la apoyaron y Hernández, con lágrimas en los ojos, le pidió perdón por haber sido tan duro con ella.
Durante dos días, lunes y martes, Kiko lloró en directo y se fustigó tachándose de «cerdo», «sucio» y «sinvergüenza» por su comportamiento y dejando caer que necesitaba un respiro, que su vida no estaba atravesando su mejor momento.
Lo lógico hubiese sido que Hernández se fuese al despacho de sus jefes para darles la noticia de su marcha, arreglasen lo que tuviesen que arreglar y ya está, asunto zanjado. Pero no, obviamente, ahí se hace negocio hasta de las dimisiones. Por lo tanto, el miércoles 5 de diciembre de 2012, Kiko se fue a comer con la cúpula de la productora (‘La fábrica de la Tele’) y un equipo del programa se plantó a la puerta del restaurante como si fuera aquello la operación del rey (que, por cierto, es menos interesante, de lejos, que todo este lío).
Y por fin, tras 72 horas de ambigüedades bastante evidentes, se confirmó que Kiko Hernández abandonaría la TV de manera indefinida para poder tratarse psicológicamente con la ayuda de un terapeuta.
En plató, los más afectados eran los que quedan del ‘eje del mal’, Matamoros y Mila. El resto estaba triste pero había una que si bien decía que la marcha de Kiko H. le producía un gran dolor, nadie se la creía.
LYDIA LOZANO, LA NUEVA MALA DE LA TELENOVELA
Siempre se ha dicho que Lydia Lozano es mala compañera, que sus ansias de protagonismo son tan extremas, que se cree que ‘Sálvame’ seguiría haciendo la misma audiencia si saliera ella sola durante las cuatro horas de programa.
Al ser preguntada qué es lo que ella pensaba de la marcha de Kiko Hernández ella contestó, entre otras cosas que:
Algo muy fuerte le tiene que pasar para que tome esa decisión.
En ese momento, no se sabe muy bien porqué, Mila Ximénez se levantó de su silla y se largó de allí diciendo:
Me voy a vomitar.
La presentadora, Paz Padilla, fue, ‘hambrienta’, detrás de la colaboradora para ver qué le pasaba y ésta explotó diciendo que algunos de sus compañeros en realidad se alegran de que Kiko ya no esté en ‘Sálvame’ y señalaba directamente a Lozano, quien, por cierto, fue íntima amiga de Hernández hasta que, hace años, él le contó en secreto que padecía un cáncer y ella se lo contó a terceros.
Ante las acusaciones de ‘traidora’ Lydia se defendió tímidamente pero, de pronto, fue atacada por su peor enemiga: Ángela Portero. Ésta declaró que hace tiempo, cuando Lozano y ella trabajaron en el programa ‘Salsa Rosa’, también sufrió una crisis parecida a la de Kiko por la que tuvo que retirarse, circunstancia que Lydia aprovechó para «inventarse cosas» sobre ella e intentar hundirla profesionalmente.
Lydia, que aún se piensa que está en un programa serio, ni chilló ni gritó y sólo dijo que eso era «mentira» y que podía demostrarlo.
LYDIA LOZANO: «ME ENCANTA QUE KIKO SE HAYA IDO, ME VOY A QUEDAR CON SU SILLA»
Al día siguiente, 6 de diciembre de 2012, se volvía a hablar de lo mismo, de la marcha de Kiko y de la ‘maldad’ de Lozano. Pero antes, Matamoros dio un largo discurso en el que, a modo de explicación sobre la situación de Hernández, dijo que, por mucho que se les critiquen, ese trabajo es muy duro, se sufre mucho, provoca una estigmatización social y que puede, incluso, terminar con una relación de pareja- el problema realmente es que la gente, los ‘fans’, se lo toman muy en serio, eso es todo-.
Tras el speech de Matamoros, Mila habló muy claro y volvió a cargar contra su compañera Lydia:
Es cierto que cada vez hay menos competencia entre nosotros y que cada vez estamos más unidos pero estoy convencida de que Lydia, si para salir ella tiene que meterle la pierna a un compañero, se la mete. Y esta es mi opinión.
Lydia contestó extrañamente tranquila:
Yo no soy así pero qué quieres que diga. Todos saben lo que yo me he reído y lo que yo he llorado por mi amistad con Kiko.
Los demás siguieron metiéndose con ella y Lozano quiso zanjar el tema dándoles la razón:
Que sí, que vale. Me encanta que Kiko se haya ido, me voy a quedar con su silla.
Milá no se dió por vencida y comentó que:
De todos mis compañeros, Lydia sería la única a la que yo le contaría algo mío porque sé que iría a contárselo a los de arriba.