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Belén Esteban siempre ha dicho que no se siente muy cómoda con el apelativo de ‘Princesa del pueblo’ y parece que se lo está quitando a pulso. Para muestra, un enfrentamiento que protagonizó en directo con una señora del público. En medio de la bronca tuvo que intervenir Mercedes Milá, que había acudido como invitada del programa.
Usted no puede opinar si no nos conoce, señora.
Le dijo Belén Esteban a una mujer sentada en las gradas de ‘Sálvame’ el pasado 25 de febrero de 2013. Esta frase, por tonta que parezca, da para un debate.
No entraré en batallas verbales pero, a priori, no le doy la razón a la ex de Jesulín. Siempre me ha hecho gracia que los personajes públicos, y más concretamente los que exponen su vida en la telerrealidad (léase en ‘Gran Hermano’ como en ‘Sálvame’, que acaso es lo mismo).
Obviamente, no los conocemos en la intimidad. Puede que la Esteban, por ejemplo, en su casa tenga una educación exquisita y coma con cuchillo y tenedor, pero cualquier hijo de vecino que gasta su tiempo en verla puede opinar de lo que ve y concluir que su mascota está más domesticada que ella. Se les juzga por lo que quieren dar. Es como si un actor se cabrea porque se critica su trabajo en una película.
La otra parte, la de los famosos, siempre argumenta lo mismo: Que las cosas se pueden decir de muchas maneras. Pero el límite de la educación se marca según convenga. Lo que a unos les parece una ironía, un chiste o una gracieta, el otro se lo toma como una puñalada a su honor. Para los que a algunos es un insulto, para otros es un adjetivo.
Todo este discurso puede ejemplificarse muy bien con lo que ocurrió en el plató de ‘Sálvame’ aquel 25 de febrero de 2013. Se estaba hablando del tema de moda: La enésima crisis matrimonial de Rosa Benito con su marido, Amador Mohedano. Aquella ha dicho que «ya ha tomado una decisión» que dirá públicamente más adelante (eufemismo perfecto para decir que todo dependerá del cheque que le den en el ‘Deluxe’), mientras que su esposo, dicen, se lo pasa pipa con una rubia en Chipiona.
Se estaban debatiendo estas y otras cuestiones de vital importancia, cuando una educada (al César lo que es de César) Belén Esteban interrumpió el programa para hablarle directamente a una señora sentada entre el público y decirle:
Yo con todo el respeto que le tengo al público de esta tarde, también tengo que decir que si no conocen a una persona, ustedes no pueden llamar «falsas» porque no nos conocen. Aquí se viene a vernos, no a faltarnos al respeto. Usted no sabe lo que a lo mejor está sufriendo ella ¿vale? Y nada más. Hombre.
Y la aludida salió de su escondite para defenderse y decir:
Yo no le he faltado al respeto.
Belén le respondió:
Sí, le ha llamado falsa (a Rosa Benito).Es que se le oyen los gritos,
Feliz, Jorge Javier se apresuró , micrófono en mano, a pedirle explicaciones a la buena mujer del público, quien aprovechó sus cinco minutos de gloria aclarando que:
Yo puedo opinar lo que quiera. Yo pienso que es falsa y punto pelota.Yo puedo, como espectadora, tener mi opinión. Si a mi una señora me parece falsa, ¿por qué no lo puedo decir? Me parece falsa porque yo llevo 31 años casa y no voy a dejar a mi marido en casa y yo aquí. ¿Qué se piensa,? ¿de qué va? ¿se piensa que somos tontos o qué? Una cosa es que trabaje ahí y otra que seamos tontos.
Vamos a ver, primero, habría que decidir si ser falso es un insulto o no. Segundo, esta señora, lo único que estaba haciendo era nadar en su salsa. ¿Era maleducada? Sí, mucho. Pero es que hablamos de un espacio en el que la audiencia sube cuando alguien insulta a otro. La diferencia es que a unos se les paga por ello y a otros no.
Pero aquí no acaba la historia. De pronto apareció por allí Mercedes Milá para hacer más promoción de GH ( es normal, puesto que esta decimocuarta edición, si bien es exitosa, no lo es tanto como las anteriores). En un segundo, Mercedes se hizo dueña y señora del plató y quiso intervenir en la disputa.
Belén Esteban seguía discutiendo con la anónima. Jorge Javier quiso cambiar de tema pero la Milá dijo:
A ver, no. ¿Esta señora se ha quedado a gusto con lo que ha dicho? ¿Y tú ,Belén?
La Esteban respondió que no y desde las gradas, la otra volvió a tomar la palabra no sin antes presentarse:
Yo me llamo Pepa, Josefa en los juzgados y centros oficiales ( quiero un politono con esta frase ¡ya!). Yo no le he faltado al respeto a la señora Rosa en ningún momento. Yo sólamente he visto el vídeo y he dado mi opinión .es que soy extremeña y hablo muy alto, perdóname. Pero no creo que seas tú (a Belén Esteban) la que tiene que darme lecciones de cómo se habla y cómo se calla. (…) Ni señora, ni leches. Tú a mí me vas a hablar de educación.
La Estaba alucinaba y mandó a paseo a la otra:
¿Quién se cree usted qué es? La Pepa… No te jode. Ya está bien…
Y la Milá, autoproclamándose la nueva ‘reina del pueblo’ dijo:
La culpa la tiene Jorge Javier que te divierte más un lío… Yo controlo mi plató y veo que tú no…
Pues va a ser que no, Mercedes. En esta ocasión no te doy la razón. Y es que ‘Sálvame’ se basa precisamente en el descontrol. Para bien y para mal. De hecho, este incidente, unido al de hace un par de semanas en el que una chicas fueron expulsadas tras hacer una peineta en directo, nos advierten de una nueva posible línea de acción en el ‘cortijo’; la de hacer que el público también colabore. Al fin y al cabo, muchos de lo tertulianos están ahí cobrando y tampoco aportan nada.