Un comentario sobre el cadáver de Asunta, la niña asesinada en Santiago, ha vuelto a poner a Mariló Montero en el ojo del huracán. Una vez más, en internet se le ha criticado a la presentadora de Las Mañanas de La1 su falta de sensibilidad ante sucesos tan dramáticos. ¿Por qué Mariló suele meter la pata cada vez que habla de muertos? ¿Es justo que se le critique tanto? ¿Hay un complot contra ella o simplemente es mala profesional?
Sucedió el 3 de octubre de 2013 cuando en ‘La Mañana de La1’ se estaban analizando las últimas noticias sobre el crimen de Asunta, la niña asesinada en Santiago de Compostela. Para el programa habló Alfredo Balsa unos de los hombres que encontró el cadáver de Asunta y que declaró que la víctima tenía una posición cuando la vieron por primera vez (con la mano extendida) y otra cuando regresaron, minutos después, tras haber llamado al 112 (con la mano recogida).
Tras la pieza de vídeo, Mariló Montero explicó su teoría al respecto:
Hallar un cadáver ya es terrible, por supuesto porque hay un cadáver… pero si el movimiento hubiese sido contrario parece que la propia cuesta, por la gravedad, hace caer el brazo, porque si acaba de ser asesinada todavía está blandita, pero si resulta que es al revés, que primero lo tiene así (extendido) y luego en el pecho…
Atención a lo que la periodista comentó el martes 24 de septiembre en Las Mañanas de RNE cuando, anunciando el sumario de lo que van a tratar en su programa de TV, volvió a referirse al crimen de Santiago:
Hoy vamos a hablar con la portavoz de los padres de la cría que fue hallada muerta el fin de semana. Las investigaciones sostienen que fue asfixiada, no se sabe si con una almohada. Si la hubieran asfixiado con una almohada no se sabe si se hubiera muerto por una parada cardiorrespiratoria, o si la hubieran ahorcado después con un cordón. No tiene lesiones más allá de las que se pudieron producir al arrastrar el cuerpo de la cría. En fin, están investigando
En realidad no está diciendo nada fuera de contexto. Pero ahora escuchen el audio en este enlace (minuto 35:30») . Mariló habla del asunto como si estuviese recitando la lista de la compra. Con desgana. No es que se le exija que llore, pero sí que al menos lo diga con la seriedad que merece el asunto.
Hay más, esta misma semana, la presentadora habló así de una nueva víctima de la violencia de género:
No quiero ser explícita ni ahondar en detalles, pero la cabeza separada del cuerpo y también una de las manos amputada
Todos estos casos nos hacen recordar otros comentarios ‘inoportunos’ que la conductora del magazine vespertino de La1, ha hecho en ocasiones anteriores.
El 24 de octubre de 2013, Mariló habló sobre el anuncio de la Asociación Nacional de Trasplantes que aseguraba que los órganos del presunto asesino de El Salobral no iban a ser donados. La presentadora, entonces, reflexionó sobre el tema y dijo:
¿Qué quieren que les diga? Yo no puedo negarles que he sentido tranquilidad al saber que los órganos de este hombre no van a dar vida a nadie, sinceramente. Yo no querría esos órganos.
No está científicamente comprobado, pero nunca se sabe si ese alma está trasplantado también en ese órgano.
El 10 de marzo de 2013, mientras que el programa cubría el entierro de la actriz Sara Montiel, Mariló le preguntó a una reportera:
¿Qué tiene dentro el coche fúnebre de Sara Montiel?
Tampoco estuvo muy oportuna cuando comparó los encierros de los San Fermines con la tragedia del Madrid Arena.
Tanto los comentarios inoportunos de Mariló, así como el inmediato linchamiento popular, ya cansan. Suenan a rancio. Por un lado se puede pensar que la presentadora simplemente tiene una manera muy personal de expresarse y que las críticas son gratuitas y dependen más a una inquina contra su persona que a ofensa real. Además, todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Lo cierto es que ya suena a chascarrillo fácil el meterse con Mariló. Cada cosa que dice es objeto de crítica.
