Alfonso Vallejo, el actor que interpretaba al famoso personaje del programa infantil descubre el secreto

Desvelado el gran misterio de la TV: ¿Qué era realmente el ‘Don Pimpón’ de ‘Barrio Sésamo’?

Alfonso Vallejo: “¿Sabes lo que era Don Pimpón? ¡Era yo! ¡Con mis barbas y todo!"

Desvelado el gran misterio de la TV: ¿Qué era realmente el 'Don Pimpón' de 'Barrio Sésamo'?

¿Qué era Don Pimpón, el compañero de fatigas del erizo Espinete en ‘Barrio Sésamo? ¿Era un Búho u otro tipo de animal? Ese es uno de los grandes misterios de la televisión de los 80. Un secreto que ha sido desvelado por Alfonso Vallejo, el actor que daba vida al personaje de la mítica serie infantil de TVE.

Con motivo de su gira con la obra Ensayando a don Juan, protagonizada por Arturo Fernández, uno de los actores del electo, Alfonso Vallejo ha concedido una entrevista para el blog, Sufridores en casa.

En la entrevista, tras repasar la trayectoria profesional de Vallejo, se recuerda uno de sus grandes éxitos: él era la persona que se metía dentro del disfraz de Don Pimpón, personaje fundamental de mítica serie de los 80, ‘Barrio Sésamo’.

Sobre las complicaciones de meterse dentro del traje de Don Pimpón, el actor desvela que:

Como con una mano tenía que moverle la boca, Don Pimpón lo que tenía era efectivamente un brazo armado, ortopédico, con un nylon que los padres lo verían y los niños no, y que para evitar que siempre tú tuvieras la mano derecha tonta de arriba abajo lo que hacíamos era manipular a veces con la izquierda, frases pequeñas y tal, porque con el derecho es más complicado.

Meterse en el traje de Don Pimpón era Era terrible, era como una sauna.

Pero lo más interesante de la entrevista llega cuando, Alfonso Vallejo desvela la verdadera identidad de Don Pimpón:

¿Sabes lo que era? ¡Era yo! ¡Con mis barbas y todo!

Yo ya había hecho Barrio Sésamo en la primera etapa, en la de La gallina caponata, en la que daba vida a Manolo el mecánico, y llevaba un look con una gran melena y barba. Y el mismo equipo de La cometa blanca me llama un día y me dicen «¿oye, a tí te importaría meterte dentro de un muñeco, que estamos preparando la segunda versión Barrio Sésamo?», E hicieron una tormenta de ideas de qué animal podría ser.

El del otro personaje, Espinete, llegaron a la conclusión de que fuese un erizo, un animalito en contacto directo con los niños, aunque también barajaron la idea de que fuese un ratoncito o un topo. ¿Y qué hacemos con Don Pimpón? Me llamaron para una sesión de fotos, me hicieron fotos frontales, laterales y de todo lados, y las mandaron al taller de Jim Henson, y le dijeron «queremos un muñeco basado en este tío». Si tú te fijas, esta porra -dice, tocándose la nariz-, que parece de loro, ancha, un poco curvada, exagérala en caricatura, y ahí la tienes. Y los pelos que yo tenía, esa textura de peluche del muñeco, era porque yo, Alfonso Vallejo, tenía un barbón.

Y otro misterio que resuelve el actor en la entrevista es el por qué terminó ‘Barrio Sésamo’ y fue sustituido por ‘Los Mundos de Yupi’, donde Vallejo interpretaba el personaje de Astrako:

Se hizo ‘Los mundos de Yupi’, un producto 100% español para no pagar rollalties, y parece ser que alguien desde Estados Unidos manipuló para que desaparecieran ‘Los mundos de Yupi’, yo no lo sé con certeza pero cabe pensar que sí. Del Sésamo la mitad era material americano, y se pagaba una viruta muy grande por ellos, aunque ellos hacían los muñecos, que está muy bien para que la imagen sea uniforme. Habré visto el Barrio Sésamo de 50 o 60 países del mundo, y te puedo decir que igual que Caponata está el Big Bird, que es amarillo, y en otros países hay otros pájaros iguales, o el Espinete que había en Israel. Barrio Sésamo es un gran negocio, porque tú emitías 25 minutos y 12 minutos y medio tenían que ser americanos, y vendían lo mismo a todos lados. En aquella época lo veían unos 15 millones de personas, porque había una cadena o ninguna, una barbaridad. Yo creo que Barrio Sésamo desapareció por la carestía del producto, era caro, aunque por normativa y forma de programar cada episodio había que pasarlo 3 veces al año, lo que lo hacía más rentable. Nosotros grabamos 80 episodios y se emitían 3 veces, 24o capítulos. Jim Henson aprendió que a los niños le gustan los anuncios porque son cortos y se los aprenden por la repetición, por lo que la repetición no es mala, los niños saben lo que va a encontrarse y funciona. Nuestros programas tenía una historia, pero dentro de esa historia diferente había otras piezas que se repetían mucho. Anda que no hemos oído veces eso del «un dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once doce», el vampiro, el domador contando leones…

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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