Si juntamos ‘Pesadilla en la cocina’ con ‘Reforma sorpresa’ o ‘Esta casa es una ruina’ obtenemos ‘Constructor a la fuga’, el nuevo factual de laSexta que se estrenó el 10 de noviembre de 2015. El programa es previsible y una copia de otros muchos pero está muy bien realizado, su ritmo es implacable, tiene una interesante mezcla de géneros y personajes carismáticos. En definitiva, un acierto que vieron 2,5 millones de personas (un 13% de cuota de pantalla), lo que supone el tercer mejor estreno de la historia de la cadena de Atresmedia.
Basado en el formato internacional ‘Cowboy Builders’, ‘Constructor a la fuga’ se basa en acudir al rescate de dueños de casas que han sufrido enormes destrozos a causa de sus constructores, jefes de obra u obreros poco profesionales. «Chapuzas» que han echado por tierra el sueño de familias que han confiado en ellos lo más importante de sus vidas: sus casas.
LOS PROTAGONISTAS: CARISMA Y FÍSICO
El protagonista principal del programa es Antonio Hernández, promotor y constructor de profesión que aunque no es un personaje tan carismático y reconocible como Alberto Chicote o Pedro García Aguado (ex de Hermano Mayor) está correcto como cazador de estafadores desalmados. Hernández es duro con los ‘maleantes’, valiente en momentos de tensión y ‘medio tierno’ cuando habla con las víctimas.
La estructura capitular de ‘Constructor a la fuga’ es muy simple. Se conoce el caso yu a los afectados, se revisa la casa, se cuenta cómo se ha llevado a cargo la estafa y se investiga y se caza al presunto timador. Es aquí cuando entra en escena Eugenia dos santos, una mujer que, además de ser muy guapa (y, por ello, un gran reclamo para la audiencia) es medalla al mérito policial y profesional con cuatro años en los cuerpos especiales de la Policía Nacional.
Dos Santos es la encargada de dar con los estafadores utilizando todo tipo de artimañas para ellos. Anoche, en el capítulo de estreno, la vimos camuflándose como una nueva propietaria de un bar o como una reportera de televisión, por ejemplo.
Una vez que se da ‘caza’ al supuesto malhechor, Antonio Hernández vuelve a entrar en escena y se encara con él, exigiendo explicaciones y poniéndole en manos de la policía
Y ya para el final del capítulo, aparece el tercero en discordia, Manuel, un jefe de obra conocido por Hernández que le permitirá entregar la casa a sus dueños como siempre la habían imaginado. Es decir, final feliz.
EL PRIMER CASO
Para todos los que hemos sufrido estafas como estas (sí, anoche me dieron unas ganas terribles de llamar al programa y, de hecho, creo que lo voy a hacer), el programa supone toda una válvula de escape, una esperanza- de verdad que, cuando te pasa, la angustia y la impotencia que se vive es devastadora-.
Lo mejor del formato, además de la investigadora (que, dejando aparte su físico, es un animal televisivo en toda regla) es su mezcla de géneros: Desde el drama social, la denuncia y la investigación en toda regla (rozando el thriller criminal) hasta el happy end.
El caso de anoche se centró en Zuria y Jorge , una pareja que compró sobre plano un hogar de 98 metros cuadrados por 178.000 euros en un pueblo cerca de Vitoria. Cuando el experto de ‘Constructor a la fuga’ llegó a la casa, aquello era un desastre: Grietas aterradoras, goteras, inseguridad máxima…
Entonces, la policía dio con Rafael, uno de los socios de Igor, el constructor a la fuga,que decidió dar la cara ante Jorge y Zuria, a pesar de considerarse como una víctima más, por lo que, en su encuentro con los afectados no dio su brazo a torcer, viviendo a´si una de las escenas más tensas del capítulo y que daba paso a la siguiente fase: Encontrar a Igor.
Al final, gracias a la ayuda de Eugenia, Antonio Hernández encontró al ‘malvado’ constructor, al que pixelaron la cara y se enfrentó al presentador negando los hechos mientras que éste le decía:
Constructor no eres, eres un destructor de hogares
El tal Igor, que dijo estar muy de acuerdo con la «corrupción en España», llamó a la policía para quitarse de encima al equipo del programa pero Hernández se quedó satisfecho puesto que ahora, el constructor a la fuga ya había sido cazado y tendría que dar la cara ante la justicia.
Y al final, Manuel entró en escena, se reformó la casa y todos tan felices. Los que más, la audiencia.