Por primera vez, Alberto Chicote nos ha dejado ver algo de su vida privada y lo hizo como es él, con naturalidad. En la entrega de ‘Pesadilla en la cocina’ del 1 de diciembre de 2016, apareció la mujer del chef para ayudar en el caso de la semana.
¿Cómo es posible que ‘Pesadilla en la cocina’ no sólo siga en la brecha tras tantas temporadas sino que ha aumentado hasta el punto de comerse al titán ‘GH17’ en T5?
Muy sencillo, Alberto Chicote sigue siendo uno de los personajes más queridos y populares de este país. ¿Por qué? Porque a pesar de la fama, no ha cambiado su esencia. Sigue siendo él mismo y eso se nota.
El 1 de diciembre de 2016 vimos un ejemplo claro de cómo Chicote afronta con naturalidad su propio show’. En esa entrega, el Chef acudió a un local llamado María la portuguesa. Se encuentra ubicado en el centro de Madrid, la zona más turística y con más potencial de la capital para la hostelería. Pero tenía una inusual particularidad: está prácticamente vacío.
Las causas del fracaso de este restaurante de comida lusa eran varias pero había una muy evidente: su dueña, una emprendedora portuguesa que pasa la mayor parte del tiempo en su otro negocio y que ha dejado al restaurante en manos de su singular socio, que tiene todo descontrolado.
Una plantilla inexperta y frustrada y uno de los mayores despropósitos culinarios que haya visto Alberto Chicote en su extensa trayectoria en Pesadilla en la cocina, la francesinha – el típico sándwich portugués – que se prepara en el restaurante, fueron otros de los ingredientes que hacían de este negocio un verdadero disparate hostelero.
La falta de rumbo del restaurante era la consecuencia directa de su mayor problema: enfrentamiento abierto entre la dueña y su socio, en quien ha dejado toda la responsabilidad del negocio a pesar de no estar capacitado para ello. A esto se sumaba una plantilla en constante rotación, que no sabe a quién obedecer.
Para ayudar, Alberto Chicote le presentó a la dueña del ‘María la Portuguesa’ a su mujer, Inma, la directora de su restaurante en Madrid, ‘Yakitoro’, para demostrarle la necesidad de tener un equipo y, sobre todo, un socio en el que se pueda confiar.
Nada más entrar en su propio restaurante, Chicote saludó a su mujer con un beso, tras lo cual, Inma le dijo a la dueña del ‘María portuguesa’:
Necesitas a alguien que sea tus ojos, tus manos y tu corazón