Sexo, insultos, salidas de tono y abandonos en directo. No, no es una escena típica de ‘Sálvame’. Sucedió el 20 de febrero en 2013 en TVE, concretamente en ‘Las Mañanas de La1’.
Una prostituta había acudido a debatir sobre unos cursos de profesionalización para mujeres que se dedican al negocio del sexo pero abandonó el programa tras un enfrentamiento con otra contertulia. Y Mariló Montero demostró una profesionalidad inaudita.
Se puede aprender a ser prostituta por 45 euros y en cuatro horas. El curso ‘Prostitución: Nociones básicas para la profesionalización’, que comenzará este fin de semana (día 21 de febrero de 2014) en Barcelona está organizado por la ONG APROSEX y enseñan a las mujeres cómo prostituirse de manera más eficaz evitando riesgo, y satisfaciendo mejor al cliente.
Sobre este polémico curso se debatió el día 20 de febrero de 2014 en ‘Las Mañanas de La1’ (TVE), y para ello acudieron varios colaboradores del programa y otros tantos invitados especiales entre los que se encontraba Concha Borrel, prostituta, presidenta de APROSEX y la encargada de impartir las ‘clases’.
Durante unos diez o quince minutos, Borrel monopolizó casi toda el debate defendiendo la postura de que la prostitución es un trabajo como otro cualquiera, que no hay que confundirlo con la trata de blancas y diciendo cosas como:
Ser puta no es fácil, ser puta es muy difìcil. Lo que realmente duele es la humillación.
Pero la polémica llegó cuando una de la colaboradoras, la abogada feminista Lidia Falcón, dijo:
A ver si puedo hablar porque estoy alucinada por la degeneración ética de nuestra sociedad que permite un curso como éste. La prostitución es la moderna esclavitud, el 90% son traficadas y el dinero se lo quedan los proxenetas. Es indignante considerarlo trabajo. La ONU no lo considera trabajo porque no es digno.
Y, de repente, la ‘profesora-prostituta’, se puso muy nerviosa y dijo:
Si me llama degenerada me levanto y me voy. No le he faltado al respeto y ella ha llamado degenerado a mi curso.
Y dicho y hecho, la mujer se fue.
Lo mejor de todo, sin duda, fue el comportamiento de Mariló Montero que se enfrentó con muy buena educación a la abogada y dio por terminado el debate:
Es un debate desequilibrado. No estamos en igualdad de condiciones y, a menos que vuelva a entrar, no tenemos por qué continuar con él.