CRÍTICA DE 'QUIERO SER MONJA', EL NUEVO FACTUAL DE MEDIASET

‘Las monjas’ de Cuatro emocionan y aburren a partes iguales

Docu-reality muy bien realizado y mejor editado que, sin embargo, no tiene demasiado recorrido

El domingo 10 de abril de 2016 se estrenó ‘Quiero ser monja’ en nuevo factual de Cuatro que sigue a cinco jóvenes en su proceso para dedicar su vida a Dios. Se trata de una especie de ‘Casados a primera vista’ religioso que si bien está realizado con mimo, termina siendo repetitivo y tedioso.

Sinceramente, y vista la primera entrega, hay que decir que ‘Quiero ser monja’ es un producto mucho más valiente que ‘Adán y Eva’, por ejemplo. Para empezar porque hacer un programa con transfondo religioso en una cadena generalista (y más en una de Mediaset) tiene sus riesgos. El tema, a priori, no es que sea muy atractivo, por no hablar de que hay que tener mucho cuidado con cómo se hace para no ofender a nadie y no aburrir.

Para todos los no creyentes, ‘Quiero ser monja’ te introduce en un mundo desconocido que, guste o no, es interesante. Y lo hace de la mano de cinco chicas elegidas con esmero. Cinco aspirantes a religiosas que son, en su mayoría, un acierto de casting como pocos.

Así, el domingo 10 de abril de 2016 conocimos a Juleysi (la que deja plantado a su novio por su ‘amor a Dios’), a Paloma (la casta y obediente), a María Fernanda (la fiestera a la que le encantan los chicos), a Jaqui (la que lee la Biblia como si escuchase música) y a Janet (la pija que se abraza a los árboles en plan Baronesa Thyssen).

En realidad, ‘Quiero ser monja’ es un dating-show. Aquí, la intriga es saber cuál de las cinco chicas, finalmente se casará con… Dios. Es así y es bueno que esté planteado de esta manera porque accede a un público más amplio.

Warner TV (‘Adan y Eva ‘, Un príncipe para…) ha rebajado su habitual sentido del humor y sus magistrales efectos de edición para ofrecernos un show más calmado, más equilibrado. Este es el problema.

‘Quiero ser monja’ está encorsetada por su propio tema. No hay espacio para la gracia o la ironía más salvaje. Esto provoca que no puedan exprimirse del todo a sus protagonistas y que el programa quede a medio gas.

La primera entrega no es mala pero uno termina con la sensación de que no tiene más recorrido, que con un sólo capítulo se podría haber despachado la trama. La valentía es de aplaudir pero el resultado es aburrido.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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