Una vez más hemos comprobado que el docu-reality es el formato definitivo y más si se hace con mala leche. Es mitad realidad, mitad ficción por menos de lo que cuesta ‘GH’ o una serie e infinitamente más tronchante. Y es que, el estreno de la tercera temporada de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ ha superado con creces nuestras expectativas y eso que el listón está muy alto.
Uno no sabe nunca lo que es real y lo que no, lo que está preparado o lo que sucede de forma espontánea. Es una neblina peligrosa. Al principio, la incertidumbre puede molestar o ahuyentar a algunos pero si entras en el juego, la recompensa es enorme. Hablo, no de los docu-realities al uso sino de los de humor, un género que en España, los de Eyeworks Cuatro Cabezas han sido pioneros y maestros, tal y como se pudo comprobar el 11 de septiembre de 2013 con el estreno de la tercera temporada de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?. Estreno que, por cierto, hizo troncharse al 11,4% de la audiencia.
Tras el visionado el primer episodio de la temporada uno se pregunta: ¿no se han agotado ya los frikis en este país? Pareciera que los de Eyeworks han exprimido las existencias de personajes excéntricos. Y no hablo de los tróspidos sino también de ‘perdidos en la Tribu’ o ese producto de naturaleza ‘inferior’ que terminó por ganar a sus antecesores. Hablo, cómo no, de ‘Un príncipe para Corina’. Y es que, tras este último catálogo de ‘monstruos’ , muchos pensamos que se había tocado techo, que lo siguiente que nos ofrecieran sería menor o en todo caso más de lo mismo.
‘¿QQCCMH? 3’ no inventa nada. A no ser por la novedad de que se ha colado un hombre entre tanta suegra impertinente, poco hay que añadir al formato. Los trucos de montaje y la banda sonora insidiosa son ya lugares comunes en la casa. ¿Para qué cambiar si algo funciona? Pues eso, que la cabra tira al monte y los tróspidos al surrealismo. Este año, madres e hijos funcionan, a priori, mejor que en la segunda temporada (a aquellos gemelos, por ejemplo, no les soportaba ni la más santas de las santas, Terelu Campos, por ejemplo).
Si hay algo que caracteriza a este tipo de formatos es que sus creadores son capaces de convertir lo aburrido en entretenido, lo ingenuo en mordaz, lo inocente en malvado. Y todo gracias al artificio, a los trucos de edición y a un guión usado como maquillaje extremo. Pero si a eso le añades una galería de frikis única, la ecuación es brutal. Y es que este año, más que la pirotécnia, lo mejor es el casting. Hay de todo: desde una hermana choni de Gunilla Von Bismark, hasta la mismísima niña del exorcista ataviada con ropa interior de peluches, pasando por una embarazada, un filósofo que odia los gatos y la nueva Belén Esteban. Casi nada.
FRAN Y MARI CARMEN
En todas las ediciones de ‘¿QQCCMH?’ siempre pasa lo mismo. En las parejas madre-hijo, siempre hay uno que eclipsa al otro. En el caso de Fran y Mari Carmen, es ella la que se lleva la palma.
Cateta, católica y de buen comer, Mari Carmen lucha contra la promiscuidad (de boquilla) de su hijo, un ex militar con mucha pluma:
Un hombre que está chin-chin toda la noche, eso da anemia, mi Fran termina muriéndose con todos los días con sexo. Quiero una mujer para mi hijo. Que sea negra, mejor, que sea marroquí también me gusta, que coma con las manos. Las delgadas no me gustan, que tenga ‘carne’.
Dijo la buena señora ante la cámara (es bueno leer el texto para todos aquellos que no se enteraron en el vídeo. Uno podía reírse tanto que no escuchaba nada).
Él, por su parte, es fan de Pipi Estrada (¿se puede ser más trash?) y como su ídolo, busca sexo, sexo a todas horas.
Mª Carmen y Fran llegaron a la mansión y después de que ella criticase a la presentadora, Luján Argüelles por estar muy delgada, se prepararon para recibir a las candidatas. El listín era de lo más variopinto. La primera era una marroquí, crupier de profesión, a la que Mari Carmen le preguntó si comía con las manos. «No», respondió la otra. «Entonces no eres musulmana, sentenció la mujer. Sin palabras.
Por allí también pasaron una extremeña a la que le gustaba el sexo en todas partes y a todas horas, una catalana mona pero muy delgada (defecto insalvable para la ‘suegra’), otra más rellenita, otra que parecía el gigante verde del maíz y a la que le gustaba «todo lo grande», una actriz porno o una campeona de fitness.
Tras el casting llegó el momento de la selección final. Fran debía de eliminar a cuatro y terminó por quedarse con: Loles (la del sexo mañana, tarde y noche), Melania (érase una vez una mujer a dos tetas pegada), Lis, Houda (la marroquí) y Sara.
En la segunda parte del programa, Fran se llevó a sus chicas a una cata de vinos y mientras se morreaba con la marroquí apareció la ‘gigante’, se lo llevó al baño y le dio un masaje erótico del estilo ‘aquí te pillo aquí te caliento». Todo muy espontáneo, lo prometo.
