¿Se está tensando la cuerda de la fórmula tróspida? No cabe duda de que ‘¿Quien quiere casarse con mi hijo? (Cuatro) creó un nuevo estilo de hacer ( y sobre todo, post producir) docu realities. De aquí salieron programas similares y se creó una marca. El problema es saber si ya cansa o no. La respuesta la tuvimos el martes 19 de noviembre de 2013 con el estreno de ‘¿Quién quiere casarse con mi madre?’, un spin-off con pocas variaciones con respecto al original, un casting menos lustroso pero con los mismos fuegos artificiales.
Lo bueno que tiene encargar un trabajo a la factoría de Eyeworks Cuatro Cabezas es que sabes que, si les dejas, te van a transformar la paja en oro. Que una secuencia no es interesante, ‘no problem’, se edita después, se ponen cuatro efectos de sonido, se monta caprichosamente y solucionado. El truco se nota, pero no por ello es menos eficaz.
Pero tras acuñarse, en internet, el término tróspido, la fórmula se repitió en la tercera temporada de ‘Perdidos en la Tribu’ y en ‘Un príncipe para corina’ y, obviamente, en las tres ediciones de ‘¿QQCCMH?’. Cómo la cosa funcionaba, los creadores no se comieron mucho la cabeza y pensaron que para qué cambiar, que iban a hacer lo mismo pero en vez de emparejar a los vástagos lo harían con las madres.
El principal handicap de la idea era el target al que podría ir dirigido. Se podría entender que si la edad de las protagonistas era mayor, también lo sería el de su público. También se da por hecho que el sexo, los buenos físicos y el morbo (siempre grandes reclamos) iban a menguar. Sí, puede ser. Pero visto el primer programa de las ‘madres’, los parecidos con ‘¿Quien quiere casarse con mi hijo? son tantos que no debería ser rechazado por el mismo público potencial.
¿Que no se han comido mucho la cabeza y que nos podemos cansar ya de tanto friki y tanto artificio? Pues sí, para qué nos vamos a engañar. Pero un servidor, anoche, se lo pasó de lo lindo y no se aburrió. De momento, la fórmula no está muerta.
Eso sí, ¿QQCCMM? ha bajado el listón, hay que decirlo. Hay dos puntos débiles, de momento, con los que hay que andarse con cuidado. El primero es el casting de madres e hijos. A mí, por ejemplo, sólo me cae bien una. Eso tampoco es nada negativo. La falta de empatía con alguien no implica que no te rías con (o de) esa persona. Lo que ocurre es que noté mucho que la mayoría de las parejas hacen un papel. El frikismo no puede imitarse. Se es friki o no se es.
Y lo mismo puede decirse del casting de pretendientes. Anoche tuve la sensación que si hubiese visto el bruto, sin montajes, ninguno de ellos me hubiese llamado la atención. Se abusó, pues, de los truquitos de siempre para dar lustre a personajes poco carismáticos.
Pero bueno, esto acaba de empezar y yo que me alegro. Analicemos una, a una a las parejas madre-hijo y veamos qué podemos esperar de ellas.
PAULINA Y BLANCA: Pijas a lo loco
Fueron las primeras en salir y las primeras a las que querías ahogar con una tarta de praliné de caramelo. ¡Qué dos!. Más que madre e hija son super ‘coleguis’. De hecho, tienen hasta un lenguaje propio, como los elfos.
Ellas lo tienen muy claro, el hombre que vaya a conquistar a Paulina y que vaya a ser el padrastro de Blanca ha de ser… ¿buena persona? ¿educado? ¿culto? ¿solidario? Bueno, puede, pero lo primordial es que tenga pasta.
Cuando les presentaron a los ocho pretendientes, lo primero que hacían las dos mozas era preguntar cómo iban en el terreno económico. No es por nada (y ya sé que esto es un reality) pero a mi me enseñaron que hablar de dinero era de mala educación, aunque también entiendo que cada uno tiene sus prioridades.
Entre los pretendientes hubo de todo; desde un cachas sin un céntimo, a un locutor de radio adicto al electro-latino (esta sí que es razón para dejar a alguien) hasta un dandy al que ponían siempre en blanco y negro (genial el truco).
