Prepotente, pasota, mediocre profesionalmente y ajeno a la realidad; esta es la imagen que da de Paquirrín el documental ‘Así es Kiko Rivera’ estrenado el pasado 16 de julio de 2014 en T5 ante el 15,6% de la audiencia. Un equipo de ‘La fábrica de la tele’ acompañó al hijo de Isabel Pantoja durante unos días en los que se estrenó como cantante y ejerció de DJ en una discoteca. El resultado final se resume en que Paquirrín ha anunciado medidas legales. Se equivoca.
Una escena clave que resume el documental y la polémica: Kiko Rivera ensaya junto a su equipo para un concierto benéfico que dará horas más tarde en Galicia. Es la puesta de largo del hijo de Isabel Pantoja como cantante y lo hará con su ya famosa canción ‘Así soy yo’. Paquirrín prueba el sonido un par de veces y, aunque desafina, todos le aplauden. Llega el concierto y, como era de esperar, su voz parece el chillido de un gato en celo. Da igual si se es fan o no del personaje, este es un hecho indiscutible: No sabe cantar. Al menos, en ese espectáculo, ante más de 25.000 personas, no supo.
Pero ahora llega lo mejor: tras el espectáculo, Kiko está «contento». Sí , sí, contento. Tanto él como su equipo creen que lo ha hecho bien. Y así constantemente. Luego, en otro momento del documental, le preguntan al protagonista sobre la cancelación de varios de sus conciertos tras las quejas de los vecinos de los municipios en los que iba a ‘cantar’ (ya hay que poner comillas). Rivera resuelve el asunto con una frase lapidaria:
Será la envidia.
A ver, decir ésto no es sólo echar balones fuera, sino es como decir que ‘tú eres superior y que el resto son mediocres». No, Kiko Rivera, no. Yo no te envidio y no me gustaría que cantaras en las fiestas de mi barrio.
‘Así es Kiko Rivera’ es un ensayo sobre la negación de la realidad digno de cualquier facultad de psicología. Era increíble ver como Paquirrín y su grupo de palmeros se tapaban los ojos ante la evidencia. Que se enteren de una vez que las críticas son fundadas. Este señor no puede cantar bien si no ensaya o no cuida la voz. Da igual quién sea.
Paquirrín cree, según dice él mismo, que la gente le despelleja porque es hijo de Isabel Pantoja. Otro error. Hay mil ejemplos de vástagos de famosos que han conseguido una reputación profesional propia.
Tras la emisión del documental, Kiko se ha enfadado.Tanto que, dicen, va emprender medidas legales contra la productora. ¿Qué pensaba que iba a ver? Para empezar, él ha dado su consentimiento y, aunque lo niegue, ha cobrado por el reportaje. Su intención era la de promocionarse como artista, pero peor imagen no ha podido dar. Imagen que, por cierto, es la que él ha dado. Supuestamente.
Aquí viene la cara B del asunto. Vamos a ver, todo lo escrito anteriormente es una crítica del Kiko Rivera que se mostró en el documental, desconocemos si ese es el ‘Paquirrín’ auténtico o no. Sólo juzgamos lo que hemos visto. Por lo tanto, también hay que decir que ‘Así es Kiko Rivera’ es un producto absolutamente parcial. Para empezar, por la voz en off constante que se introdujo. Un ejemplo: durante los mencionados ensayos del concierto, el narrador dijo que Kiko estaba «muy nervioso», pero en las imágenes le veíamos como siempre, tan pancho.
Obviamente, cualquier producto audiovisual sufre una contaminación; se edita, se corta y se muestra lo que se quiere. Se puede pensar que, en parte, ‘Así es Kiko Rivera’ está creado para hundir a su protagonista, pero las imágenes son las imágenes, esas no están decoradas.
Ya es hora de Kiko Rivera y sus ‘chupipandis’ dejen de estar a la defensiva. Él debería admitir quién es y la carrera que se ha construido. Si quiere cambiar su imagen que trabaje en ello, es decir, que de clases de canto (algo que él mismo admite que no ha hecho nunca), que se aparte de la televisión y de los escándalos mediáticos y que se rodee de personas que no le bailen el agua. Tan sencillo como eso.
