Ya llegó el momento y fue como todos esperábamos. Isabel Pantoja le marcó los pasos a Pablo motos y él le hizo un señor masaje.
Sucedió el 30 de enero de 2017 en ‘El Hormiguero’ de Antena3. La primera entrevista a la tonadillera tras salir de la cárcel fue un engañoso lavado de imagen en el que la mamá de Paquirrín demostró que todo lo que toca es puro trato. Una diva de las que ya no hay y ya no nos creemos.
EL ‘ZASCA’ A TELECINCO
¿Alguien pensaba que Pablo Motos iba a ser inquisitivo con Isabel Pantoja? ¿Había alguna posibilidad de escuchar de boca de la tonadillera todo lo que realmente queríamos saber de ella? No y no. Obviamente.
Si la Pantoja ha querido darle su primera y única entrevista a Pablo Motos es por varios y evidentes motivos. El primero, por darle una patada en la boca a Paolo Vasile y a ‘Sálvame’. En Mediaset se pasan el día hablando de ella y la tonadillera, por ‘joder’, se ha ido a la competencia. Estupendo.
Pero no seamos hipócritas. Es el ‘Deluxe’ el que ha financiado a su familia durante años (la pasta que le pagan a Paquirrín o a Chabelita cada vez que van a T5 no se la dan en ‘El Hormiguero’, para empezar porque al programa de Pablo Motos se va gratis).
Y si la Pantoja es el personaje que es, es porque hay una cadena que se pasa el día criticándola. Mejor que hablen mal a que no hablen.
Pantoja también sabía perfectamente que en ‘El Hormiguero’ iba a tener una entrevista a su gusto. Pero podría no haberla tenido.
UNA ENTREVISTA-MASAJE
Sí, al show de Antena3 uno va a divertirse, no a sacar miserias. Es un programa familiar. Pero no siempre es así. Depende del humor de Motos y de lo que se haya pactado antes. Recordemos que Pablo Iglesias o a Íñigo Errejón sí que les metió caña. Vamos, que parecía que el espíritu de Ana Pastor se había apoderado de él.
Pero bueno, con Isabel Pantoja, Motos se puso la bata de masajista y le hizo una entrevista a medida. Quizá demasiado. La tonadillera tuvo un trato de lujo del que no ha gozado ni Will Smith ni la mismísima Isabel Preysler.
Pablo Motos comenzó diciendo que Isabel les había concedido la primera y única entrevista en España tras salir de la cárcel y que lo había hecho gratis. ¡Error!
Primero, ¿’El hormiguero’ ha pagado alguna vez a algún invitado? No. ¿Por qué hay que decir que esta mujer ha ido sin cobrar? ¿Era para vendernos una imagen de generosa y santa?
Otra cosa: Nos quejamos, por ejemplo, de que Penélope Cruz, cuando viene a España, no concede entrevistas o no trata igual a la prensa nacional que a la extranjera pero lo hace la Pantoja y no sólo se la justifica sino que se le aplaude ¿Por qué? ¿Por qué ha estado en la cárcel? ¿Es una heroína por ello?
Luego, todo giró en torno al nuevo disco, y a lo mal que lo ha pasado últimamente la cantante pero en ningún momento se pronunció las palabras cárcel, delito, pena, robo, malversación, Julián Muñoz, juicio… Nada.
Un país culto tiene que cuidar a sus artistas.
Palabra de Pablo Motos. Sí, eso es lo que le dijo el presentador a la ex presidiaria. Tiene razón. Pero la culpa no es nuestra (de los medios). Esta mujer no es sólo artista. Esta señora vive económicamente más por sus exclusivas que por su arte (al menos en los últimos años). Así que lo de cuidarla es relativo.
EL ACIERTO DE A3
Tanto A3 como la productora, ‘7 y acción’, se marcaron un tanto envidiable. Todavía no se conocen las audiencias pero intuyo que van a batir récords.
Da igual si la entrevista estaba pactada o no, si era ética o todo lo contrario. ¡Qué más da! Ellos tenían la exclusiva y la aprovecharon. Bravo. Cualquiera en su lugar hubiese hecho lo mismo.
Otra cosa es que el programa en sí fuese, hablando en plata, una tomadura de pelo. Un show promocional para lavar la imagen de la invitada. Lo irónico es que consiguió lo contrario
PANTOJA HUNDE MÁS SU IMAGEN
La Pantoja que vimos en ‘El Hormiguero’ fue una diva. Exagerada, pueril, cateta, divertida y soberbia como son todas las divas. Se puso en su modo favorito, ‘dientes , dientes’, y se dejó agasajar.
Pero lo que vimos fue a una Pantoja falsa, poco honesta, oculta en su sus chistes preparados, sus eufemismos y sus trajes de gala. Le hubiese venido mucho mejor no disfrazarse, mirar a cámaras y decir: «Sí, señores, he estado en la cárcel. Robé, hice esto y aquello. He pagado y estoy aquí. Ole mis narices». Basta ya de victimismos que nadie se cree.
Pero no, Pantoja sigue anclada en el pasado, en las sombras, en el oscurantismo. Se oculta pensando que es un ser inalcanzable, una diosa. Lo será para sus fans, y nadie pone en duda su valor artístico, pero la tonadillera hace mucho que da más de qué hablar por su vida que por su trabajo. Esa es la verdad. Si no le gusta, que no cobre por dar exclusivas.
Pero, con todo, decir que el programa fue entretenido, ágil y ameno. La Pantoja cantó, cocinó, dio las gracias a su público, charló con su hijo (que entró por teléfono y fue tratado como si fuese Luis Miguel), besó en la ‘boca’ a Trancas y Barrancas, recibió un disco de platino y abordó su vida con los siguientes (y lánguidos) titulares:
Cuando salí de aquel lugar (la cárcel), de cuyo nombre no quiero acordarme, ya me entregaron el disco. Y me lo regaló desde allí.
Han sido dos años difíciles, intensos, dolorosos, de los cuales estoy tratando de salir psíquicamente, a través de mi trabajo, de gente como tú, de gente que me adora. Y por suerte me va muy bien.
Un día feliz es estar en mi casa, con mi familia. Despertarme y ver a mi madre con salud es lo máximo. Después de todo lo que he pasado, poder abrir las puertas de mi casa, dar un paseo, encender la chimenea, comer un potaje
Esas cosas, las más cotidianas, ahora mismo les doy muchísimo valor, porque no se sabe hasta que no se pasa.
Aunque me vean tan fuerte y echada para adelante, soy muy frágil pero valiente. Y no puedo permitirme el lujo de venirme abajo. Entretengo así a mi mente, que es la que realmente está a medio camino
Tengo mi corazón tan lleno de amor que ese tipo de amor, no me pasa por la cabeza. De momento, porque no puedo decir, ‘de este agua no beberé’
Hay que reír porque las tristezas vienen solas y para tres días que vivimos… es mi filosofía de vida. Lo pasado, pasado está, ya no me interesa (sobre su famosa frase: ‘Dientes, dientes’)(Sobre los paparazzi) Hay preguntas, que luego no las ponen, y son para chincharte y para que saltes. Y eso es lo que ponen, cuando tú te vienes arriba. Yo ya no tengo miedo a mis respuestas, sí a las preguntas
Mi hijo tiene un mérito increíble, porque le han entregado dos discos de oro y lo ha hecho solito, con su talento