‘Fariña’ es la esperanza blanca (nunca mejor dicho) de la nueva ficción española. No sabemos aún cual será el resultado pero por fin se hace una serie patria con un argumento, a priori, arriesgado. De esas que con decirte sólo de qué van, apetece acercarse a echarles un vistazo.
Se trata de una producción de Bambú para A3 y Periodista Digital ha viajado hasta Galicia para el inicio del rodaje de una historia que ya se vende como el ‘Narcos’ español. Casi nada.
Fue un viaje intenso. Dos días enteros y una noche dedicados no sólo a ver un rodaje. Hablar de ‘Fariña’ es hablar de Galicia y había que impregnarse de esa cultura para entender el porqué de esta serie.
EL INICIO DE UNA NUEVA FICCIÓN
Reconozco que desde que supe del proyecto, tuve predilección por él. Para empezar, es un producto que quiso comprar la televisión de pago, de esos con los que se pretende colocar a la ficción España a la altura de las de HBO, Netflix…
Pero Antena 3 en general y Sonia Martínez-esa visionaria- en particular, se hicieron con los derechos del libro homónimo de Nacho Carretero para, una vez más, hacer ficción que dé marca y caché por encima de las expectativas comerciales y/o económicas.
El consumo de televisión ha cambiado y, con ello, la forma de hacerla. Me explico: Ahora, las series no sólo se producen para España. No son de usar y tirar. No se tiene sólo en cuenta el dato del día de emisión. Hablo de su venta internacional, tanto a otras cadenas como a plataformas digitales tipo Netflix. (En esto, Antena 3 va a la cabeza)
Ahora, uno se puede permitir hacer series de nicho, más arriesgadas o artísticas sin tener en cuenta a la, antaño sagrada, señora de Cuenca (el ejemplo que los directivos de TV ponían siempre del espectador medio español).
Estamos dando nuestros primeros pasos pero todo cambiará (y mejorará) cuando se den por obsoletas las actuales formas de medir las audiencias. Cuando se tengan en cuenta, entre otras cosas, las visualizaciones en streaming, tendremos más margen de maniobra.
LA DROGA ESTÁ DE MODA (EN TELEVISIÓN)
Pero para ir abriendo boca de lo que nos espera en nuestra ficción, nos encontramos con ‘Fariña’, la serie más prometedora para un canal en abierto de la que hemos oído hablar últimamente.
Para empezar, el texto que adapta la serie es un ensayo, no una novela. Por ello, la labor de los guionistas, Diego Sotelo y Cristóbal Garrido, ha sido loable. El propio autor del libro ha colaborado para hablarnos, sin adornos, del narcotráfico en Galicia desde finales de los 70 hasta mediados de los 90.
Las drogas están de moda en televisión. Pero mientras que en Telecinco nos decoran el narcotráfico con historias de amor imposibles y muchos tíos buenos (‘El príncipe’) o con culebrones simples y casi ridículos (‘Perdóname, señor’).
Ojo, no es que las de Mediaset sean malas ficciones. ‘El Príncipe’ era estupenda y supuso un cambio narrativo en nuestras series. Es sólo que están dirigidas a un público masivo, disfrazadas de historietas para (casi) toda la familia.
No sabemos cómo terminará siendo ‘Fariña’ pero tiene buena pinta. Es refrescante saber que se han tenido en cuenta y se han respetado hasta la obsesión, los hechos reales sin olvidarse del entretenimiento.
Y sobre todo, lo más alentador es saber que se trata de una ficción local. Por fin estamos haciendo series que explotan su contexto socio-cultural-. Hasta no hace mucho, las ficciones se localizaban en ciudades sin nombre (normalmente Madrid) para no ofender a otras comunidades autónomas.
Galicia es un mundo aparte. Es la tierra del misterio, de la morriña, de los paisajes imponentes, de la buena mesa y , sobre todo, en los años 80 y 90, el mayor puerto europeo de la droga. De esto va ‘Fariña’.
UNA HISTORIA REAL
Años 80. Galicia. La reconversión de la pesca ha dejado a una parte de la flota gallega en tierra y cientos de armadores endeudados. No hay trabajo. En los muchos pueblos de pescadores que recorren la costa gallega, la falta de ingresos y los pagos cotidianos estrangula las economías familiares. Es el caldo de cultivo perfecto para que se produzca la gran transformación: los antiguos traficantes de tabaco dan el salto a algo más grande, más lucrativo, pero mucho más peligroso: las drogas.
El contrabando de tabaco, que de alguna forma había arraigado en la sociedad durante años, da paso al narcotráfico. Los traficantes de la zona se ponen en contacto con los cárteles colombianos de la droga y comienzan a traficar con cocaína. El narcotráfico del polvo blanco -que ya está moviendo ingentes cantidades de dinero en EEUU- llega a Galicia y, por ende, a España y al resto de Europa.
