Ya está. Ni la marea amarilla ha podido cambiar las cosas. No volveremos a ver a las presas de ‘Cruz del Sur’. Se acabaron los giros de guion, los excesos, las grandes interpretaciones y la sangre.
El 22 de junio de 2016 se le dijo adiós a ‘Vis a vis’, una serie que atesoraremos en el recuerdo como un punto de inflexión, como una nueva forma de hacer TV en nuestro país. Es una pena que haya acabado en su segunda temporada, sí, pero no podía ser de otra manera.
¿ERA NECESARIO TERMINAR ‘VIS A VIS’?
Hace una semana, el 15 de junio de 2016, se anunció lo que muchos no querían escuchar: ‘Vis a vis’ se despedía definitivamente en su segunda temporada. Los fans de la serie, popularmente conocidos como ‘marea amarilla’ pusieron el grito en el cielo y cargaron contra la cadena por arrebatarles su objeto de devoció.,
Punto primero: resulta incongruente atacar a una cadena por retirar una serie porque sin dicha cadena no la hubiésemos podido ver.
Punto dos: No nos engañemos, la decisión ha sido empresarial. Si la primera temporada se estrenó con un 22, 4% de share (4,3 millones) y promediando un 19, 9%, a la segunda no le ha ido tan bien, anotando un triste 13,9 % de cuota de pantalla. ¿Por qué? Principalmente porque la estrenaron en jueves contra ‘GH VIP’ y ‘Cuéntame’.
Cierto es que ‘Vis a vis’ ha sido un fenómeno social. Que cuenta con millones de seguidores, pero los mismos que se quejan de su cancelación son los que la han visto por internet y, de momento, esta audiencia no pesa, económicamente hablando, lo mismo, por mucho que Manuel Olivares, creador de ‘El Ministerio del Tiempo’ defienda lo contrario.
Punto tres: Si ‘Vis a Vis’ hubiese triunfado en su segunda temporada seguramente hubiésemos visto la tercera, lo que no significan buenas noticias necesariamente.
Si algo ha demostrado la serie que le ha devuelto al vida a Globomedia es que no sabe lo que es echar el freno. La marcha era tan frenética que se quemaba capítulo a capítulo (para empezar porque iban muriendo los protagonistas uno a uno).
Si continuara, ‘Vis a vis’, hubiera caído en su propia trampa. Hubieran tenido que reinventarse. La serie seguiría, pero no como la conocíamos.
No hubo ninguna queja cuando se supo que ‘El príncipe’ iba a terminar en la temporada dos. Es más, en los últimos 6 años, han sido muy pocas las series que han continuado más allá de su segunda tanda de capítulos.
LA FICCIÓN QUE NECESITAMOS
Ahora, lo que hay que hacer es pedir más series como ‘Vis a vis’. Apoyar la ficción de nicho, aquella que ignora a la ‘señora de Cuenca’ y a toda la familia. Hay que exigir y consumir el riesgo, la superación, los buenos castings (sin necesidad de estrellas) y los grandes guiones.
Porque si algo han demostrado Sonia Martínez (directora de Ficción de Atresmedia), Globomedia y todas las chicas de Cruz del Sur es que, paso a paso, se puede abandonar la comparación con los de fuera y enorgullecerse de lo nuestro.
El riesgo argumental de esta serie (donde se normalizan los pecados, los dramas, las diversidades sexuales, la corrupción, los abusos…) está a la altura de un canal de pago y aquí se ha emitido en una TV comercial en abierto.
¿FUE DIGNO EL FINAL DE ‘VIS A VIS’? (Aviso, Spoilers)
¿Se fue ‘Vis a vis’ por todo lo alto? El del 22 de junio de 2016 fue un gran capítulo, quizá no el mejor, pero fue un capitulazo. El problema es que olía más a final de temporada que a despedida definitiva.
La mayoría de las tramas no se cerraron. Los defensores de la serie argumentarán que es acorde con el espíritu de ‘Vis a vis’, que el no terminar, el dejar que el espectador se imagine el resto de la historia, es arriesgar, pues va a ser que no.
Ojo, no siempre hay que masticar las tramas para dárselas al consumidor en forma de puré. No. Los finales abiertos son enriquecedores y estimulantes, pero aquí suena a que no lo tenían previsto.
Sin hacer demasiados spoilers, resumir que Macarena, tras hacerse pasarse al lado oscuro, perderlo todo y hacerse la dueña y señora de ‘Cruz del Sur’, encuentra la redención en el abrazo de una niña desaparecida y de un caballo.
El capítulo arranca con Zulema negociando su libertad a cambio de desvelar el paradero de la niña desaparecida que la policía lleva días buscando. La ‘malvada’ presa lo consigue pero antes de salir, Maca, su gran enemiga, le pide un abrazo de despedida. Era una trampa.
Maca, (grandísima, grandísima y grandísima Maggie Civantos), tortura a Zulema inyectándole aire en las venas hasta que la otra confiesa no sin antes advertirle:
Reza porque me dé un infarto porque te voy a matar. Corre, puta, corre.
¡Qué escena más excesiva y qué estupenda!
Montada con una entrevista a la propia Zulema hablando de su propia eternidad, la escena de la muerte de uno de los personajes más icónicos de la televisión fue truquera, pretenciosa, pero más que efectiva.
Pero no, Zulema no murió. O casi. Sandoval, drogadísimo, llega a tiempo para salvarle la vida pero la deja en coma. (Claro, aquí si se imagina el espectador una nueva temporada en al que Zule despierta ‘cambiada, ‘amnésica’, más ‘mala’ o vete tú a saber…).
Maca se sube a un helicóptero con el inspector Castillo y allí se entera de que su amado Fabio (que en ese momento estaba secuestrado por el hermano de ella) no la había traicionado como ella creía.
El caso es que Maca y Castillo llegan a tiempo y salvan a la niña secuestrada de morir de hambre. En un instante precioso, la presa se abraza a la recién rescatada y tras la propuesta del policía de escapar, Maca se encuentra a un caballo en mitad del bosque y frena su fuga. Prefiere enfrentarse, con dignidad, a su destino, que huir de él.
Lo malo, que hay algos personajes que a la audiencia le hubiese gustado ver ‘morir’ o algo peor. Por ejemplo, a Sandoval, que termina siendo director de Cruz del Sur y, sobre todo, Anabel, la más mala de entre las malas, que cumple con su venganza y asesina al recién estrenado esposo de la maravillosa Sole.
Vale, esto es ‘Vis a Vis’ y no podía terminar bien, así que imaginen lo que pasaría en el siguiente capítulo: Maca vuelve a la cárcel, mata a Anabel pero culpa a Sandoval, éste ingresa en una prisión donde es violado por una doctora interpretada por Loles León. Maca cumple condena, se va con Rizos a Cancún y deja a Fabio y su mala cara, que se enamora, finalmente de Tere. Por pedir que no quede.