Trepa, falsa, mala compañera, traicionera o ‘chupa-cámara’. Estas son algunas de las cosas que muchos de los colaboradores de ‘Sálvame’ piensan de su compañera Lydia Lozano. Una vez más, la profesionalidad de la periodista está en entredicho y el pasado 22 de julio de 2014, el cortijo sometió a la tertuliana a una especie de tercer grado en el que, de nuevo, se cuestionó su puesto en el programa.
Puede que sea por su tono de voz, porque llora demasiado, porque grita mucho, pero muerde poco o porque sus ‘meteduras de pata’ profesionales han sido muy sonadas, el caso es que Lydia Lozano no se hace respetar, es un blanco fácil.
También hay que tener en cuenta que dentro de ‘Sálvame’, la periodista es una de las tertulianas con más apoyo entre el público. De hecho, fue votada como la colaboradora más querida de T5 y como la mejor compañera (por sendas encuestas creadas en la web de la cadena). Por lo tanto, cada vez que en su programa se meten con ella, crece su imagen de víctima y la audiencia crece y se fideliza para apoyar ( o no) a la tertuliana.
Es por todo lo anterior que, cada cierto tiempo, Lydia vuelve a la misma situación una y otra vez: ella contra el resto del ‘cortijo’. Siempre es la misma historia: ¿Es o no es buena compañera Lydia Lozano? Para responder a esta pregunta se ha hecho de todo; polígrafos, terapias de grupo, encuestas, hipnosis… Da igual, este es un filón que le funciona al programa y que repiten hasta la saciedad.
El último ‘aquelarre’ contra Lozano sucedió el pasado martes 22 de julio de 2014 después de dos discusiones en directo con Belén Esteban (el viernes en el ‘Deluxe’ y el lunes en ‘Sálvame diario’) y de varios enfrentamientos con Kiko Matamoros (él llegó a decir que se sentía «agredido verbalmente» por su compañera).
Aquel día, el programa quiso incidir en por qué Lozano tiene tantos rifirrafes con sus compañeros y se planteó la siguiente pregunta: ¿Lydia es más personaje o periodista? Había que señalar que esta cuestión es ridícula refiriéndose a alguien que trabaja en ‘Sálvame’, un show que funciona precisamente porque sus trabajadores se ha convertido en personajes televisivos que venden sus vidas.
El caso es que, nada más empezar el programa, se le preguntó a Kiko Matamoros por el origen de su malestar con Lydia y el colaborador respondió:
Pensé que era mi amiga, y luego me demostró que no pensé que era mi amiga, y luego me demostró que no.
Los allí presentes comenzaron a dar su opinión al respecto:
Creo que en el fondo se quieren
Apostilló Rosa Benito, siempre tan ‘inocente’, mientras que Víctor Sandoval hacía referencia al supuesto affair que tuvieron Lydia y Matamoros en su juventud:
La relación de Kiko y Lydia es una cuenta sentimental pendiente.
Gema López, era pelín más ambigua:
es por algo que no se ha solucionado
Y Belén Esteban, con acritud, dijo:
No me quiero meter en esta guerra pero estoy con Kiko
Menos mal que no quería meterse…
Y entonces, tras dar muchas vueltas, Lydia Lozano pudo hablar y dijo que ella en ningún momento ha querido ser un personaje puesto que siempre ha sido muy celosa de su vida privada. En cambio, la Esteban, la misma que no quería meterse en esa «guerra», la llevó la contraria, puesto que Lydia, en más de una ocasión «se ha sentado (como invitada) y ha cobrado» por ello.
Entonces, Lydia volvió a sacar, de manera ‘pasivo-agresiva’ el tema de la hija de Belén Esteban y ésta se puso histérica. La única que salió en defensa de Lydia Lozano fue Gema López.
Y para colmo de males, Kiko Matamoros se sometió a ‘terapia’ con la coach del programa, Cristina Soria, para solucionar el conflicto con Lydia y lejos de acercar posturas, el colaborador dijo de su compañera que:
Usa la lágrima para obtener reconocimiento público.
No tengo ni ganas ni ninguna necesidad de resolver nada. vende espectáculo y nadie la quiere en un medio.
Conclusión; el linchamiento contra Lydia no ha acabado aún, es demasiado ‘rentable’.