Triunfal en el ‘Barco’, chica Almodóvar por partida doble y pareja de uno de los hombres más deseados de España, Miguel Ángel Silvestre. Sin duda, Blanca Suárez es la actriz de moda y por ello, la revista GQ la ha nombrado ‘Mujer del año’.
Es la nueva estrella del cine español, un rasgo que cobra más mérito a tenor de que, hoy por hoy, no es que el cine español esté de capa caída, es que directamente ya casi no tiene ni capa. Blanca Suárez disfruta de un presente privilegiado y se huele un futuro mejor aún.
El 2012 fue el año cumbre de esta jovencísima actriz que debutó en 2008 con la película ‘Eskalofrío’, pero que se dio a conocer a gran escala con su asustadiza médium de ‘El Internado’. Pero su primer papel protagonista se lo regaló otra serie de idéntico corte y mismos responsables, ‘El Barco’, odisea post-apocalíptica en la que comparte romance con otro chico de ‘oro’ de nuestro cine, Mario Casas.
Con el éxito televisivo asegurado, en 2012, Suárez dio un paso de gigante al estrenar ‘La piel que habito’ de Almodóvar. Su papel era pequeño, pero crucial, y le permitió codearse con Antonio Banderas y Marisa Paredes. Tan bien lo hizo la muchacha, que ese mismo año, el director manchego la volvió a llamar para su nueva comedia ‘Los amantes pasajeros’.
Además, Blanca ha sido uno de los objetos de deseo favoritos de los paparazzi gracias a su relación sentimental con el deseadísimo Miguel Ángel Silvestre, más conocido como El Duque de ‘Sin tetas no hay paraíso'(T5).
Es por todo esto que en diciembre de 2012, la revista ‘GQ’ decidió otorgarle a Blanca Suárez el premio Mujer del año GQ. Ella misma explica en el número de enero de la publicación que:
La verdad es que cuando me llamasteis me hizo mucha ilusión. Al principio no entendía muy bien qué implicaba ser Mujer GQ del Año, pero cuando me explicasteis que había diez premios, nueve para hombres estupendos y el otro para mí… ¡me encantó la idea!
Y para mostrar que se merece el premio, la actriz posa de manera muy sensual, ataviada con lencería casi transparente, en una sesión de fotos de la que ya podemos disfrutar su making-off.