A veces los rodajes son extremadamente imprudentes y peligrosos. Y si no que se lo digan a Blanca Suárez. La actriz ha narrado cómo se enfrentó a la Policía en mitad de una escena del todo complicada.
Como cuando andas por mitad de la calle y ves que los coches consiguen esquivarte a la perfección como si de un fantasma se tratase. Y a eso se le suma el cielo grisáceo (aunque con estas subidas de temperatura se agradece el ‘nublao’ porque te hace descansar tus ojos y tu piel del sol). Pero es que es así.
En cuestión de carreteras parece que la gente que se mete en los coches se vuelve invidente por un corto plazo de tiempo. Hace poco en un rodaje tuve la oportunidad de comprobarlo. La escena consistía en cruzar la Gran Vía a pelo. Sí, sí, a pelo, ¡como lo oís!
Así comienza el post que la actriz de Blanca Suárez colgó el 13 de junio de 2016 en su blog de la revista Vogue. La protagonista de ‘Velvet’ (A3) narró cómo su propia vida corrió peligro en una escena que había tenido que rodar recientemente:
Yo, como quien no quiere la cosa, debía cruzarla con el semáforo en verde (porque se necesitaba tráfico, en este caso si era real mejor que mejor); a un paso de procesión y con unas pintas un tanto dudosas y extrañas a la par que llamativas (pero lo de las pintas se quedó en anécdota porque todo el mundo alucinó con que hiciera aquello sin inmutarme).
El caso es que lo que me asustaba no eran los frenazos de los coches que podrían producirse, ni que me mirasen raro… Era que soy absolutamente consciente de que por mucho que se vea a una persona cruzando la calle (aún con el semáforo en rojo siendo consciente de que el peatón lo está haciendo como el cul***) ¡los coches no paran! ¡No señor! Y ahí nos lanzamos yo y mis pintas en plena Gran Vía en un atardecer precioso a cruzar esa calle de más de cuatro carriles cruzando los dedos sin que la cámara fuera consciente de ello y con un rictus aparentemente indiferente.
Y, efectivamente. Ningún coche llegó a rozarme pero porque algún ángel de la guarda estaba muy atento de mí en esos momentos, ya que no faltaron ganas a muchos de los conductores de llevarme por delante. Me pasaban a escasos centímetros e, incluso, muchos no cambiaban su trayectoria por lo que mi ropa se sacudía peligrosamente cada vez que me pasaban a escasos centímetros.
A ver, sé perfectamente que lo que yo estaba haciendo básicamente estaba fatal y era mega peligroso pero, ¡era necesario para la escena!
La actriz narra además lo que sucedió cuando un agente de Policía se acercó a ella para pararla:
Lo que me pareció curioso fue la reacción de la gente (reacciones reales) a algo así. ¿Qué fue lo más espectacular? Que empecé a oír gritos detrás de mí: ¡Eh, chica! ¡Oye!! ¡Tú! ¿Se puede saber qué haces? Y de repente una mano me agarró del brazo y me giró. Y yo cerrando los ojos (y pensando, no por favor…’lo que me faltaba’) descubrí que era la Policía Nacional la que me estaba pidiendo explicaciones y tratándome como si fuera una tarada real en mitad de la Gran Vía de Madrid.
Y entonces yo me dije: ‘Blanca, piensa rápido, ¡a ver qué le vas a decir a este agente! Así que con cara de compungida le dejé intentando zafar mi brazo de su mano, ‘discúlpeme agente pero es que estamos rodando una película y verá está usted en mitad de una escena…’ Con lo que él se quedó realmente paralizado y empezó a buscar la cámara a su alrededor.
Lo que no sabía es que la cámara se encontraba a muchísimos metros del suelo sobre nosotros y el equipo estaba camuflado entre todos los viandantes de la calle. Así que le dije señalando hacia el cielo puede ver la cámara allá arriba? Y entonces él miró y automáticamente se dirigió hacia mí poniéndose rojo como un tomate y diciéndome: ¡Ay perdón! Discúlpame de verdad…
Y yo de los nervios y del susto me eché a reír como una niña pequeña, le empecé a decir que no pasaba nada, que entre mis pintas y la locura que estaba haciendo era perfectamente normal que no sólo me hubiera llamado la atención, ¡sino que me hubieran detenido directamente!