Al final, Paulina, la «artista no reconocida», pero a la que le da igual, tuvo que expulsar a dos y se quedó con Ángel (su favorito), Antonio, Serafín, Dinger (el que se parece al de los dibujos ‘El laboratorio de Dexter’) y Abraham
MAR Y JAVI: EL FUTURO DE LUCÍA ETXEBARRÍA
Estos, sin ninguna duda, son los que más me sacan de quicio, pero con los que más me reí. Tanto Mar y su retoño, Javi, pertenecen a la clase de personajes que menos puedo soportar: los culturetas intensos. Ambos son artistas y, palabras textuales, » la cultura es su cordón umbilical». Son pomposos, arrogantes, dramáticos y egocéntricos. Sobre todo ella, que encima, agárrense fuerte, tiene poderes extrasensoriales con los que lee la mente de las personas. Es decir, una especie de Lucía Etxebarría mística que, como a la ganadora del plante, no para de hablar de sí misma y de sus conquistas sexuales. No voy a hacer un chiste que luego me denuncian.
La presentación de los candidatos fue tronchante. El primero en aparecer fue Jordi, un ‘valiente’ que para ganarse el corazón de su ‘dama’ le recitò uno de los textos que ella misma había escrito (Por cierto, espantosos).
Pero hubo muchos más; un karateka, un hombre que se define como «playboy» (que también tenía «poderes telepáticos») y otro de sexualidad dudosa que, aunque a Javi no le gustaba, su madre estaba feliz ya que:
Me dan morbo todos los hombres que tienen un poquito de feminidad.
TOÑI Y GABI: PERROS VIEJOS
A Toñi y a Gabi ya los conocimos en la segunda temporada de ‘¿QQCCMH?’ . Ellos eran los pijos de entonces y es verdad que han cambiado, pero a peor. El chaval está absolutamente insufrible, aunque ha definido muy bien su papel: él es el hijo celoso con un complejo de Edipo que pondría a mil a cualquier psicoanalista.
Toñi (guapa a rabiar) busca a un hombre apuesto y es con su trama con lo que se cubre la cuota de belleza del show. Ante ella pasaron hombres atractivos que bien podrían ser tronistas de ‘MyHyV’ . El peor de todos era Toni, un italiano engreído a la que la rubia definió así:
Sinceramente me gusta, es un poco gilipollas pero me gusta
Por eso le eligió a él y a Manuel, Josep, Miguel, Sergio y Jaime
CHARO Y ÁLEX: AUTOPISTA AL INFIERNO
Charo es motera, policía, choni, feminista, resabiada e insufrible en carácter. No lo digo yo, lo dice su propio hijo, Álex, un muchacho absolutamente eclipsado por su madre, quien no cesa de humillarle cada dos por tres. Tan ‘heavy’ es esta señora que hasta tuvo un momento de tensión con Luján Argüelles, la presentadora, justo antes de conocer a los pretendientes.
Charo parece de esas mujeres que necesitan protagonismo, que se creen que están de vuelta de todo y que confunden libertad de pensamiento con falta de educación. Por ello, no dudó en humillar y reírse de sus candidatos (apuesto cualquier cosa a que algunos de ellos no sabían muy bien cómo salir de esa).
Al final, Charo se quedó Pep, Alfredo, Paco, Paulino, Álex y Edgar.
TERE Y NICO: UNA MADRE, UN HIJO Y UN ASTURIANO.
Tere es, sin duda, lo mejor del programa. Ella es la MADRE española por antonomasia: maruja, protectora, natural, de grandes pechos y enamorada de Getafe. Para completar la película de Almodóvar, su hijo es gay (se supone, al menos) y los dos están muy muy unidos.
No es casualidad que Tere tenga los mejores y peores pretendientes. Es verdad que todos son poco agraciados pero, sin duda, son los más divertidos. Hubo de todo, desde un payaso hasta, el que sin duda, será la revelación de la temporada; Libri, un asturiano que llora mucho y al que, directamente, tienen que subtitular.
Al final, Tere se quedó con Mariano, Jon, Antonio, Juan, Ángel y Libri aunque después, tras una primera cita en una churrería a Juan.