El 4 de octubre de 2016, Antena 3 estrenó su primera gran apuesta de entrenamiento para esta temporada, ‘El amor está en el aire’, enésima revisión de ‘Sorpresa, sorpresa’ o ‘Hay una cosa que te quiero decir’ sin mucho más que añadir.
Una temporada más repetimos el mismo cliché de siempre: Antena3 tiene un problema grave con el entretenimiento. A excepción de ‘Tu cara me suena’ (no soy fan pero reconozco su valor televisivo y aplaudo su éxito) y ‘Casados a primera vista’ (de repercusión más discreta pero a mí me encanta) , el resto es un amasijo de errores.
La cuestión es que en Antena 3 no se tiene muy clara la línea editorial a seguir. Mientras que en otros frentes se apuesta y se arriesga a lo grande (nadie, absolutamente nadie, les gana en ficción, y en formatos de actualidad van a la cabeza), en entretenimiento están perdidos. Van siempre a rebufo de fórmulas ya vistas y, sobretodo, viejunas, de otras décadas.
Eso por no hablar de una alergia incomprensible por el directo (cuando es lo más emocionante de todo) y por no saber combinar los conceptos de familiar, ritmo y espectáculo en un mismo cóctel (un show para todos los públicos no tiene por qué ser aburrido o ‘ñoño’).
El que nos ocupa ‘El amor está en el aire’, es lo que se esperaba de él. Y no es un elogio. Puede que funcione, como funcionan mil formatos que no aportan nada nuevo a lo que llevamos viendo décadas pero un servidor ya no puede más con la enésima versión de ‘Hay una cosa que te quiero decir’, ‘Lo que necesitas es amor’, ‘Sorpresa, sopresa’ y un largo etcétera.
Se llame como se llame, la fórmula no cambia: historias lacrimógenas, ganchos tramposos, famosos que sorprenden a algún fan y que ‘aprovechan’ para hacer promoción de su último disco o película (anoche vimos a David de María, por ejemplo), hijos perdidos, bodas repentinas, declaraciones de amor falsamente espontáneas, trucos de montaje que no se cree nadie, reconciliaciones, reencuentros…
La excusas de ‘el programa es lo que es’ o ‘está hecho para la señora de Cuenca’ ya hace siglos que no cuelan. Un poco de innovación, señores. Vale que revisemos los clásicos pero no seamos tan descarados. Sólo pedimos una reformulación y click distintivo que ‘El amor está en el aire no tiene’.
Aún con todo, el programa producido en colaboración con Boomerang TV, no da vergüenza ajena. Intenta mantener su identidad con secciones fijas como «El loft», en el que cada semana un soltero tendrá la oportunidad de encontrar a su media naranja (que me recordaba a ‘MyHyV’), o una «Kiss Cam» o ‘Boda al asalto’. Pero ni con estas consigue un mínimo de brillantez.
Por otro lado, el maestro de ceremonias, Juan y Medio, encaja a la perfección en el formato si lo que se quería era centrarse en el público femenino de más de cincuenta años.
Vale que el andaluz huele a naftalina a más no poder pero eso dijimos de Bertín Osborne cuando TVE le fichó para ‘En la tuya o en la mía’ y mírale ahora. En definitiva, Juan y Medio está bien. Es divertido, natural y se le notan las muchas tablas que tiene.
Me ha gustado especialmente, y para mi sorpresa, Ares Texidó. Vale que la ex de ‘GH VIP’ y antigua enemiga de Belén Esteban, está pelín sobreactuada pero no llega a irritar. Su contraste con Juan y Medio funciona y le da emotividad a las historias que conduce. Eso sí, está desaprovechada.