Que Belén Esteban está en crisis de popularidad es evidente. Su último ‘belenazo’ en el ‘Deluxe’, por ejemplo, fue, en realidad, un batacazo.
Y es que hasta su íntimo amigo, Jorge Javier Vázquez, ha reconocido que entiende que la ‘princesa’ harte a la gente.
El viernes 16 de diciembre de 2016 fue un día intenso para Belén Esteban. Por primera vez, su ex amigo y representante, Toño Sanchís, se sentó en un plató de TV para defenderse de la acusación de haberse quedado dinero que no es suyo. Fue por la mañana, en ‘El programa de A.R’, donde dio un espectáculo bochornoso y grotesco sin contar nada nuevo.
Por la noche, Belén contestó a su ex representante (del que acusa de apropiación indebida) en el ‘Deluxe’, logrando un triste 15,8% de cuota de pantalla, muy lejos de los datos que solía hacer la mal llamada ‘princesa del pueblo’.
También es verdad que no siempre que Belén se sienta en el ‘Deluxe’ tiene que ser un ‘belenazo’. En aquella ocasión, la excusa era muy mala. No aportó nada nuevo a lo que había contado antes. No tiene una trama nueva que explotar.
Son muchos los que se han adelantado a presagiar el final definitivo de la Esteban y el presentador de ‘Sálvame’, Jorge Javier Vázquez, comprende esta idea, aunque no la comparta.
El 20 de diciembre de 2016, en su blog de Lecturas, Vázquez quiso reflexionar sobre la guerra entre Belén y Toño y sobre el futuro de su colaboradora estrella.
Por mucho que Toño Sanchís apareciera muy exaltado en Ana Rosa defendiendo su inocencia me sigo creyendo a Belén. Toño confunde contundencia con bravuconería. Su discurso es vacuo y exento de firmeza, por mucho que en un alarde de macho despechado enviara a la mierda a su antigua representada.
Entiendo que haya gente cansada de Belén pero prefiero a una Esteban que a cien mil Toños. Belén posee frescura, espontaneidad y rapidez mental. Por mucho que algunos se empeñen, no solo no está acabada sino que está en proceso de reconversión. Le queda cuerda para rato. Lo de Toño es otro cantar. Pertenece a esa clase de tíos que parece disfrutar con las novatadas. No tengo nada más que añadir, Señoría. ¡Ah, sí! Se me olvidaba. Que decir: «La de cosas que he visto yo en esa casa», refiriéndose seguramente a la época en la que Belén no pasaba su mejor momento, tiene delito. Muchísimo.