Muy pronto, el 80% de la cocaína que desembarca en Europa lo hará por las costas gallegas. Los narcos gallegos ganan incontables sumas de dinero y la serpiente del narcotráfico comienza a extender su veneno por una sociedad presa de las dificultades económicas de la época. Muchos ven este negocio delictivo como una manera de salir adelante, de vivir bien. Las instituciones públicas no siempre actuarán como se le exige y habrá quienes hagan la vista gorda.
Cada día que pasa, los capos de la droga en Galicia tendrán más poder. De la noche a la mañana, se convertirán en Los Reyes de Galicia.
VIAJE A UNA TIERRA MISTERIOSA
Lunes 12 de junio de 2017. Santiago de Compostela se convirte en un paraíso climático ante el calor sofocante de Madrid. Dejamos las cosas en el hotel, (de nuevo, gracias al equipo de Atresmedia por su trato y su organización) comemos y nos ponemos rumbo a las aproximaciones de la localidad de Gaia, concretamente a una playa, la misma en que, descubrimos más tarde, Ramón Sampedro, el hombre que inspiró la película ‘Mar Adentro’, sufrió el accidente que le dejó parapléjico.
El paisaje es espectacular. Un mar imponente y embravecido que enmarca el inicio del rodaje de ‘Fariña’. Los periodistas asistimos a una escena pequeña, no hay spoilers, pero nos hacemos una idea de lo que promete la serie.
Para empezar, la escenografía, los coches utilizados , el vestuario y la peluquería, son de primera. Estamos en 1978, no cabe duda.
Pero lo que más me impresiona es el casting. En la grabación está un irreconocible Javier Rey, el protagonista y conocido por su papel de mateo en ‘Velvet’. Pero aparte de él, los que llaman la atención son sus compañeros de reparto. No los conozco, son desconocidos, pero me los creo como ‘capos’ gallegos de la época. No hay impostura. Queda claro que la labor de casting es impecable. Impecable y arriesgada.
No hay superestrellas en el cartel de ‘Fariña’. Esa es su grandeza y, quizá, su hándicap. Hay actores más o menos famosos pero otros 150 (sí, 150) locales y desconocidos para el público mayoritario. ¿La ventaja? Que se ganará en realismo y autenticidad.
Por lo que podemos percibir en el rodaje, la estética me recuerda a grandes obras europeas como ‘Gomorra’ o ‘Roma Criminal’. También a Narcos y poco a las ya mencionadas ¡El príncipe’ o ‘Perdóname señor’. ‘Fariña no es ni mejor ni peor que estas últimas, simplemente es diferente.
Y en pleno rodaje aparece Ramos Campos, máximo responsable de Bambú producciones y uno de los pocos altos ejecutivos de televisión que se sabe todos y cada uno de los nombres de los periodistas. Te habla directo, con franqueza y, una vez más, se muestra apasionado con lo que hace.
Al igual que su último éxito artístico, la serie documental ‘El caso Asunta’, ‘Fariña’ es un proyecto muy personal para Campos. Es, según sus palabras, su «deuda con Galicia y el narcotráfico». Ya era hora de contar esta historia como fue y rendir un homenaje a una tierra y a sus gentes.
Y después de una copiosa cena (estamos en Galicia, no podía ser de otra manera), al día siguiente nos reencontramos todos con Ramón, con Sonia Martínez, el director, Carlos Sedes, y con parte del equipo artístico.
Un servidor tiene muchas ruedas de prensa y muchos rodajes a sus espaldas para saber distinguir cuándo un equipo confía en lo que está haciendo y cuándo no. Aquí se nota que los actores no se han visto en otra, que es su gran oportunidad, que les apasiona lo que están contando. Los hay más intensos que otros, más o menos afables, pero todos están entusiasmados.
Y así charlamos con Javier Rey, con Tomar Novas (el niño de ‘Mar adentro’), con Tristán Ulloa (‘Gran Reserva’), la encantadora y embarazada Marta Larralde (‘Seis hermanas’) o la guapísima y novata Jana Pérez.
Lo que me queda claro es que ‘Fariña’ se está planteando como un homenaje a Galicia, no como un ataque a sus miserias. Es una historia costumbrista. Como bien dice el propio Ramón Campos:
Aquí la gente juega al dominó, no con metralletas. una historia real y para eso hay que bajar al suelo y contarlo desde el estómago.
Y algo que me ilusiona sobremanera. En ‘Fariña’ no hay una historia de amor para vertebrar el conjunto. No hay disfraz ni más cara.
Siempre se dice lo mismo: ‘No se ha visto nada igual en televisión antes’. No sé si ‘Fariña’ cumplirá esa meta pero lo que sí puedo asegurar es que pocas veces hemos escuchado de proyectos así en nuestro país. Y no hablo de TV-movies históricas (baratas). Hablo de una superproducción con un tema tan incómodo y localizado. Habrá que esperar. De momento, tengo esperanzas.