Dos años después del batacazo de crítica y público que supuso ‘Dreamland’ en Cuatro, Mediaset España ha vuelto a confiar en su creador, Frank Ariza y el 9 de noviembre de 2015, a las 20:00 horas, estrenó ‘Yo quisiera’ en Divinity, una especie de calco de series como la exitosa ‘Violetta’ (Disney Channel) que si bien no da tanta vergüenza ajena que ‘Dreamland’, no deja de ser un desastre absoluto.
¿Qué más se puede decir de Dreamland que no se haya dicho ya? Muy poco. Es más, es la típica serie que no vio nadie pero de la que habló todo el mundo. La que se suponía que era una apuesta personal de Paolo Vasile, resultó ser un Frankenstein televisivo a medio camino entre ‘Un paso adelante’ (A3) y cualquier peli porno de los 90. Eso sí, hoy por hoy, es ya es un clásico trash de nuestra cultura pop más reciente.
El caso es que, aunque no lo admitan. ‘Dreamland’ supuso un varapalo para la ficción de Mediaset y más concretamente en la que se crea para sus canales ‘menores’. En Cuatro lo han vuelto a intentar con ‘Rabia’ y les ha pasado casi lo mismo. Y, mucho nos tememos que ‘Yo quisiera’ va a correr la misma suerte.
La nueva serie de Frank Ariza es lo que esperábamos de ella: Un ‘Dreamland’ sin ser ‘Dreamland’ y un ‘Violetta’ sin ser ‘Violetta’. La historia, durante el piloto, carece de cualquier conflicto dramático y sigue las travesuras de Lana, una muchacha bastante insoportable cuya única cualidad destacable es que le gusta la moda. Punto. La protagonista estudia en un instituto ‘hispano americano’ (como excusa para meter actores latinos y vender mejor la serie al otro lado del charco), un centro absolutamente irreal en el que estudian treintañeros que se hacen pasar por teenergers. Sí, sí, como pasaba en ‘Sensación de vivir’ o en ‘Al salir de clase’.
La serie está hecha para la nueva generación de becomers -niñas mayores de 12 años- y tiene todos los clichés del género juvenil aunque peor hechos. El problema no es que los personajes y los ambientes no tengan nada que ver con nuestra realidad, lo malo es que en ningún momento te los crees posibles.
No me valen las excusas del tipo ‘esto es una serie para adolescentes y es lo que es’. No, los niños no son tontos. No podemos fusilar de mala manera otras obras y quedarnos tan anchos. Si se hace, que se haga bien.
Y otra cuestión a debatir es el fichaje de Christian Sánchez como actor protagonista. Entiendo que el actor, bailarín y cantante, sea amigo del creador de la serie o lo que sea, y que por eso estuvo en ‘Dreamland’ pero, sinceramente, como pareja de una niña de 16 años me resulta raro y casi grotesco.
Pero hay cosas mucho más tristes en ‘Yo quisiera’. Mucho más. Es desolador ver a actores como Natalia Millán y Alberto San Juan (ganador de un Goya) nadando en las cloacas de la profesión. Yo quisiera no ver esta serie más.