Como ya se había anunciado, el pasado lunes 28 de julio de 2014, Beatriz Montañez dijo adiós al programa de T5 ‘Hable con ellas’. La despedida fue, a la vez, emocionante y fría. Mientras que Montañez ganó puntos y se mostró más simpática que nunca, su compañera Sandra Barneda parecía más distante que el resto. Y aunque se prometieron explicaciones sobre su marcha, la periodista se limitó a decir que se va porque no ha querido renovar el contrato.
El pasado viernes 25 de julio de 2014 se supo que Beatriz Montañez dejaba ‘Hable con ellas’ tras 17 programa para centrarse en su carrera como actriz (la misma excusa que puso cuando abandonó ‘El Intermedio’ en laSexta) y rodar la película de bajo presupuesto ‘Chica conoce chica’ (que, suponemos, bien podría compaginar con un programa semanal de madrugada).
El contrato de Montañez, así como el del resto de presentadoras, venció en julio y mientras que sus compañeras han renovado, Montañez decidió no hacerlo. ¿Por qué? La excusa oficial de la periodista es cierta (tanto la película como su idea de trabajar en EEUU), pero fuentes cercanas al programa declaran a Periodista Digital que, aparte, el ambiente en plató «no era bueno», en especial con su compañera Sandra Barneda. Algo que se lleva notando en pantalla desde que arrancó ‘Hable con ellas’ y que ha sido muy comentado en las redes sociales. Al parecer, Montañez «iba por libre» y tiene un «afán de protagonismo» que molestaba a las demás.
El caso es que el 28 de julio de 2014 Montañez se fue y todos estábamos muy atentos a cada gesto y a cada palabra de todas las presentadoras de ‘Hable con ellas’. Como era de esperar no se hizo referencia a ningún malestar entre Beatriz y sus compañeras. Es más, se encargaron de repetirnos que entre ellas había muy buen rollo.
«Intrépida», «generosa», «buena persona», «alegre», «sexy» y «muy divertida» fueron algunos de los adjetivos con los que Rocío Carrasco, Sandra Barneda, Alyson Rae Eckmann y, en especial, Yolanda Ramos, definieron a Montañez.
Ramos fue la que más se implicó, dando un discurso de despedida muy emotivo en el que, entre otras cosas, destacó (entre lágrimas) que Beatriz Montañez «tiene cualidades como la generosidad, autenticidad, un alto sentido de la justicia y lo burraca que es».
Reconocemos, por un lado que durante estas últimas 17 semanas, Montañez ha tenido una actitud profesional cuestionable por su ‘mal trato’ gratuito a algunos invitados y por su esnobismo contradictorio -su manía de presumir que no ve la televisión y de despreciar el mundo de la prensa rosa-. Pero también es verdad que la echaremos de menos. Mucho.
Ella ha sido la que más titulares nos ha regalado y la que más propaganda le ha hecho al programa. Su ya famosa bronca con Bertín Osborne, por ejemplo, puede verse como una salida de tono inapropiada de Montañez (no por expresar sus ideas, algo a lo que tiene un incuestionable derecho, sino por cómo lo dijo, sobre todo por cómo se ‘disculpó’ de manera irónica) o como un logro profesional que consiguió levantar (y mucho) la audiencia.
Puede caer mejor o peor, pero anoche, en su adiós, Montañez estuvo estupenda. Daba hasta ‘penita’ que se fuera. Lo que ocurrió es que el homenaje en sí resultó excesivo, tanto que se nos antojó falso. ¡Qué sólo ha estado 17 semanas! ¿qué pasaría si hubiese estado 20 años? ¿Le hubieran dedicado una semana de festejos fúnebres?
Y mientras que Yolanda Ramos lloraba, Rociíto le dedicaba palabras bonitas y Alyson estaba más centrada en vocalizar que en despedirse, Sandra Barneda parecía distante. No aplaudía, no improvisaba, ni exteriorizaba sentimiento alguno (se limitó a leer un guión). Puede, sin embargo, que Barneda simplemente estuviese cansada.
Es más, por primera vez en una semana, se quedó hasta el final del programa, cosa que no suele hacer teniendo en cuenta que presenta ‘El programa del Verano’ por las mañanas, además de grabar ‘De buena Ley’ (por cierto, la semana que próxima ‘Hable con ellas’ se emitirá grabado para que cuadre con el horario de Barneda durante el mes de agosto).
Y sobre los motivos de su marcha, Beatriz fue poco clara:
Después de leer en la Wikipedia que lo dejaba para dedicarme al cine, me he visto obligada a llamar a Spielberg para que me contrate para su próxima película. Me voy porque mi contrato terminaba en julio, mis compañeras han renovado, pero yo no.
Me veréis muy pronto en televisión. ¡Me apuesto 1.000 euros! (en referencia a la apuesta que perdió con Bertín Osborne).
Y como colofón final, un mago hizo desaparecer, literalmente, a Montañez en una escena torpe, extraña, mal hecha pero, por otro lado, fascinante.
El resto del programa fue un magnético caos. Los mejores fueron Paz Padilla como invitada especial (desternillante su parodia de la ‘choni’ poco agraciada), Ion Aramendi despidiéndose de Montañez (¿por qué no explotan más a este chico? Les vendría bien para poner ‘orden’ en ese plató) y Rociíto demostrando que sí que vale para estar ahí.
De momento, no hay sustituta para Montañez. Lo que está claro es que debe de ser alguien de su perfil, ‘cañero’ y con gusto por la polémica.
