"Tú a mi madre ni la nombras cabrón, imbécil."
En el capítulo 10 de ‘Gandía Shore’ no hubo nada más que sexo. Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, el programa de MTV nos volvió a dejar boquiabiertos con una noche en la que todos los participantes se desataron.
Lo tengo que decir claramente: ‘Gandía Shore’ me gusta pero me aburre soberanamente. No son conceptos tan contradictorios en realidad. Por un lado, los ‘protas’ me tienen enganchado. Es mi ‘guilty pleasure’ particular pero cualquier placer tiene su límite y la estrategia que han hecho los de MTV de rentabilizar su programa estrella, ralentizando el montaje para obtener más capítulos ya me ha hartado. Todo lo que sucede ahí son petardos mojados, se prometen grandes momentos pero la sangre, todavía, no ha llegado al río.
Pero dicho esto, he de decir que el capítulo 10 -emitido el 16 de diciembre de 2012- fue bastante jugoso. Podríamos denominarlo como el de los episodios sexuales aunque también hubo un par de enfrentamientos memorables.
Eso sí, ya han quedado claras dos cosas. Que Core, Abraham, Clavelito y Gata, son más falsos que el currículum sentimental de Noemí Merino (Gh12+1) y que, por ‘chungos’ que sean, Labrador e Ylenia son el alma de la fiesta (aunque, como siempre, Arantxa siempre será mi favorita).
El capítulo comenzó explicándonos las consecuencias de la juerga nocturna que habíamos visto la semana anterior. Los chicos salieron de fiesta dispuestos «a matar» y casi todos llegaron a casa acompañados.
El primero que ‘mojó’ fue Clavelito, que se llevó a una chica a la cama. Le siguió Esteban y por partida doble. Tras acostarse con una desconocida, ésta se fue y él, muerto de calor se metió en la cama de Arantxa. Ella, encantada de la vida, comenzó con el acoso y derribo. Se desnudó y, según palabras de él, le puso las «tetas en la cara». Pero el cachas se resistió y terminó por regresar a su cuarto ante la desesperación de la benjamina de la casa. Pero a Arantxa, ejemplo eterno de optimismo, le dio igual eso y que su ‘amado’ Abraham se besase con una tocaya suya en la piscina.
Eso sí, el pijo (¿y gay?) de ‘Gandía Shore’ se quedó sin ‘probar’ a la joven que le acompañaba puesto que, según parece, ella era una chica fácil.
Pero mientras, esa misma noche, pasó algo muy, muy inquietante. Core, después de despachar con cuatro besos a un camarero que había conocido, se metió en el jacuzzi sola y la siguió Labrador. Ella le invitó a darse un baño y él le soltó:
Es que como entre, te voy a follar como nunca te han follado. Nosigas por ahí que me estoy empalmando.
Core: Pues venga, demuéstralo.
Claro, la escena no podía ser más tensa. Si Ylenia, alias, la ‘bipolar’ se enteraba, podría morir alguien. Pero, sorprendentemente, no fue así. La rubia pilló a su ‘chico’ con su archienemiga y se limitó a gritar:
Anda tía, muérdesela al menos. Que ya has demostrado lo guarra que eres. Yo soy la más guapa y la que más clase tiene de aquí y la que se ha comido al mayor pibón.
Core, entonces, se hizo la digna y bajo el lema de «yo no quiero movidas» se fue a dormir.
Al día siguiente sucedieron varias cosas. La más importante es que ‘Clavelito’ por fin tiene trama propia, en un un momento en el que nos preguntábamos por qué narices habían escogido a este chico en el casting. Pues bien, el menos cachas del grupo, se ha colado por una chica que no es otra que Anabel, la novia de su jefe en el chiringuito. Ella le se deja querer por todos mientras que su novio se enfada con su subordinado, acusándole de ‘vago’.
El capítulo 10 también fue el episodio de las ‘bromas’. No sé muy bien porqué, Abraham y Labrador decidieron ponerle Cola-Cao a Arantxa en el secador pero ella se dio cuenta antes de que la cosa le estallase, y se cabreó con sus compañeros aunque nadie confesó el pecado.
Y otra que está dando de qué hablar es ‘Gata’ (para mi gusto, la peor de todas. La que quiere ser mala de telenovela peor que no llega ni a eso. La rubia con ‘curvas’ explotó contra Labrador, quien la llamó «cerda» y se cagó en su «puta madre».
Tú a mi madre ni la nombras cabrón, imbécil.
Gritaba la otra mientras que intentaba agredir a su compañero. Él , todo gallito, le hacía frente:
Anda, me vas a comer los huevos de rodillas.
Pero el asunto, como siempre, quedó en tablas: con Labrador diciendo que se la «sudaba todo» y con Gata tachándole de su lista de personas favoritas en el mundo.
Esa noche, y aunque Esteban se quedó en casa con fiebre (me pareció fatal que nadie le acompañase al hospital), los chicos de ‘GS’ se fueron de marcha y el sexo regresó más salvaje que nunca.
En la discoteca, Labrador, a escondidas de Ylenia, se llevó a una chica al baño. Y las cámaras, por supuesto, fueron testigos el momento. Aprovecho la ocasión para decir algo que me inquieta de este programa. Entiendo que sus protagonistas se dejen grabar en cualquier circunstancia, al fin y al cabo, son las estrellas del show y lo pone en su contrato. Pero lo que no deja de sorprenderme que personas anónimas que no ganan nada con salir en la tele (ni siquiera popularidad, ya que aparecen cinco segundos) se presten a practicar sexo en público. Seré muy inocente pero aún me choca que vivamos en un mundo en el que la intimidad ya no es tan íntima.
Mientras, Clavelito y Abraham protagonizaron la escena de la semana. Ambos se llevaron a sendas chicas a la casa y ninguno de los cuatro tuvo reparos en practicar sexo a la vez (por separado eso, sí) en la misma habitación. Tan encantados estaban ellos que en plena faena, chocaron las palmas como símbolo de victoria.
Otra que también triunfó fue la buena de Arantxa, quien tras acostarse con un camarero salió corriendo de la habitación al grito de:
¡Bien! ¡Por fin me he corrido! Llevaba dos meses sin correrme ¡Joder!
LA VENGANZA DE YLENIA
Pero el clímax del episodio 10 no pudo ser más tenso. Abraham y Clavelito decidieron gastarle una broma a Ylenia trasladando su cama y sus enseres personales al descansillo de la casa. No contentos con ello, le echaron la culpa a Core (y luego se quejan) por lo que Ylenia, enfurecida, juró venganza.
El capítulo cerró con un inquietante plano de la rubia cargando un paquete de Cola-Cao dirigiéndose a la cama de una Core que no se había enterado de nada. ¿Que pasará? No hace falta llamar a Esperanza Gracia para saberlo.
