Que en ‘Sálvame’ hay una crisis de contenidos es algo incuestionable. Por ello han creado una especie de reality para elegir a dos nuevos colaboradores. Es una solución pero, en realidad, ahí hay más sillas que deberían ser ocupadas por otros ¿Quién sobra en ‘Sálvame’ y quién es insustituible?
Nadie se debería quedar sin trabajo. Eso lo primero. Tampoco queremos que se despida a nadie pero sí que es verdad que, como espectadores (y fan, en mi caso, de ‘Sálvame’) nos damos cuenta de que en el programa estrella de T5 hay colaboradores que deberían, si no ser sustituidos, ponerse las pilas antes de que les den el finiquito (de todas formas, decir que ellos juegan con la amenaza de «despido» cada dos por tres, o sea que tampoco estamos proponiendo algo tan grave)
LA ‘CHORRADA’ DE LA ‘SÁLVAME SNOW WEEK’
Oficialmente se han ido dos colaboradores este año: Raquel Bollo y Rosa Benito. Por la puerta de atrás, sin embargo, también ha ‘desaparecido’ Karmele Marchante. Es decir, que habría que tres sillas libres que ocupar pero el programa ha decidido crear un concurso para dar trabajos a dos posibles tertulianos.
Se trata de la llamada ‘Sálvame Snow Week’, un concurso presentado por Carlos Lozano en el que 10 aspirantes pasarán 10 días encerrados en un balneario en Panticosa (Huesca), rodeados de bosques y nieve. El público será quien decida quién sustituirá a Rosa Benito y a Raquel bollo en el programa.
De momento, sólo hay tre aspirantes confirmadas: la semidesconocida Laura Fa, vista en Cazamariposas o Arucitys (8tv) y Maribel Sanz, ex mujer de Sergio Dalma y habitual de las revistas del corazón así como de algunos concursos tales como ‘¡Mira quién salta!’ en T5.
El tercero es Rafa Mora, extronista de ‘MyHyV’ que ha demostrado en más de una ocasión su caracter digamos que polémico y comportamientos machistas. De hecho, fue ‘vetado’ en T5 por un tiempo pero no ha tenido problemas en regresar.
De momento, ninguno de los tres merece un sitio en ‘Sálvame’.
¿CÓMO TENDRÍAN QUE SER LOS NUEVOS COLABORADORES?
Ya que son dos, deberían entrar colaboradores con perfiles distintos, es decir: uno que aporte auténtica información del corazón pero que se mantenga al margen de polémicas (alguien parecido a María Patiño, por ejemplo) y otro, que provoque conflicto con el resto.
Hay que darse cuenta de que, en los últimos meses, el tono de ‘Sálvame’ se ha oscurecido. Hay demasiado morbo y exceso de dureza. Es por ello quizá que el público le está dando de lado poco a poco, especialmente en la versión ‘Deluxe’ de los viernes, y se está decantando por productos más blancos y familiares como ‘Tu cara me suena’ en A3 (programa sobrevalorado y aburrido para mi gusto).
Es por la necesidad de este cambio de todo que los dos colaboradores de ‘Sálvame’ deberían tener una cualidad imprescindible: sentido del humor.
El programa necesita luz y autocrítica. Han de respirar un poco de tanto drama porque los malos rollos, en exceso, pierden efectividad.
Y no olvidemos otra cosa importante. En ‘Sálvame’ han probado a multitud de colaboradores nuevos (Olvido Hormigos, Dani y Desireé de ‘GH’, Víctor Sandoval…) pero al final se les ha dado la patada.
Puede que el público sólo quiera ver los rostros de siempre pero a la vista está que éstos también terminan agotando.
¿DEBERÍA IRSE ALGÚN COLABORADOR MÁS?
Pero hay otra cuestión a tratar: ¿sobra más gente en ‘Sálvame’? De momento sí. Y digo de momento porque todavía están a tiempo de cambiar.
Como espectador del programa, hay dos nombres de los que aún no consigo comprender su función en ‘Sálvame’. La primera es Anabel Pantoja. La sobrina de la tonadillera más famosa de España ha sido un fichaje reciente pero, para mi gusto, inútil.
Anabel no aporta información de su familia porque, suponemos, está amordazada. Tampoco da contenido en plató, además de que se metan con ella muy de vez en cuando, porque lo que dice casi no repercute en el resto ni tiene conflictos serios con nadie.
Además, la joven Pantoja no es un personaje afable. Lo digo por experiencia, la he entrevistado una vez y se dedicaba a poner caras de disgusto, a escribir por el móvil y contestar con monosílabos (ojo, puede que la pillase en un día malo. A todos nos pasa)
La segunda colaboradora ‘incomprensible’ de ‘Sálvame’ es… Chelo García Cortés. Por su puesto.
Chelo ha tenido grandes momentos en el programa de T5 (aún recuerdo esa escena cuando Bárbara Rey confesó su «noche de amor» con la colaboradora) pero son infinitamente menos que aquellos en los que no hace nada.
Ya es un ranning gag en ‘Sálvame’ que contabilicen los pocos minutos que habla García Cortés durante las cuatro horas que dura el formato. Como broma está bien pero es ofensiva la falta de profesionalidad de esta señora.
No dudamos de que Chelo es una periodista del corazón de sobrada experiencia pero es que es cualquier persona del público es más útil que ella. Será porque no está cómoda o porque no quiere entrar en el ‘juego’, Muy bien, pues que se vaya. Trabajo no le va a faltar en muchas revistas.
‘Sálvame’ es un programa difícil. No todo el mundo vale para ser personaje de televisión y estar expuesto a todo lo que te hacen allí peor tampoco es un potro de tortura. Tiene muchas ventajas. Si alguien con participa, mejor renovarse que morir. Es decir: que cualquier persona lo haría mejor que Chelo.
Otro nombre que se me ocurre es el de Lydia Lozano pero, personalmente, le daría otra oportunidad por varias razones: la primera es que, aunque no aporte casi noticias (o muchas son erróneas) es el perfecto saco de boxeo de algunos de sus compañeros. Es como la víctima del cuento, sin ella no hay malos y por lo tanto, tampoco hay conflicto.
Y por otro lado, decir que, Lydia, además de ser un clásico en el programa, es un encanto a la hora de conceder entrevistas. No es cierto (al menos en mi caso) lo que Kiko Hernández (por ejemplo) dice de ella: que si es una diva, que si no contesta a los periodistas…Todo lo contrario.
Así que, de momento, que Lydia Lozano se quede, aunque sea para que algunos la vean llorar. Pero, por favor, que no cante.