El 1 de febrero de 2016 vimos la cuarta entrega de la segunda temporada de ‘Casados a primera vista’, el reality que está triunfando en Antena3. Las cinco parejas se han ido de luna de miel y ha habido de todo: desde sexo de todas las clases y colores a una sorpresa poco creíble.
SABRINA Y JONATHAN: LAS MIL Y UNA NOCHES…
Sabrina y Jonathan disfrutaron de su última noche en Marrakech con una cena romántica. Muy oportunamente, apareció por allí una exótica bailarina que se puso a coquetear descaradamente con Jonathan, lo que, obviamente generó los celos de su reciente y desconocida esposa.
Esto es lo que nos gusta de esta segunda temporada de ‘Casados a primera vista’, que ya no oculta sus trucos. Ya no es el programa pudoroso y acomplejado de la primera temporada. Aquí el guión y el artificio se nota más que nunca y eso, en televisión, es oro puro. Antena3 se ha entregado al reality sin dejar de ser Antena3.
Volvemos con Sabrina y Jonathan. Ella estaba celosa a más no poder pero el alcohol hizo su magia y la pareja terminó disfrutando de una noche de pasión en la suite del hotel. Es más ella dijo estar rejuvenecida por completo
Cuanto más se hace más guapa se pone una.
De momento, esta es la pareja que mejor funciona. Disfrutan juntos, se ríen de los mismos chistes malos, se desean… Veremos a ver qué pasa.
ANDREA Y BERNARDO: LA SORPRESA FORZADA
Andrea y Bernardo son conocidos como ‘la pareja acelga’ de esta edición. Recordemos que cuando ella vio, por primera vez, al que iba a ser a su marido en el altar, se le puso cara de comer quince limones podridos.
Han pasado los días y la cosa no ha ido a mejor. La pareja se fue de luna de miel a Nueva York y cualquier cosa servía de excusa para discutir. A ver, él es un pesado graciosete que cree que los Simpson son el ejemplo de la familia perfecta. Pero claro, ella es una rancia que está a la defensiva todo el tiempo. No sé qué es peor.
El caso es que tras un incómodo paseo en bici, un picnic casi violento y una megabronca en mitad de Times Square, los recién casados, obviamente, decidieron no dormir juntos. Es más, él estuvo a punto de tirar la toalla. Maravillosa la frase que le dedicó Bernardo a su esposa antes de meterse en la cama:
¿Sabes contar? Pues no cuentes conmigo.
El caso es que, en plan giro de guión (muy poco creíble pero efectivo), al final la pareja cenó ante unas impresionantes vistas de Manhathan y ella accedió a irse a vivir con él a las montañas de Oviedo. Qué ganas de ver lo que ocurre.
ALBERTO Y JOSÉ RAMÓN: DESDE PARÍS CON AMOR
Alberto y José Ramón, la primera pareja gay de la historia del programa, se fueron de luna de miel a París. Todo fue como en un cuento de hadas. Estos dos se gustan, se desean y se entienden. Pero, cómo no, hubo drama.
Todo ocurrió durante la última noche, en la consabida cena romántica. José Ramón le preguntó a Alberto qué pensó cuando le vió por primera vez en el altar y el otro le dijo la verdad. Que no le gustó físicamente. Eso pasa por preguntar.
José Ramón se rayó lo suyo pero Alberto lo arreglo con un beso y un buen revolcón.
Al final, J.R. cedió a los deseos de su marido y decidió irse con él a vivir a Madrid. Sinceramente, no me creo esta pareja. Para nada. Para empezar, Alberto es, supuestamente chapero (no sabemos si el programa era consciente o no) y me da a mí que está ahí, no por amor, sino por fama.
CRISTINA Y TITO: CELOS OPORTUNOS
Cristina y Tito parecían la pareja perfecta. Los dos son guapos, chonis y se atraen desde el primer momento. Pues va a ser que no.
Como vimos la semana pasada, durante la boda, a Cristina le salió una nueva enemiga: la hermana de Tito. Aún con todo, los recién casados estrenaron la suite nupcial con todos los honores.
El problema es que ella es «más seca que el verano en Egipto» (según palabras de él). Y no sólo eso, en la luna de miel, mientras disfrutaban de una fiesta nocturna, apareció por allí un grupo de chicas y una de ella (que para nada estaba contratada por el programa) quiso ligarse a Tito delante de su recién y cabreada esposa.
En resumidas cuentas: Ella se está enamorando. Él todavía no.
MÓNICA Y PEDRO: BRONCAS Y PORNO
De todas las parejas de ‘Casados a primera vista’, la de Mónica y Pedro es la que menos me gusta pero la que me parece más interesante- Me explico: Ninguno de los dos me cae bien. Ella me parece una histérica con excesivos cambios de humor y él un prepotente que añora tiempos (económicos) mejores y que dudo mucho que sienta algo por ella.
El caso es que él pasa de todo, ella le habla de cine clásico y a él como si oye llover. Luego lo arreglan, tienen sexo y solucionado.
El problema real llegó cuando la pareja terminó la luna de miel y se fue a casa de él. Mónica registró el cuarto de Pedro y descubrió varias cosas que la asustaron: desde películas porno a una absurda lista de nombres de mujeres (qué casualidad que estaba allí a la vista para que ella la encontrase).