ALEXIS Y ARMANDO
He aquí la novedad de la tercera temporada. por primera vez en ‘¿QQCCMH?’, hay un padre en vez de una madre. Gran acierto porque eso crea una trama maravillosa: la rivalidad. Y es que, en este caso, el padre en cuestión, Armando, es más crápula, ligón y macho (lo digo tal cual) que su retoño.
Alexis es un pijo convencido que dice que es guapo cuando no lo es, un vendedor de coches de lujo que se piensa que las marcas son sinónimo de buen gusto y que la patata en la boca le hace parecer absolutamente gay (no pondría la mano en el fuego por este muchacho, la verdad). Armando, por su parte, es un híbrido entre Cachuli, Albano Carrisi y Humberto Janeiro que busca, a toda costa, humillar a su hijo ante las mujeres (¿ahora me entienden cuando digo que el chico este tiene todas las papeletas para ser homosexual?).
La selección de las pretendientas fue tronchante. Por allí apareció una latina que se puso a interpretar una escena de culebrón, una ucraniana coleccionista de armas que dice tener una bomba en su casa («Policía, ¿en qué puedo ayudarle?»), una adicta a las compras no muy agraciada, una aficionada al reggetton, una que llegó con el vestido pintado al cuerpo y, por primera vez en el reality, una embarazada que encandiló al padre y al hijo.
Pero aquí el personaje es Svetlana, una suerte de Gunilla Von Bismark tras una tarde de compras junto a Aramis Fuster, a la que le gusta la ópera y que dice tener 33 años (más otros 33 diría yo).
Al final, Alexis se decidió por Loli (la embarazada), Xio, Valeria, Marta, María y Svetlana. Tras el casting se las llevó a todas a cenar al casino de Madrid y lo primero que dijo el muchacho fue:
Todas vinieron mal vestidas.
Tenía razón. Lo de Svetlana no tenía nombre. Su minifalda era el sueño húmedo de cualquier tronista de ‘MyHyV’, y sus botas de plástico, la fantasía de una stripper de carretera.
ROI Y BELÉN
Y llegamos, por fin, el clásico gay y su madre. Socios los dos de un bar de copas Roi se define así mismo como un James Dean del siglo XXI:
Yo soy 100% Londres y mi madre es muy Los Ángeles.
El desfile de candidatos de Roi fue de lo mejor del programa gracias, principalmente a Pupi, un transformista vestido con muñecos de peluche cuya especialidad es fingir ser la niña del exorcista. Maravilloso, aunque se note que sigue en el programa porque lo manda el guión.
Pero hubo más: desde un filósofo que odiaba a los gatos, a un actor que trabaja en ‘Bob Esponja. El musical’, uno que antes fue una chica (Gaby), un motero al que le encanta La Sirenita hasta un moderno que dice que es modelo y después, zas, se cae del guindo. ¿Modelo? Había que verle.
Y al final, Roi se quedó con Raúl, Gonzalo, Gabi, Edgar, Sergi y, por supuesto, Pupi. En su primera cita, el moderno se llevó a sus chicos a un bar de moda y alli se dio cuenta de que se arrepentía de haber elegido a Gaby, un criticón profesional al que todos odian
VÍCTOR Y MERCHE
Víctor es un ex scout y ex monaguillo adicto a los dibujos, al manga, a los peluches y al porno japonés. Un niño malcriado y gordito al que su madre, cual Electra, mima hasta el exceso.
Entre sus candidatas destacaba Andrea, una especie de Terremoto de Alcorcón que dijo la que para mí es la frase del año:
A mi me gusta disfrazarme de todo, pero que sean putones. ¿Carpintera? puta J¿ardinera? puta… Todo putones.
¿Se puede ser más grande? Valise, por favor, te cambiamos a Belén Esteban por Andrea (que no Andreíta).
También hubo una disfrazada de muñeca manga japonesa-putón, otra a la que le gustachupar piruletas, una «cubana-manchega» que se puso a llorar por los perros y al final se quedó con las dos orientales, Sendi y Misuri, Ana y Anisley, la cubana-manchega, Cristina, la crminóloga del pelo rojo, su favorita, y por último Andrea.
SILVIA Y LEO
Leo, argentino, es guapo, seductor y mentiroso. Su madre, presumida como ella sola, le quiere encauzar por el buen camino pero el chico parece que no tiene remedio. De sus candidatas me quedo, sin duda, con Leti, la Lina Morgan de Parla que, aunque, es muy fea, hace gracia. También vimos por allí a una que llegó con un revólver, y otra con un tatuaje de Carmen Sevilla, una que le confundió con un «tronista» y , por último, una que se definió como «geográficamente dispersa». Al final se quedó con: Marta, Erika, Marta M., Sara, María S. y Leti (aún falta que elimine a una más).
Leo se llevó a sus chicas a un bar de copas y allí, mientras se enrollaba con una, las otras por poco se pegan. Lo típico, vamos.
Ah, y una cosa más. En un momento dado, Luján se reunió con las madres y el padre y les dió un sobre misterioso. Lo genial fue la sintonía que se usó para el momento. Sí, la del Partido Popular. Pretencioso, pero efectivo. Enhorabuena.
